Friday, December 28, 2007
Monday, December 24, 2007
What: Sting closing the Amnesty International festival.
Where: Estadio Nacional, Santiago, Chile.
When: October 13, 1990.
How: A Mega concert that included Luz Casal, New Kids On The Block, Ruben Blades and Sinéad O'Connor.
Why: Pinochet's Army Government gave up earlier in 1990 after 17 years of dictatorship. Try throwing a concert like this one in 1987 in the same place and see what happens.
It is true: Joan Manuel Serrat, the Spanish singer-songwriter, was stopped at the Santiago Airport and denied to enter the country earlier, in March, before the transition.
Sting, Sinead O'Connor, Peter Gabriel and the others arrived to Chile no problem...
The entire Sting show's here:
Message In A Bottle:
Driven To Tears:
King Of Pain
Children's Crusade:
Spirits In The Material World
If You Love Somebody Set Them Free
Don't Give Up (featuring Sinéad O'Connor and Peter Gabriel)
Biko (featuring Peter Gabriel)
Bring On The Night/ When The World Is Running Down, You Make The Best Of What's Still Around
Mariposa Libre (Little Wing)/ From Me To You
Tea In The Sahara
Walking On The Moon
Every Breath You Take
Fragile
Roxanne/ Get Up Stand Up
Ellas Danzan Solas (They Dance Alone) (Cueca Solo)
What the Peruvian Press had to say:
Special thanks to Javier Lishner for the precious newspaper cuts.
Saturday, December 8, 2007
Por supuesto, todo esto fue una gran estafa. Roque no falleció; lo confundieron con el cadáver decapitado de un campesino el cual fue sepultado con los honers de un héroe. Para colmo, el santo en realidad ayudó a los bandidos a robar el pueblo y con el cargamento de dinero, joyas y conciencia se fué a vivir la vida a Europa, dejando a los criminales en pindinga y listos a cobrar venganza. Diecisiete años después, cosa curiosa, regresa con el rabo entre las piernas a confesar aquel pequeño pecado ante el cura del pueblo, y se encuentra con que el pueblo de Asa Branca lo tiene como patrón, con su estatua en medio de la plaza, y convertido piedra angular de su economía. El sentimiento de culpa es insostenible. De remate: hay gente inescrupulosa como su supuesta "viuda" que vive de la publicidad y de su romance con el hombre más rico del pueblo, y un fabricante de medallas ávaro que vive religiosamente de sus ventas, y de vez en cuando encierra en un cuarto oscuro a su esposa, la que fuera niña que tuvo la mala suerte de haber "visto" a Roque salir de las aguas del río, o al menos, de haber fingido parálisis y luego contarle a todos que se curó de milagro sólo por promocionarse a sí misma. Demasiado tarde.
La telenovela llegó también tarde al Perú en 1989, y para mí fue uno de los mejores momentos que he tenido en frente a la televisión en toda mi vida. Yo tenía 15 años, era todo un adolescente, y una de las cosas que más quería hacer era irme a Europa a hacer exactamente lo que Roque hizo: darse la gran vida. Mientras él se divertía al otro lado del mundo, en Asa Branca la gente iba haciendo su vida en base a la muerte y santificación de su persona. A la larga, se suponía que él debía pagar los platos rotos, aún aunque esto costara la destrucción completa de Asa Branca a través de una terrible y monstruosa recesión. Quién diría que el arte en verdad imita a la vida.
El fenómeno de Roque Santeiro fue un éxito en Brasil no sólo debido a la excelente historia y las formidables actuaciones de José Wilker como Roque, Lima Duarte como el Señorito Malta y Regina Duarte como la Viuda Porcina; sino también debido a su semejanza irónica con la realidad económico-social de Sudamérica. Es una pena que no se haya lanzado en DVD o video. Ahora queda sólo esperar a que la pasen por televisión de nuevo. Y eso...
La telenovela tenía, además, una estupenda banda sonora. O Melhor De Roque Santeiro es una colección de las canciones que sonaban en la telenovela, ubicándose en cada personaje y haciéndose un Leit Motif respectivo a cada uno. "Santa Fé" de Moraes Moreira es el tema que presentaba la telenovela cada noche, mostrando al campesinado brasilero yendo a trabajar bajo la subyugante mirada de ojos ocultos entre los arbustos. Dominguinhos y su "Isso Aquí tá Bom Demais" musicalizan al Señorito Malta, el millonario rey de la carne fresca que está a punto de contraer matrimonio con Porcina, la viuda de Roque Santeiro. Villano o Héroe, el Señorito es un personaje complejo que debería tener una música un poco más siniestra; sin embargo, este tema es muy alegre y sugiere una satisfacción de poder inmensurable por parte de un trabajador que se hizo millonario casi de la nada. Toda la telenovela en sí es una burla directa al millonario arrogante. "Sem Pecado E Sem Juízo" de Baby Consuelo es la balada pop ochentas con la cual se identifica a Linda Bastos, la bellísima actriz que interpreta a la Viuda Porcina en la versión fílmica de la vida de Roque Santeiro, y a la pasión por ésta del director de la "película dentro de telenovela," Gerson del Valle.
"Coração Aprendiz" es de la Tania, la hija del Señorito, una chica de mundo que acaba de regresar a Asa Branca a investigar las extrañas circunstancias en que su madre, la infeliz esposa del Señorito, falleció víctima de un disparo mientras cabalgaba en el bosque. Ella llega y el inminente matrimonio de Porcina y el Señorito está por realizarse. "Chora Corãçao" de Wando es el tema personal de Mocinha, la envejecida novia de Roque que lo sigue esperando, pura y casta como una rosa, hasta que ellos se encuentren en el paraíso y él la desvirgue endemoniadamente. El Profesor Astromar Junqueira, el intelectual del pueblo, vive perdidamente enamorado de ella y ocultando una misteriosa doble personalidad de hombre-lobo. La canción "Mistérios Da Meia-Noite" de Zé Ramalho le pertenece. La Viuda Porcina se adueña del tema más popular de la banda sonora, "Dona", a cargo de la agrupación Roupa Nova. De más está decir que Regina Duarte está perfecta como la extravagante y rechoncha diva de Asa Branca, y la canción le cae a pelo.
