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Friday, August 12, 2022


GIT (Interdisc, 1984), GIT (Interdisc, 1985), GIT (Interdisc, 1986)

GIT (Acrónimo de Guyot, Iturry y Toth) Dícese de la banda que, a mediados de los ochentas en Sudamérica, sonaba así:







Véase los años en que los tres primeros discos de GIT aparecieron y un choque eléctrico de nostalgia nos caerá a todos los que recordamos con cariño a esta banda que competía por la preferencia del público argentino con monstruos como Soda Stereo, Charly García y los Fabulosos Cadillacs (¡Hey, no sólo público argentino sino sudamericano también!). 

En Lima los descubrimos gracias a la onda expansiva que trajo Charly García en 1984 con sus Modern Clix y Piano Bar. Los miembros de GIT, el guitarrista Pablo Guyot, el baterista Willy Iturri y el bajista y cantante Alfredo Toth habían sido músicos de sesión de Piano Bar y previamente del cantante Raúl Porchetto, y tenían pasta para iniciar una carrera como grupo. Triunfaron rotundamente en México, Chile y Perú pero siempre bajo la sombra vigilante y tamizadora de Soda Stereo, hasta ahora la mejor banda de rock latino.




Tal como lo cantaron en la canción "Tarado de Cumpleaños," del tercer LP, "no los vimos" como eran en su momento, y eso que los pasaban por la radio "una y otra vez". A pesar de haber grabado un segundo disco desastroso, producido por Gustavo Santaolalla y con una batería cuya tarola sonaba como a lata (o como si estuvieran martillando en la casa de al lado, como dijo mi padre una vez), supieron moverse bien y colocar su sonido en la FM de países como el Perú. GIT era la versión sanitizada y normalizada de la new wave argentina con un exagerado aire a lo Police. Si estos últimos tenían a la  "Roxanne," GIT tenía a otra prostituta, "Ana", y también la calle era su lugar. Para contar la historia de la amiga del pordiosero, se inspiraron en los arpegios y línea de bajo de "Message In A Bottle." Al principio, los chicos de la banda tenían historias urbanas que contar con mucho más sentido que las incoherencias y vaguezas de la lírica de Soda Stereo, pero con mucho menos efectismo (si hay algo de evolución en GIT, es en la lentamente progresiva abstracción lírica).

Dudo que Alfredo Toth haya usado maquillaje de la misma forma que Gustavo Cerati o Miguel Abuelo en un escenario, aunque aparecía en los escenarios vestido como arquitecto o diseñador de interiores gay. Aquella "sinceridad lírica" pasaría a convertirse luego en una abstracción forzada, al notar que Soda Stereo y su corriente vendía más LPs.

Los tres discos, lanzados anualmente entre 1984 y 1986, son muy similares entre sí y a diferencia de la batería latosa del segundo, no hay una evolución de sonido ni intento de madurez, lo cual en esos años era algo que para las radios era prescindible. Era música con el firme y solemne propósito de entretener, y GIT era más que entretenido. El maestro Charly García produjo el primer disco, grabado en Ibiza, y les dió la palmada inicial, deseándoles suerte. El sonido es minimalista: guitarra, bajo y batería al grano y sin mucho efecto o complicación, salvo flanger aquí, reverb allá, un saxofón en "Roca de Ibiza," etcétera. Verso-coro-verso-solo-verso-coro y listo, siguiente canción. Pero en aquel entonces, al igual que ahora, reconocimos el talento de la banda y los admiramos por ser entretenidos y generar melodías y ritmos pegajosos. El primero tenía "Viento Loco" y "El Juego Comienza," que son dos canciones sobre la angustia del adolescente ante el futuro. Alfredo Toth ya tenía poco más de 33 años cuando la banda se formó pero su lírica y voz lograban llegar a la juventud que terminaba la secundaria, empezaba la carrera universitaria y encontraba los obstáculos de la vida, que en esa época eran más numerosos y peligrosos que un desengaño amoroso o no poder ir a ver a un concierto.