El CD O Melhor de Roque Santeiro, lanzado en el año 2001, es parte de una colección llamada "Campeoes de Audiéncia"; bandas sonoras de telenovelas de gran éxito como "Baila Conmigo", "Dancing Days", "Pai Heroi", "O Bem Amado" y la favorita de las villanas: "Vale Tudo". O Globo, en vez de lanzar la banda sonora completa, la comprimió en un solo disco compacto de doce canciones. Es por eso que le quitamos un cacao de cinco, para dejarla con cuatro.
Roque Santeiro, al igual que su música, es un despertar, un caminar hacia más adelante, a descubrir lo maravillosa que la vida puede ser y, al mismo tiempo, un darse cuenta que no todo lo que brilla es oro y lo que parece no necesariamente es.
La telenovela está siendo presentada en su totalidad en YouTube. A buscar los capítulos!
Como menciono, existe una versión más larga de esta banda sonora, pero lamentablemente se encuentra descatalogada por Globo. Esta versión disponible, no obstante, nos tiene contentos. Pero Somlivre debería relanzar este álbum en dos discos compactos. Al menos, aquí hay un comprador inmediato. A Continuación, la lista de canciones del disco que recomendamos:
Título - Artista / Personaje a quien el tema pertenece
Sem Pecado E Sem Juízo - Baby Consuelo/ Linda Bastos y Gerson del Valle
Chora Corãçao - Wando/ Mocinha, la novia de Roque Santeiro que aún se mantiene virgen
Mistérios Da Meia-Noite - Zé Ramalho/ Profesor Astromar Junqueira
Santa Fé - Moraes Moreira/ Tema de Apertura
Vitoriosa - Ivan Lins/ Lulú
Dona - Roupa Nova/ Viuda Porcina
De Volta Pro Aconchego - Elba Ramalho/ Luis Roque Duarte
Indecente - Anne Duá/ Matilde
Coração Aprendiz - Fafá de Belém/ Tânia
Roque Santeiro - Sá & Guarabyra/ Tema de la Ciudad
Cópias Mal Feitas - Alceu Valença (Música incidental: Dezessete Na Corrente)/ Tema General
Verdades E Mentiras - Sá & Guarabyra/ Tema de la Ciudad
Aquí está la lista de canciones de los dos discos lanzados en los ochenta
por O Globo. Recemos a Dios por intermedio de Roque Santeiro para que sean
relanzados en CD. A mayor gloria de Asa Branca:
A OUTRA - Simone (tema de Lulu)*
SEM PECADO E SEM JUÍZO - Baby Consuelo (tema de Linda Bastos e Gerson)
CHORA CORAÇÃO - Wando (tema de Mocinha)
MISTÉRIOS DA MEIA-NOITE - Zé Ramalho (tema do lobisomem)
SANTA FÉ - Moraes Moreira (tema de abertura)
DONA - Roupa Nova (tema de Porcina)
DE VOLTA PRO ACONCHEGO - Elba Ramalho (tema de Roque)
INDECENTE - Anne Duá (tema de Matilde)
CORAÇÃO APRENDIZ - Fafá de Belém (tema de Tânia)
ROQUE SANTEIRO - Sá & Guarabira (tema de locação)
CÓPIAS MAL FEITAS - Alceu Valença (tema geral)
COISAS DO CORAÇÃO - Ritchie (tema de Tânia)*
PELO SIM PELO NÃO - Cláudio Nucci e Zé Renato (tema de Sinhozinho Malta)*
VITORIOSA - Ivan Lins (tema de Lulu)
FRUTA MULHER - Nana Caymmi (tema de Matilde)*
VERDADES E MENTIRAS - Sá & Guarabira (tema de locação)
MIL E UMA NOITES DE AMOR - Pepeu Gomes (tema de Linda Bastos e Gerson)*
A HORA E A VEZ - Cláudio Nucci e Zé Renato (tema de Porcina)*
MAL NENHUM - Joanna (tema de Ninon e Delegado Feijó)*
ENTRA E SAI DE AMOR - Altay Velloso (tema de Tânia e Padre Albano)*
AMPARITO AMOR - Cauby Peixoto (tema de Amparito Hernandez)*
MAL DE RAIZ - MPB4 (tema de Mocinha)*
Tuesday, December 4, 2007
Rod Stewart: “Young Turks” The song is a five-minute picture about a young couple who run away from their families to start one the hard way. The fast pace of the song makes you want to dance –and it was a big hit on dancefloors in the early eighties, of course-, but the storytelling in third person makes you want to know more about these kids. Definetly it could have been used for a movie and also for scholar debates about teenage runaways (“but there ain’t no point in talking when there’s nobody listening so we just ran away”). An underrated jewel, and probably Stewart’s best performace ever, from the 1981 album Tonight I’m Yours.
Jamiroquai: “Space Cowboy” Jason “Jay” Kay formed Jamiroquai in 1991 as a funk band with intense, extreme influences from the R&B sounds of the seventies. Stevie Wonder’s vocals, Roy Ayers’ musical flow and Weather Report’s bass player Jaco Pastorius styles come to mind first when we hear this tune, which is in my humble opinion the best song of the nineties. It’s an introspective ode to friendship and calm life, disguised as advertising for marijuana use. But don’t take the words too literate because your prejudice, or acceptance, will blur the real meaning of this tune: when Kay sings “I'm glad I found somebody who I can rely on,” and repeats the same phrase later in third person, isn’t he being coming out of himself?. rom the 2006 collection High Times. Also available in a longer, spacier version, on the 1994 album The Return Of The Space Cowboy.