GIT se movía bien en las radios, LPs y cassettes, y eran el equivalente a tener un hermano o hermana mayor que te hacía sentir bien si por alguna razón no tenías fiesta a donde ir y te llevaba a comer una pizza con un milk shake. Ese es el efecto de la canción "Aire De Todos," del segundo disco: a la larga todos estamos en el mismo mundo, y nadie está solo. ¿Qué lindo, no? No es fácil cantar una canción así y hacer a la gente creer en un mundo mejor. Con los años, nos hemos vuelto más cínicos y ahora GIT -desafortunadamente- es sólo un recuerdo.


Una canción funky y con punche, inspirada quizás en "Material Girl" de Madonna y llamada "Es Por Amor" abría el tercer álbum, abstracto como su portada y sin rumbo definido. Pablo Guyot demostraba su guitarreo distorsionado pero a bajo volúmen, dando la idea de que se encontraba lejos de donde los otros dos estaban tocando. Él recibía la influencia de Edge y Andy Summers, y la aplicaba para canciones como ésta y "Tarado de Cumpleaños," otro número rockero sin significado alguno: como se mencionó anteriormente, la banda estaba buscando el éxito con líricas incoherentes pero agradables al oído de la misma forma que Soda Stereo lo hacía, con mucho más éxito. "Buenas Noches Beirut" comentaba el ajeno problema del Medio Oriente en un tono sombrío y misterioso, al estilo de "In The Air Tonight" de Phil Collins. GIT y Soda Stereo intentaban cerrar la brecha entre el rock en español y el británico de los ochentas, aunque con el tiempo nos dimos cuenta que esa brecha no era tan grande, y probablemente nunca existió, salvo en los balances trimestrales de las disqueras.
 

El fin de GIT se vino rápido con dos discos muy pobres: Primera Sangre y un tiro de gracia llamado Distorsión. Problemas con la fama, la arrogancia, el alcohol y la dejadez provocaron el fin de la banda hacia 1994. Pero los tres primeros, aunque para algunos sean malos, son inolvidables... bueno, al menos para mí.

Friday, June 24, 2022

Partners In Crime (MCA, 1979)

RUPERT HOLMES

Partners In Crime is an approachable, delicate and curious album about the continuing ironies of love, affection, and cheating. The first hit single of the 80's decade, "Escape (The Pina Colada Song)" presents our narrator -later our buddy and in some cases our alter ego- feeling the depressions of rutine in his relationship with his lady. Egotistically, he searches the personal ads in a newspaper so he can run away from the boredom of eating the same rice-and-beans dinner every night. When he meets his connection, she happens to be his own girlfriend, also running away from him. The funny thing is one never knew the other actually love Pina Coladas, and to get caught in the rain. They were long-time lovers, and love, Rupert says, is a fading flower in a world where trust is also fading, each and every day.

The journey continues with the album's title track as we follow two couples: one, a teenage hooker that doesn't tell the difference between affection and self-esteem in her relationship with her pimp. The other couple, a dominatrix and his slave who, during office hours, is her boss. They have to know that something's wrong with their lifestyles, isn't it? How an innocent girl could be treated that way and feel that need for a pimp? How come work is a great aphrodisiac, turning simple people into power and pain? This song is a funky-cheating-adult-oriented number with a brilliant horn arrangement, putting us in the key-city of the cheating events: New York.

After a lament of being "Nearsighted" and being rejected by girls because of this -stupid excuse-, Rupert sighs and takes the story on the "Lunch Hour" in Manhattan, where a girl takes the cab to visit her current lover in a hotel, just when she was supposed to have a meal. "Whatever had for lunch agrees with you", Rupert comments with her. With the fast paced rhythm, he also introduces us to a "lunch hour" of a Brooklyn businessman and the hot stewardess from Air Canada he meets every day in a hotel. It's the most colorful and descriptive song of the album, and Holmes proves himself as a first-level narrator.

"Him" is the moment when the singer finds out he's been cheated for a while, the same way he's been doing it. A pack of cigarrettes, next to the window, that is not his brand proves it, and he sings with the biggest self-compassion ever present in a pop song. This guy, Holmes, must really know about love and deception, we think. And the songs' order is a good proof of that. After "Him", we can tell the broken hearted guy's is compulsevly searching for love with his "Answering Machine", he wonders about the women he'll never get to love when he sees them on the streets, and feels a lot of nostalgia. So he goes down to the bottom of his moods. But at the near end of the album, he decides to be sincere with himself and start believing that there must me something better than the life he's been thru. "Get outta yourself". Cheating is not about an obsession with other people but with ourselves and our lack of inner peace.

The end of the album is a resolution, a conclusion, a bet for love. "In You I Trust" completes the circle and leaves the listener ready for another pass of that sweet and sour taste of love, need, infatuation and cheat. A must for all wives and lovers around the World.


Friday, May 20, 2022


Vangelis (1943-2022)



El tipo sabía lo que verdaderamente
significaba una melodía: sabía cómo funcionaba no solo en teoría sino en
nuestros propios cerebros. Entendió que la música era la ruta a lugares que el
ser humano no había encontrado aún: espacios exteriores e interiores que nos
son aún misteriosos y confusos. Vangelis propuso rutas a través de su música y
el mundo, especialmente durante los setentas y ochentas, las fue tomando
gracias al cine y la televisión. Al mismo tiempo que la música del griego
entraba en nuestro subconsciente, nos hacía ver que el universo era más grande
de lo que creíamos. Y no solo en el aspecto astrofísico: Vangelis dio al mundo
una voz: la banda sonora de la exploración y el asombro ante descubrimientos.
Hizo la banda sonora de
1492: Conquest of
Paradise
y le intentó dar algo de humanidad a Cristóbal Colón. Con la
película
Chariots of Fire logró un
Oscar y un buen puesto en Billboard. Y su trabajo en
Blade Runner nos llevó a un mundo distópico que cada vez se parece
más a la realidad.



La música de Vangelis no diferenciaba
presente, pasado o futuro. Podía enviarnos a China 5,000 años atrás y a la vez
ubicarnos en las regiones externas del Sistema Solar, en una nave interestelar
que ya hubiera querido tener Fritz Zwicky para sus estudios de materia oscura. También
se puede viajar en el espacio y el tiempo con dos de sus contemporáneos de la
electrónica y la
New Age, el francés
Jean-Michel Jarre y el japonés Kitaro, pero Vangelis le supo dar a su música
aquel lado terrenal y orgánico necesario para poder conectar lo por conocer con
lo conocido de nuestras vidas. Vangelis incluso se asoció con Jon Anderson, vocalista de Yes, para darle lírica a su música y vaya que le funcionó a inicios de los ochentas.

Su amplia obra de seis décadas empieza en el rock y avanza por lo denomiando progressive con su trío Aphrodite's Child a fines de los sesentas para establecerse a inicios de los setentas como un genial creador de bandas sonoras para cine y TV en Francia. Sus álbumes siempre otorgan algo nuevo: un leit-motif al cual aferrarse, una sensasión de comodidad antes desconocida, y también un desafío al instinto explorador del ser humano. Evángelos Odysséas Papathanassío ha muerto el pasado 17 de mayo del 2022 pero su obra recién se expande hacia la profundidad del Cosmos y hacia nuestra propia y limitada existencia. Descansará en paz, pero su música tiene una misión: salvar a la Tierra y a la humanidad.