The Ventures: “Tequila” The Ventures is an instrumental combo from Tacoma, WA that rocked the sixties prior to the “summer of love” musical revolution. They played mostly covers and this one, The Champs’ “Tequila” surpasses the original version. The sax riff is replaced by a well crafted and clean guitar solo. The Ventures were, with Dick Dale and The Beach Boys, the most representative acts of Surf Rock in the early sixties. Drummer Mel Taylor died in 1996, but the remaining members still rock the nights with tunes like this one. From the 1962 album The Ventures Play Telstar, The Lonely Bull and Others.
Kenny Burrell with the Gil Evans Orchestra: “Moon And Sand” Burrell is one of the most versatile jazz guitar players and this track, a collaboration with Canadian arranger Gil Evans, puts him on the spotlight. It's almost impossible not to identify Evans' arrangement style once you listen to his orchestra; and here, his horn section proves a haunting background for Burrell's tasteful, passionate acoustic riffs. This is one of the most interesting guitar performances with a Latin combo that I have ever heard. The congas are drastically panned to the left and the small drum kit at the right, giving the sensation of being stuck into the speakers. The orchestra is in the back, and Kenny's acoustic guitar (recorded unamplified and without any compression devices) is dramatically closer to the listener. Rudy Van Gelder's engineering skills give the listener the sensation of being in a nightclub. Reverberation is one of the "key signatures" of the analog Verve Jazz sound in the sixties, in this recorded by Van Gelder at his personal studio. From the 1964 album Guitar Forms.
Cal Tjader: “Cuchy Frito Man” Vibraphonist Cal Tjader's CDs can be found on the jazz section of your local record store but I think they could be in the Latin Music rack. He recorded lots of albums for Fantasy and Verve records and all of them are highly reccomendable. His long-standing presence in San Francisco eventually had a profound influence upon bands like Santana and Malo, thus Latin Rock. From the 1966 album Soul Burst.
Piero Dall'Orso, Experto Beatleólogo de la Universidad de Surco, nos emociona hasta las lágrimas recordando a un artista que no se ha muerto, sino ha pasado a un plano no físico de la existencia.
Recordando a George Harrison a seis años de su partida
Este artículo esta dedicado a todos los fans de George en el mundo y a su legado musical dentro de The Beatles y como solista. Harrison fue el guitarrista principal de The Beatles y este es un merecido homenaje a una de las grandes leyendas de la música.
(* Liverpool, Reino Unido, 25 de febrero de 1943 - † Los Angeles, Estados Unidos, 29 de noviembre de 2001) fue un músico y compositor británico, más conocido como guitarrista de The Beatles. Tras la disolución del grupo en 1970, Harrison siguió una prestigiosa carrera musical tanto en solitario como dentro del supergrupo Traveling Wilburys, oculto tras los seudónimos de Nelson Wilbury y Spike Wilbury. Asimismo, desarrolló una carrera de productor cinematográfico, creando la compañía Handmade Films en la que dio cabida como actores a gente de la talla de Madonna y los Monty Python.
Biografía
1943-1960: Los primeros años
George Harrison nació el 25 de febrero de 1943 en el 12 de Arnold Grove, Liverpool, Inglaterra, en el seno de una familia católica y de ascendencia irlandesa por parte de su madre, Louise . Su padre, Harold Harrison, había sido marino hasta que abandonó su puesto y desempeñó el de conductor de autobus. Acudió a la escuela infantil Dovedale Road, cerca de Penny Lane, al mismo tiempo que John Lennon . A los once años, tras pasar una prueba, le fue concedida una plaza en el Liverpool Institute for Boys, edificio hoy en día convertido en el Liverpool Institute for Performing Arts, en el cual conoció a Paul McCartney. A los doce años, poco antes de dar inicio el curso, fue ingresado en el hospital debido a una nefritis. Durante su convalecencia compró su primera guitarra, una Egmond, a un compañero de Dovedale, Raymond Hughes, por 3 libras con 10 chelines.
Poco después, al tiempo que conseguía su primera "guitarra decente", una Hofner President, forma su primer grupo tras el auge del skiffle: The Rebels, junto a su hermano Peter y Arthur Kelly . Entre los artistas que influyen en su forma de tocar destacan Elvis Presley, Little Richard, Buddy Holly, Fats Domino, Bill Halley, Eddie Cochran, Lonnie Donegan y Chet Atkins. Más tarde, Harrison es presentado por Paul McCartney a John Lennon e ingresa en The Quarry Men, que posteriormente, tras cambiar varias veces de nombre, acabará denominándose The Beatles.
Tras abandonar la escuela en 1959, alternó durante poco tiempo su afición a la música con un trabajo de aprendiz de electricista. El entrenamiento ayudó a hacer de Harrison el miembro más eficaz del grupo a la hora de experimentar nuevos sonidos y de arreglar equipaciones. A mediados de los 60, fue el primero en equipar su casa de Esher con un estudio personal donde podría componer y trabajar con mayor eficacia.
1960-1970: The Beatles
En los primeros días de The Quarrymen, McCartney animó a Harrison a que se uniera. Al comienzo, y debido a su temprana edad, era visto con desconfianza por los otros miembros del grupo . En un principio, Harrison no podía considerarse como un guitarrista virtuoso, si bien el hecho de que supiera suficientes acordes para tocar varios temas hizo que John Lennon le aceptara en el grupo. Pese a ello, a finales de los 60, el entrenamiento hizo de Harrison un guitarrista más fluido y creativo, realizando las labores de guitarrista principal y rítmico. Más adelante, entrados los 70, el sonido que conseguía con la guitarra slide se convertiría en su sello personal.
Harrison fue el primero de los Beatles en llegar a los Estados Unidos con el fin de visitar a su hermana, Louise, en Benton, Illinois, en septiembre de 1963, cinco meses antes de la aparición del grupo en The Ed Sullivan Show . Durante la visita, George visitó una tienda de discos y compró varios singles sin que el dueño le conociera debido al escaso conocimiento que tenían los estadounidenses acerca de la música pop británica. A su regreso a Inglaterra, comentó a sus compañeros de grupo que sería difícil cosechar el éxito en América.