Chariots of Fire Blade Runner son archi-conocidas y premiadas bandas sonoras que sonarán bastante durante los últimos días de mayo. Pero celebremos el legado del griego con discos como 666 de Aphrodite's Child, Short Stories de Jon & Vangelis, L'Apocalypse Des Animaux, Heaven and Hell, Earth, China, La Fête sauvage, Ignacio, Mask y Albedo 0.39. 

Tuesday, April 5, 2022













Every Move You Make - The Complete Studio
Recordings

(2018) es la caja de vinilos que viene a normalizar la situación de The Police
en lo que respecta a audio de alta gama. Esta vez se han editado los cinco LPs
y un disco de lados B en vinilo de 180 g celebrando los 40 años del álbum debut
Outlandos D
’Amour, una deslumbrante y auténtica joya, y bastión del rock
de los setentas y ochentas.





Pero es
la carrera integral de Police, de 1978 a 1983, la que sería aquella joya, ya
que para comenzar no nos dio jamás un disco flojo o desganado y además contó en
cinco discos una “historia”: el ascenso y caída del bajista y cantante Sting,
el guitarrista Andy Summers y el baterista Stewart Copeland: un grupo de
jóvenes hambrientos por dinero y fama que, al encontrarla, terminaron
arruinando su amistad y volviéndose tan alienados como el personaje de Pink
Floyd en The Wall: ellos construyeron
un muro (o “jaula de oro” como se lo confesó Copeland al periodista mexicano
Jesús Quinteros) para evitar comunicarse con sus fans y con ellos mismos
también.

 


Esta
colección es el complemento a la caja en CD Message
in a Box - The Complete Recordings
aparecida en 1993, que dicho sea de paso
es más completa ya que incluye el single “Fall Out” de 1977 (con el primer
guitarrista de Police Henri Padovani) y los temas de la tétrica película Brimstone and Treacle protagonizada por
Sting. La colección en vinilo incluye, en un disco adicional de lados B, la
innecesaria regrabación o remix de 1983 de “Truth Hits Everybody”: no se
pierden de nada, este tema es mucho mejor en la versión original del álbum
debut.





En
general, en este mes de super-cajas como la del álbum blanco de los Beatles,
esta es una a considerar. Si no tienen ningún álbum de Police en vinilo, cómprenla
porque están cortados a media velocidad en Alemania, y por lo que voy
escuchando, el sonido es superior incluso al de los CDs de 1993.




A
continuación, un artículo escrito por Jesús Quintero, periodista musical
mexicano, en 1999:

Stewart Copeland: The Police se convirtió en una jaula de oro y la única
solución fue reventarla.



Con apenas cinco
álbumes en su haber, el grupo británico The Police definió la esencia de la
música pop en los ochenta gracias a la afortunada fusión de tres personalidades
que han demostrado, en el terreno individual, poseer tanta validez artística
como cuando se sumaron para grabar álbumes hoy clásicos como Reggatta de Blanc (1979), Ghost In The Machine (1981) y Synchronicity (1983).




A doce años del último
concierto masivo de Police, las carreras del ex trío se han caracterizado más
por sus diferencias que afinidades: mientras Sting va en vías de volverse el
Julio Iglesias de su generación con productos cada vez más edulcorados, Andy
Summers ha perseguido una ecléctica carrera como guitarrista lo mismo en el
renglón experimental (con Robert Fripp y John Etheridge) que en el jazz, en
tanto que Stewart Copeland decidió guardar su batería para dedicarse a elaborar
música destinada a series de televisión, cine y ópera.