Durante la Beatlemanía, Harrison fue caracterizado como el "Beatle tranquilo", debido a su carácter introspectivo y su tendencia a un segundo plano en las conferencias de prensa. A pesar de la imagen de "Beatle tranquilo", la mayoría de compañeros y amigos, como Eric Idle, miembro de Monty Python, aseguran que en las distancias cortas era muy hablador y dicharachero, contraponiéndose a la imagen que solía tener de él la prensa .
Harrison escribió su primera canción, "Don't Bother Me", durante un día de convalecencia en cama, en 1963, con el fin de probar, como declararía posteriormente, "si era capaz de componer un tema". La canción aparece publicada en el álbum With the Beatles de 1963 y en su versión americana de 1964 Meet the Beatles!. Si bien para el siguiente álbum del grupo, Beatles For Sale, también había compuesto un tema, éste fue descartado, olvidando la composición hasta que contribuyera al álbum Help! con los temas "I Need You" y "You Like Me Too Much".
Harrison fue el cantante de todas las canciones compuestas por él en su etapa con The Beatles. Asimismo, también cantó temas de otros artistas, incluyendo "Chains" y "Do You Want to Know a Secret" en Please Please Me, "Roll Over Beethoven" y "Devil In Her Heart" en With the Beatles, "I'm Happy Just to Dance With You" en A Hard Day's Night, y "Everybody's Trying To Be My Baby" en Beatles For Sale.
Un importante punto de inflexión en su carrera musical tuvo lugar durante la gira americana de 1965, en la que David Crosby de The Byrds introdujo a Harrison en la cultura india a través de la música de Ravi Shankar. Muy pronto, quedó fascinado con el especial sonido de su música, permitiendo la lenta introducción de la misma en la cultura occidental. Tras comprar un sitar poco después de dar por finalizada la gira de 1965, fue el primer músico de la cultura pop en introducir el instrumento en un álbum de estudio, especialmente en la canción "Norwegian Wood (This Bird Has Flown)", del álbum Rubber Soul.
Otro importante momento de su vida tuvo lugar durante el rodaje de la película Help! en las islas Bahamas, al entregarle un hindú un libro sobre la reencarnación. Su interés por la cultura hindú se expandiría formalmente al abrazar el hinduísmo. En una peregrinación con su mujer Pattie a la India entre la última gira de The Beatles en 1966 y el inicio de las grabaciones de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, Harrison estudió lecciones de sitar, conoció a varios gurus y visitó sitios sagrados, acercándose así a la cultura oriental. Poco después, de vuelta a Inglaterra, conoció a Maharishi Mahesh Yogi, a quien presentó al resto del grupo para iniciar unos ejercicios de meditación transcendental que tendría lugar a comienzos de 1968 en Rishikesh.
En el verano de 1969, produjo el single "Hare Krishna Mantra", interpretado por devotos del templo londinense de Radha-Krishna. El mismo año, él y John Lennon conocieron a A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, fundador de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON) . Poco después, Harrison abrazaría la tradición Hare Krishna, en particular el canto del mantra usado como meditación privada y llamado japa-yoga, técnicamente similar al rosario en la tradición católica.
A medida que transcurría el tiempo, las composiciones de Harrison fueron haciéndose más notables, pasando de un segundo plano a competir con las composiciones de Lennon y McCartney en materia de calidad. Entre 1965 y 1970, los temas compuestos por George Harrison fueron: "If I Needed Someone", "I Want to Tell You", "Think For Yourself", "Taxman", "Within You Without You", "Blue Jay Way", "Only a Northern Song", "Old Brown Shoe", "If I Needed Someone", "I Need You", "While My Guitar Gently Weeps" (con Eric Clapton en la guitarra), "Piggies", "Savoy Truffle", "Something", "The Inner Light", "Here Comes the Sun", "I Me Mine" y "For You Blue.
Los roces entre Harrison, Lennon y McCartney comenzaron a hacerse patentes a partir de la muerte de Brian Epstein, mánager del grupo, y en especial desde las sesiones de grabación de The Beatles, llegando a intentar dejar el grupo por aquel momento. Entre 1967 y 1969, McCartney expresó en más de una ocasión su insatisfación con la forma de tocar de Harrison. Las tensiones entre ambos quedan patentes durante los ensayos del proyecto Get Back (enero de 1969) en Twickenham Studios, que acabará por editarse como documental bajo el título Let It Be, donde Harrison acaba por decir con sorna: "Bien, no me importa. Tocaré lo que quieras que toque o no tocaré nada si no quieres que toque nada. Todo lo que sea por complacerte, lo haré." Descontento con las pobres condiciones en las que se desarrollaban las sesiones y aletargado por las horas de trabajo, Harrison acabará por abandonar el grupo el 10 de enero, si bien retornará a su trabajo el 22 del mismo mes tras dos reuniones de negocios.
Las relaciones internas del grupo se desarrollaron más cordiales durante las sesiones de grabación de Abbey Road, en las que se incluyen las composiciones de Harrison "Something" y "Here Comes The Sun". "Something" ha sido reconocido como uno de los mejores trabajos de The Beatles tanto por Elvis Presley como por Frank Sinatra, si bien, a modo de anécdota, Sinatra comentó acerca de la canción que era su "composición de Lennon/McCartney favorita". La creciente productividad de Harrison al final de la vida de The Beatles le permitiría recopilar suficiente material para desarrollar una carrera musical en solitario bastante exitosa y larga, que daría comienzo a partir de la última sesión junto al resto del grupo el 4 de enero de 1970, con 26 años.