Y fue precisamente
Copeland, acompañado por su hermano Miles (cabeza del sello Ark 21 Records),
con quien charlamos inicialmente acerca de del disco Outlandos D’Americas, pero
como la historia y la memoria quisieron indagar más en su pasado, cuando junto
a Sting y Summers demostró que el calificativo de “power trio” tuvo una
sustancial modificación, sobre The Police son las siguientes líneas:



Hoy con 46 años, el pelo gris y una discografía de soundtracks que comprende Rumble Fish (1984), Wall Street (1987), Talk
(1993),
Rapa Nui (1994), Highlander: The Final Dimension (1995), Boys (1996), The Leopard Son (1997) y Four
Days in September
(1998), el autor de “Miss Gradenko” admite que el
alejamiento del mundo pop ha enriquecido su capacidad artística, mas ahora,
nutrido por otros sonidos, está tentado a volver a él: “Adoro hacer música para
películas porque cada ocasión es un reto distinto: a veces es de ciencia
ficción, la siguiente de romance, y otra es épica. En cuanto a la dotación
también hay variantes: a veces tengo que trabajar con orquesta, con un grupo de
jazz, con cuerdas o instrumentos electrónicos, y, en cambio, en la música pop
sólo hay una fórmula: tienes tres minutos, nada más; el tema es acerca de un
novio o novia; debe estar construida así: verso-coro-verso-coro-solo-de
guitarra-verso-y-coro. Las reglas son muy estrictas, mas es asombroso lo que puedes
hacer con ellas. Sin embargo, me dio gusto alejarme de eso, y ahora, que tengo
una nueva apreciación de la música pop, me emociona mucho descubrir elementos
luminosos en la ella. Me gusta y tengo el deseo de tocarla nuevamente”.




Acaso porque era el
cantante y principal compositor, Sting (cuyo verdadero nombre es Gordon Matthew
Sumner) le parecía a mucha gente el eje de The Police. Ello, asegura Copeland,
no dio pie a rencores dentro del grupo, ni propició restricciones artísticas a
él ni a Summers: “Sting no era el problema, sino The Police. Pues el grupo se
volvió muy importante a nivel comercial, nos rebasó a nosotros mismos,
transformándose en la gallina de los huevos de oro. Conforme los éxitos fueron
sucediendo uno tras otro, aquello se convirtió en una jaula de oro, y aunque
cada uno tenía sus proyectos alternos [Sting se dedicó a la actuación
cinematográfica, Summers a trabajar con Fripp y Copeland a dos proyectos
musicales: Klark Kent y Animal Logic], siempre teníamos que regresar a The
Police porque había que sacar un sencillo, grabar un álbum o hacer un video.
Entonces, lo único que nos quedó fue salirnos de esa jaula. Reventarla”.




Mas la distancia física
entre los integrantes no ha eliminado la posibilidad del reconocimiento ajeno,
al menos eso dice Copeland. Con acento que trasluce dosis mínima de sarcasmo,
dice admirar todavía el trabajo actual de Sting. “Me gustan sus letras y compro
sus discos. Pero... sí hay algo que te puedo asegurar: lo que hacía The Police
era más chingón que lo que él hace ahora”.



Llevado al territorio
del autoexamen, el también autor de “Bombs Away” dice sobre sus canciones
favoritas de The Police: “No oigo muchos los discos del grupo, pero supongo que
mis predilectas son “Message in a Bottle”, “Can’t Stand Losing You”, “Shadows
in the Rain”, pero la lista cambia a menudo. Y en cuanto a la peor: “Behind
my...cam...” no. “Behind my...” no. “Behind my Camel” [dice al fin, como si
dicho título se tratara de una maldición], que grabamos para el tercer disco [Zenyatta Mondatta, 1980] y que de
verdad odiábamos. Es un tema de Andy. Sting y yo lo detestamos y nos
rehusábamos a interpretarla, pero yo tuve que tocar la batería porque nadie más
en el grupo sabía hacerlo y Andy tuvo que encargarse del bajo. Recuerdo que
tratamos por todos los medios de impedir que se grabara: escondíamos la cinta y
cosas así. Al momento de decidir cuáles canciones entrarían al álbum, cuáles
serían lados B y los sencillos, Andy dijo: Yo creo en el grupo, así que tienen
que incluir esa canción en el long play. Insistió tanto que al final entró.
Poco más de un año después recibimos un Grammy en la categoría de el mejor tema
de rock instrumental por “Behind my Camel” [se ríe] y cada uno recibió su
premio, hasta Sting”.