1970-2001: Después de los Beatles
Saturday, December 1, 2007
Press play right now! Tracks featured are:
- Miles Davis: "Jean Pierre" (from his 1982 album We Want Miles)
- J.B.'s: "Doin' It To Death" (from the 1973 album of the same name)
- Daft Punk: "Ten Minutes of Funk Mix (Armand Van Helden Mix)" (from the 1996 Promo CD Da Funk)
- Herbie Hancock: "Hang Up Your Hang Ups" (from the 1974 album Manchild)
- Jamiroquai: "Canned Heat" (from the compilation 1999 Remixes)
- Kool & The Gang: "Summer Madness" (from the 1974 album Light Of Worlds)
- Esther Williams: "Last Night Changed It All (I Really Had A Ball)" (from the 1976 single of the same name)
Coming soon, Volume 2. This time I'll put some Rick James, Roy Ayers, Parliament... you know, the kind of stuff you sweep under the rug. The real dirty funky sound of the seventies and eighties.
Sunday, November 25, 2007
A girlfriend like this one? Sure! (as long as she doesn't nag you later that your room is cluttered with records all over...)
Has it ever happened to you, boys or girls, that when you have a special quality or if you like something unusual, most of what you'll get will be strange looks from everybody else? well, that's anti-evolution, but that's another story. We'll talk about something more, way more specific.
1997. I was chatting at the college cafeteria with my good old friend Loco Disco and he was telling me about the mentioned dilemma: his girlfriend couldn't stand the Bee Gees, and the other disco music that my friend listened to (Lou Rawls, Tavares
Hace un par de años, conversaba con mi amigo Loco Disco y él me contaba su terrible dilema: su novia no soportaba a los Bee Gees; y el resto de música que Disco escuchaba (Lou Rawls, Kool & The Gang, Tavares, etc.) le era indiferente. No le prestaba atención. Y si le prestaba atención, una vez a las quinientas, era para decir: "¡qué música más huachafa*! ¡Evoluciona papito, madura, crece... estamos en la era rave!"
- U odia mi música, o le importa un pito, pero eso sí, escucha hasta el cansancio los bodrios que mandan las radios románticas -me dijo LD.
- ¿Enrique Iglesias, Ricardo Montaner? - le pregunté.
- Si, Emilio. ¿Qué hago?
Bueno, creo que nada. No hay nada que hacer. A una chica no le puedes obligar a que le guste lo mismo que te gusta a ti, así se trate de la mejor música del mundo, como la de radio Panamericana entre 1980 y 1988. De eso no se trata una relación, ni una amistad, tampoco. Pero, y he aquí lo interesante, no sólo es Loco Disco, también están varios amigos que conozco que tienen el mismo picazón en la espalda: sus novias y/o esposas no aguantan los discos que ellos escuchan y, lo peor de todo, ni les prestan atención. No hay respeto. Los casos son más severos en lo que es Jazz y Rock Progresivo. Ahí si cagaron leches.
En mi adolescencia, yo era hiper-fanático -terríble y enfermízamente fanático- de tres bandas: Police, Emerson Lake & Palmer y Alan Parsons Project. No paraba de escuchar su música, aprenderme sus letras, dibujar sus portadas ni relacionar los eventos de mi vida cotidiana con las canciones que ellos ponían en sus discos. The Police era interesante, y fue una fiebre que me duró cuatro largos años, de 1987 a 1991. La de Alan Parsons me duró de 1990 a 1992, año en que completé toda la colección original de cassettes del más grande productor e ingeniero de sonido británico.
A todas mis amigas -posibles novias o no- les hacía escuchar mi música favorita. ¿Qué creen? ¡No les gustaba! ¡Les llegaba al trozeiro! Y como era yo un chiquillo de 15 años, no podía aún discernir entre lo que era libertad de escuchar y buen gusto.
Ahora, 10 años después, no me hago problemas si a mi novia le gustan mis gustos o no. Pero de que me hacía líos existenciales, ¡me los hacía! Este fanatismo a escuchar estas bandas me hizo aburrir de muchas fiestas y a terminar repentinamente -y muchas veces definitivamente- conversaciones con chicas que se alocaban por Magneto** o los New Kids On The Block. Yo no podía taparme la boca y decir "A mi me gusta Alan Parsons, ¿Lo has escuchado?" Lo peor no era decir algo así, sino hablar mal de los grupos que dominaban el mercado, que, como Al Capone, eran malos e intocables.
Los amigos sí se animaban a escuchar el buen rock progresivo y todas las ondas que nos conseguíamos por ahí. La mayoría de las chicas de mi generación y de mi ciudad, y esto es una afirmación, han crecido con un pésimo gusto musical, limitado a caras bonitas, video-clips y telenovelas.
Fish Out Of Water, de Chris Squire, 1975. El álbum más progresivo y el menos comprado por el género femenino.
Hace años, leía en una revista "Pelo" de 1974, me parece, un artículo que decía que la superbanda Emerson Lake & Palmer nunca iba a tocar el number one de Billboard ni en álbumes ni singles. La razón: no eran comerciales. Pero eso es difícil de definir. La línea que divide lo comercial y lo no comercial es muy borrosa y en cualquier momento se desvanece en uno u otro lado de la frontera:
Ejemplo 1: Nirvana con "Smells Like Teen Spirit" llegando al Top Ten en 1992.
El caso más dramático, a nivel latinoamérica, es el de Luis Miguel, que pasó repentinamente de ser un chiquillo cantante de canciones-dolor-de-estómago a un adolescente que llega a registros altísimos con un dramatismo excepcional al interpretar "Palabra de Honor", o "La Incondicional". El cover de "Blame It On The Boogie" ("Será que no me Amas") de los Jacksons era un entremés a lo que Luis Miguel haría con los boleros en su álbum "Romance"; de la misma forma que José Feliciano lo hizo en 1966. ¿Las seguidoras de Micky coreando "La Barca", "Inolvidable", "Mucho Corazón"? Me quito el sombrero por el CD "Romance", de Micky, y por los que vinieron después, también. Había que ponerles a las seguidoras de Melody y Televisa algo de buen sonido, pues, si no... no me imagino qué catástrofe cultural pudiera haber sucedido (¿o está sucediendo?).
Una vez a las quinientas.
La sociedad occidental, bañada en un pegajoso machismo que a veces está más incrustado en nuestros hipotálamos de lo que pensamos, considera que un hombre escucha "buena música", pero una mujer tiene demasiadas ocupaciones para escucharla. "El fin de la mujer es escuchar la música, si, pero la que le canta el hombre, enamorándola. Ella no tiene por qué cantar canciones románticas, porque los hombres no las escucharán". Por eso es que nos parece agradablemente extraño el auge no de cantantes femeninas, sino de grupos femeninos de rock con mujeres colocándose guitarras eléctricas y bajos y sentándose en baterías para tocar música de hombres. Liz Phair, Courtney Love y su banda Hole, L7, etcétera. La primera mujer solista que tomó un rol masculino en el rock and roll fue, en mi modesta opinión, Chrissie Hynde de Pretenders. Ella tenía una guitarra, arma aluciva al falo del hombre, tan común en los grupos de rock masculinos. La cojuda sufría de amor heterosexual por ser rechazada por un ciego imbécil. Luego llegaron las Go-Gos y el asunto fue ya cobrando fuerza. Un grupo femenino puede ser excelente o malísimo, dependiendo de la calidad de ellas como músicos y compositoras. Tampoco hay que caer en los prejuicios así de fácil.
Por lo tanto, yo no estoy diciendo que todas las chicas tienen mal gusto por no escuchar Emerson, Lake & Palmer. Lo que estoy afirmando es que hay una tendencia social a encasillar o agrupar sexos, según su gusto. A un rockero de los clásicos no le puede gustar, por ningún motivo, la música de Enrique Iglesias, ni mucho menos la de LocoMía, aquel grupo español de cuatro tipos, más gays que los Hobbits, con buena pinta que dominó las pistas de baile a inicios de los noventa. LocoMía era buena música, a mi parecer.
En una discusión así, está mejor el que cede, dice mi abuelo.
Seguro se pensará que estoy generalizando, pero eso es falso. Conozco chicas con gustos musicales muy buenos, y que no se tragan todo lo que los galanes de telenovelas graban ni tampoco son fanáticas de cualquier mequetrefe con cara de niño que triunfa por ser hijo de papá. Estaría bien decir, al final, que a ellas no les vendría mal comprarse una vez a las quinientas, en vez de ropa linda, un buen disco como Led Zeppelin III o el Chronicle de los Creedence Clearwater Revival.
A nosotros, los fanáticos, tampoco nos vendría mal comprarnos ropa más decente. Una vez a las quinientas, y ordenar nuestro closet, que los discos no están en orden alfabético.
*Huachafa: femenino de "huachafo". En Perú, significa obsoleto, pasado de moda, anticuado, fuera de contexto, ridículo, etc. Se trata, obviamente, de algo subjetivo.
**Magneto: grupo vocal mexicano de inicios de los noventa. No confundir con el villano de los X-Men.
Saturday, November 24, 2007
¿Una novia así? ¡Claro que sí! (con tal de que después no te salga con que dejas los discos tirados por todas partes...)
Hace un par de años, conversaba con mi amigo Loco Disco y él me contaba su terrible dilema: su novia no soportaba a los Bee Gees; y el resto de música que Disco escuchaba (Lou Rawls, Kool & The Gang, Tavares, etc.) le era indiferente. No le prestaba atención. Y si le prestaba atención, una vez a las quinientas, era para decir: "¡qué música más huachafa*! ¡Evoluciona papito, madura, crece... estamos en la era rave!"
- U odia mi música, o le importa un pito, pero eso sí, escucha hasta el cansancio los bodrios que mandan las radios románticas -me dijo LD.
- ¿Enrique Iglesias, Ricardo Montaner? - le pregunté.
- Si, Emilio. ¿Qué hago?
Bueno, creo que nada. No hay nada que hacer. A una chica no le puedes obligar a que le guste lo mismo que te gusta a ti, así se trate de la mejor música del mundo, como la de radio Panamericana entre 1980 y 1988. De eso no se trata una relación, ni una amistad, tampoco. Pero, y he aquí lo interesante, no sólo es Loco Disco, también están varios amigos que conozco que tienen el mismo picazón en la espalda: sus novias y/o esposas no aguantan los discos que ellos escuchan y, lo peor de todo, ni les prestan atención. No hay respeto. Los casos son más severos en lo que es Jazz y Rock Progresivo. Ahí si cagaron leches.
En mi adolescencia, yo era hiper-fanático -terríble y enfermízamente fanático- de tres bandas: Police, Emerson Lake & Palmer y Alan Parsons Project. No paraba de escuchar su música, aprenderme sus letras, dibujar sus portadas ni relacionar los eventos de mi vida cotidiana con las canciones que ellos ponían en sus discos. The Police era interesante, y fue una fiebre que me duró cuatro largos años, de 1987 a 1991. La de Alan Parsons me duró de 1990 a 1992, año en que completé toda la colección original de cassettes del más grande productor e ingeniero de sonido británico.
Ahora, 10 años después, no me hago problemas si a mi novia le gustan mis gustos o no. Pero de que me hacía líos existenciales, ¡me los hacía! Este fanatismo a escuchar estas bandas me hizo aburrir de muchas fiestas y a terminar repentinamente -y muchas veces definitivamente- conversaciones con chicas que se alocaban por Magneto** o los New Kids On The Block. Yo no podía taparme la boca y decir "A mi me gusta Alan Parsons, ¿Lo has escuchado?" Lo peor no era decir algo así, sino hablar mal de los grupos que dominaban el mercado, que, como Al Capone, eran malos e intocables.
Los amigos sí se animaban a escuchar el buen rock progresivo y todas las ondas que nos conseguíamos por ahí. La mayoría de las chicas de mi generación y de mi ciudad, y esto es una afirmación, han crecido con un pésimo gusto musical, limitado a caras bonitas, video-clips y telenovelas.