A principios de año, en
la prensa inglesa corrió con fuerza el rumor de una reagrupación de The Police.
Sobre esa posibilidad, Copeland es tajante: “No, no habrá nada. El concepto que
ahora me interesa es Outlandos... Sting tiene una carrera muy exitosa como
solista y ni Andy ni yo quisiéramos quitarle nada a él, porque Sting es un tipo
que se siente feliz. Yo, por mi parte, tengo mi estudio, donde me encanta hacer
música para películas, pero por todo eso no he tenido oportunidad de tocar la
batería. Quizá la única posibilidad de ver a The Police nuevamente juntos sería
en un concierto de Rain Forest o algo así. El último concierto que dimos fue en
la ceremonia matrimonial de Sting [el 22 de agosto de 1992]. 
Así, terminamos
convertidos en una banda de bodas”.




Pero las
reconciliaciones también se dan hasta en las familias más disímiles. Refiere
Miles Copeland: “Hace tres semanas los tres tuvieron una charla telefónica.
Andy visitó a Sting en Italia y Stewart habló con ellos desde su estudio en Los
Angeles. La plática duró tres horas y giró sobre The Police y cada una de las
canciones que grabaron y ya están pensando hacer un álbum... [e interrumpe su
hermano menor] Y no faltó el tema del “Behind Andy’s Camel”. Nos acordamos de
Andy gitándonos: ¡¡Ratas, hijos de la chingada!!! ¡¡Recuerdo todo lo que me
dijeron para no grabar mi canción!! Así estuvimos, fue como ir al psiquiatra.
Se trató de una terapia de grupo”...




Se dice que la memoria
es selectiva, y aunque a Copeland se le recordó que, a decir del grupo, la
experiencia de su único concierto en el Distrito Federal, el 15 de diciembre de
1980 en el Hotel de la Ciudad de México, fue fatal (en el aeropuerto hubo un
apagón a su llegada, Sting se horrorizó con un niño que hurgaba comida entre la
basura, a la salida de la terminal aérea el chofer que los llevaba atropelló a
un perro, Summers esperó lo peor al enterarse que era el primer concierto de
rock después de muchos años, y durante el concierto -se quejó Stewart con el
reportero James Henke, de la revista Rolling Stone- la gente ni siquiera podía
cantar al mismo ritmo que Sting), hoy lo ve con otros ojos: “No me acuerdo de
que hayamos dicho algo malo. Al contrario, estuvimos muy a gusto. De hecho, en
la historia de The Police fue la única vez que hemos visto al público comerse
el escenario. Fue uno de los conciertos más salvajes que hayamos tenido”.







Jesús Quinteros, México D.F., 1999

Friday, March 11, 2022














En 1992 Steve Miller y su banda literalmente cambió mi forma de ver la música en y me hizo descubrir que el rock era una forma de vida, una actitud, algo más que un producto prefabricado. Es difícil de entender esta idea puesto que hasta por lo menos 1998 el rock, así como la industria discográfica en general, vivía de una fórmula incólume y perenne a base de ventas físicas de plásticos y vinilos.

The Best Of 1968-1973 es uno de los CDs de los cuales tengo mejores recuerdos de cuando lo escuché por primera vez. Estaba en la tienda de discos Music Box y estaba dudando en comprar uno de dos CDs, el In Rock de Deep Purple (Harvest, 1970) y éste. Al final me animé por descubrir qué otros éxitos había tenido Steve Miller antes de "Abracadabra", "Fly Like An Eagle" y "The Joker".