Hace años, leía en una revista "Pelo" de 1974, me parece, un artículo que decía que la superbanda Emerson Lake & Palmer nunca iba a tocar el number one de Billboard ni en álbumes ni singles. La razón: no eran comerciales. Pero eso es difícil de definir. La línea que divide lo comercial y lo no comercial es muy borrosa y en cualquier momento se desvanece en uno u otro lado de la frontera:
Ejemplo 1: Nirvana con "Smells Like Teen Spirit" llegando al Top Ten en 1992.
El caso más dramático, a nivel latinoamérica, es el de Luis Miguel, que pasó repentinamente de ser un chiquillo cantante de canciones-dolor-de-estómago a un adolescente que llega a registros altísimos con un dramatismo excepcional al interpretar "Palabra de Honor", o "La Incondicional". El cover de "Blame It On The Boogie" ("Será que no me Amas") de los Jacksons era un entremés a lo que Luis Miguel haría con los boleros en su álbum "Romance"; de la misma forma que José Feliciano lo hizo en 1966. ¿Las seguidoras de Micky coreando "La Barca", "Inolvidable", "Mucho Corazón"? Me quito el sombrero por el CD "Romance", de Micky, y por los que vinieron después, también. Había que ponerles a las seguidoras de Melody y Televisa algo de buen sonido, pues, si no... no me imagino qué catástrofe cultural pudiera haber sucedido (¿o está sucediendo?).
Una vez a las quinientas.
La sociedad occidental, bañada en un pegajoso machismo que a veces está más incrustado en nuestros hipotálamos de lo que pensamos, considera que un hombre escucha "buena música", pero una mujer tiene demasiadas ocupaciones para escucharla. "El fin de la mujer es escuchar la música, si, pero la que le canta el hombre, enamorándola. Ella no tiene por qué cantar canciones románticas, porque los hombres no las escucharán". Por eso es que nos parece agradablemente extraño el auge no de cantantes femeninas, sino de grupos femeninos de rock con mujeres colocándose guitarras eléctricas y bajos y sentándose en baterías para tocar música de hombres. Liz Phair, Courtney Love y su banda Hole, L7, etcétera. La primera mujer solista que tomó un rol masculino en el rock and roll fue, en mi modesta opinión, Chrissie Hynde de Pretenders. Ella tenía una guitarra, arma aluciva al falo del hombre, tan común en los grupos de rock masculinos. La cojuda sufría de amor heterosexual por ser rechazada por un ciego imbécil. Luego llegaron las Go-Gos y el asunto fue ya cobrando fuerza. Un grupo femenino puede ser excelente o malísimo, dependiendo de la calidad de ellas como músicos y compositoras. Tampoco hay que caer en los prejuicios así de fácil.
Por lo tanto, yo no estoy diciendo que todas las chicas tienen mal gusto por no escuchar Emerson, Lake & Palmer. Lo que estoy afirmando es que hay una tendencia social a encasillar o agrupar sexos, según su gusto. A un rockero de los clásicos no le puede gustar, por ningún motivo, la música de Enrique Iglesias, ni mucho menos la de LocoMía, aquel grupo español de cuatro tipos, más gays que los Hobbits, con buena pinta que dominó las pistas de baile a inicios de los noventa. LocoMía era buena música, a mi parecer.
En una discusión así, está mejor el que cede, dice mi abuelo.
Seguro se pensará que estoy generalizando, pero eso es falso. Conozco chicas con gustos musicales muy buenos, y que no se tragan todo lo que los galanes de telenovelas graban ni tampoco son fanáticas de cualquier mequetrefe con cara de niño que triunfa por ser hijo de papá. Estaría bien decir, al final, que a ellas no les vendría mal comprarse una vez a las quinientas, en vez de ropa linda, un buen disco como Led Zeppelin III o el Chronicle de los Creedence Clearwater Revival.
A nosotros, los fanáticos, tampoco nos vendría mal comprarnos ropa más decente. Una vez a las quinientas, y ordenar nuestro closet, que los discos no están en orden alfabético.
*Huachafa: femenino de "huachafo". En Perú, significa obsoleto, pasado de moda, anticuado, fuera de contexto, ridículo, etc. Se trata, obviamente, de algo subjetivo.
**Magneto: grupo vocal mexicano de inicios de los noventa. No confundir con el villano de los X-Men.
Tuesday, November 20, 2007
Next stop: ban all those horrible Peanuts TV specials! Great Pumpkin is anti-christian! See what I mean? We live in a paranoid society. See below:
November 18, 2007
The Medium
Sweeping the Clouds Away
By VIRGINIA HEFFERNAN
Sunny days! The earliest episodes of “Sesame Street” are available on digital video! Break out some Keebler products, fire up the DVD player and prepare for the exquisite pleasure-pain of top-shelf nostalgia.
Just don’t bring the children. According to an earnest warning on Volumes 1 and 2, “Sesame Street: Old School” is adults-only: “These early ‘Sesame Street’ episodes are intended for grown-ups, and may not suit the needs of today’s preschool child.”
Say what? At a recent all-ages home screening, a hush fell over the room. “What did they do to us?” asked one Gen-X mother of two, finally. The show rolled, and the sweet trauma came flooding back. What they did to us was hard-core. Man, was that scene rough. The masonry on the dingy brownstone at 123 Sesame Street, where the closeted Ernie and Bert shared a dismal basement apartment, was deteriorating. Cookie Monster was on a fast track to diabetes. Oscar’s depression was untreated. Prozacky Elmo didn’t exist.
Nothing in the children’s entertainment of today, candy-colored animation hopped up on computer tricks, can prepare young or old for this frightening glimpse of simpler times. Back then — as on the very first episode, which aired on PBS Nov. 10, 1969 — a pretty, lonely girl like Sally might find herself befriended by an older male stranger who held her hand and took her home. Granted, Gordon just wanted Sally to meet his wife and have some milk and cookies, but... well, he could have wanted anything. As it was, he fed her milk and cookies. The milk looks dangerously whole.
Live-action cows also charge the 1969 screen — cows eating common grass, not grain improved with hormones. Cows are milked by plain old farmers, who use their unsanitary hands and fill one bucket at a time. Elsewhere, two brothers risk concussion while whaling on each other with allergenic feather pillows. Overweight layabouts, lacking touch-screen iPods and headphones, jockey for airtime with their deafening transistor radios. And one of those radios plays a late-’60s news report — something about a “senior American official” and “two billion in credit over the next five years” — that conjures a bleak economic climate, with war debt and stagflation in the offing.
The old “Sesame Street” is not for the faint of heart, and certainly not for softies born since 1998, when the chipper “Elmo’s World” started. Anyone who considers bull markets normal, extracurricular activities sacrosanct and New York a tidy, governable place — well, the original “Sesame Street” might hurt your feelings.
I asked Carol-Lynn Parente, the executive producer of “Sesame Street,” how exactly the first episodes were unsuitable for toddlers in 2007. She told me about Alistair Cookie and the parody “Monsterpiece Theater.” Alistair Cookie, played by Cookie Monster, used to appear with a pipe, which he later gobbled. According to Parente, “That modeled the wrong behavior” — smoking, eating pipes — “so we reshot those scenes without the pipe, and then we dropped the parody altogether.”
Which brought Parente to a feature of “Sesame Street” that had not been reconstructed: the chronically mood-disordered Oscar the Grouch. On the first episode, Oscar seems irredeemably miserable — hypersensitive, sarcastic, misanthropic. (Bert, too, is described as grouchy; none of the characters, in fact, is especially sunshiney except maybe Ernie, who also seems slow.) “We might not be able to create a character like Oscar now,” she said.
Snuffleupagus is visible only to Big Bird; since 1985, all the characters can see him, as Big Bird’s old protestations that he was not hallucinating came to seem a little creepy, not to mention somewhat strained. As for Cookie Monster, he can be seen in the old-school episodes in his former inglorious incarnation: a blue, googly-eyed cookievore with a signature gobble (“om nom nom nom”). Originally designed by Jim Henson for use in commercials for General Foods International and Frito-Lay, Cookie Monster was never a righteous figure. His controversial conversion to a more diverse diet wouldn’t come until 2005, and in the early seasons he comes across a Child’s First Addict.
The biggest surprise of the early episodes is the rural — agrarian, even — sequences. Episode 1 spends a stoned time warp in the company of backlighted cows, while they mill around and chew cud. This pastoral scene rolls to an industrial voiceover explaining dairy farms, and the sleepy chords of Joe Raposo’s aimless masterpiece, “Hey Cow, I See You Now.” Chewing the grass so green/Making the milk/Waiting for milking time/Waiting for giving time/Mmmmm.
Oh, what’s that? Right, the trance of early “Sesame Street” and its country-time sequences. In spite of the show’s devotion to its “target child,” the “4-year-old inner-city black youngster” (as The New York Times explained in 1979), the first episodes join kids cavorting in amber waves of grain — black children, mostly, who must be pressed into service as the face of America’s farms uniquely on “Sesame Street.”
In East Harlem and Bedford-Stuyvesant in 1978, 95 percent of households with kids ages 2 to 5 watched “Sesame Street.” The figure was even higher in Washington. Nationwide, though, the number wasn’t much lower, and was largely determined by the whims of the PBS affiliates: 80 percent in houses with young children. The so-called inner city became anywhere that “Sesame Street” played, because the Children’s Television Workshop declared the inner city not a grim sociological reality but a full-color fantasy — an eccentric scene, framed by a box and far removed from real farmland and city streets alike.
The concept of the “inner city” — or “slums,” as The Times bluntly put it in its first review of “Sesame Street” — was therefore transformed into a kind of Xanadu on the show: a bright, no-clouds, clear-air place where people bopped around with monsters and didn’t worry too much about money, cleanliness or projecting false cheer. The Upper West Side, hardly a burned-out ghetto, was said to be the model.
People on “Sesame Street” had limited possibilities and fixed identities, and (the best part) you weren’t expected to change much. The harshness of existence was a given, and no one was proposing that numbers and letters would lead you “out” of your inner city to Elysian suburbs. Instead, “Sesame Street” suggested that learning might merely make our days more bearable, more interesting, funnier. It encouraged us, above all, to be nice to our neighbors and to cultivate the safer pleasures that take the edge off — taking baths, eating cookies, reading. Don’t tell the kids.
Points of Entry
Caveat teletor: Volumes 1 and 2 of “Sesame Street: Old School” are available on DVD, which you can sample and buy on Sesameworkshop.org. With a few episodes, extras and celebrity appearances by the likes of Richard Pryor and Lou Rawls, “Old School” sounds harmless enough. But are you ready to mainline this much ’70s nostalgia?
The Way Old: YouTube is great for performance art. If 1969 is not far back enough for you, how’s 1935? The Oscar-winning short film “How to Sleep,” by the Algonquin Round-Tabler Robert Benchley, can be found here in sumptuous black-and-white; search for his name and the film’s title on YouTube.
Come of Age: Marshall Herskovitz and Edward Zwick, the men of “My So-Called Life” and “thirtysomething,” have at last introduced their online-only young-adult series, “Quarterlife.” It started Nov. 11 on MySpaceTV.com, and it marks the first time a network-quality series — a long indie film, really — has been produced directly for the Internet. If the old times unnerve you, welcome to the new times.
Sunday, November 18, 2007
The world famous hotel trashers were called satanic, mischevious and even mediocre (this due to some poor performances around the 1973 tour) but they standed the generational test. Nowadays, more and more teenage kids want to listen the superb first four Led Zeppelin albums and at this moment, lots of them are trying the guitar intro of "Stairway To Heaven" for the first time. Around the globe.