¡Acertada decisión! Las canciones no están ordenadas cronológicamente sino más bien de forma que el oyente pueda pasar de un estado de ánimo a otro sin muchos altibajos. Por razones comerciales, el disco se inicia con "The Joker" (probablemente el tema más conocido de Steve antes de "Abracadabra") e inmediatamente a sacudir las caderas con "Living In The U.S.A.", canción hippy contra la guerra de Vietnam y el marketing hacia la juventud. Steve grita desesperado: somebody give me a cheeseburger! para culminar su penosa asimilación al sistema capitalista que luchaba contra un comunismo que estaba bastante lejos; pero qué se podía discutir con gente segura de la Ley del Dominó.

"My Dark Hour" es un lamento de blues con un riff idéntico al de "Fly Like An Eagle" y con la participación de un músico llamado Paul Ramon, mejor conocido como Paul McCartney, tocando con aquel joven músico en uno de sus escapes de Abbey Road. Para "Come On In My Kitchen", ya el disco me parecía una joya: escuchar a Steve en vivo, con sólo una guitarra de 12 cuerdas, cantando su versión del blues de Robert Johnson.





La psicodelia está en la pista 9, con "Song For Our Ancestors", instrumental humeante que abre el Lp "Sailor" (Capitol, 1968) y que mezcla el sonido de las bocinas de los barcos que pasan por la Bahía de San Francisco. "Your Saving Grace", la continuación de "Ancestors", es el tema más resplandeciente del disco, compuesto por el baterista Tim Davis. Le siguen las baladas "Seasons" y "Quicksilver Girl", la estridente "Space Cowboy", la melancólica "Kow Kow (Calqulator)" y "Don´t Let Nobody Turn You Around", otra protesta contra la guerra con frases más directas como: No dejes que el general del ejército te dé la contra. Tienes que caminar, marchando, hasta la tierra de la libertad. El final no podía ser mejor, con "Sugar Babe", una canción alegre sobre una chica de Alabama quien siempre espera a Steve cada vez que él sale a cantar por los demás pueblos.





77 minutos de musica sin prejuicios, fresca y fácil de cantar y tocar. He aquí la obra escogida por Steve mismo; los mejores temas de sus primeros cinco años de carrera, con un sonido que sigue causándome admiración y respeto. Admiro a Steve Miller como músico y cantante, por sus letras simples e inspiradas, de inocente sentimiento, y también como persona. Este disco demostrará dicha admiración.



Fue el disco Greatest Hits 1974-78 el que le dio la gloria a Steve y lo puso a vivir en los tornamesas y caseteras de EE.UU. Esencialmente es un resumen de los dos álbumes más exitosos que grabó de un tirón: Fly Like an Eagle y Book of Dreams. Miller fusionó el blues de gente como Son House y Blind Lemon Jefferson con música popular simple y a la vez atractiva como la compuesta en el Tin Pan Alley. "Rock N' Me", por ejemplo, logra con un soberbio trabajo de guitarras elaborar más lo creado por Muddy Waters y T-Bone Walker y acercarlo más a un Country-Rock que, al menos fuera de EE.UU. carece de connotaciones racistas o de lucha de clases. "Serenade" y "Wild Mountain Honey" definen tan bien la FM de mediados de los 70 como "Ancestors" define el ambiente de San Francisco hacia fines de los sesentas. En resumen: Steve Miller Band es un auténtico y legítimo heredero del sonido que los Beatles establecieron y que interrumpieron en 1969.

Y también en resumen: este par de CDs te harán feliz la vida.

Tuesday, February 1, 2022



Cada generación, afirma el crítico de cine Mick LaSalle, cree que es la más vanguardista de todas las que han habido; y para ello se basa principalmente en los avances tecnológicos y en la reducción de los tiempos de procesos. Parece imposible pensar que hubo una época en que, por ejemplo, los celulares no existían y para hacer una llamada había que, puaj... caminar hacia un teléfono con alambres.




Los chicos de ahora, los niños y adolescentes, son muy distintos a los de hace 20 años. Están expuestos a una andanada de información que viene de todos lados, a la cual pueden acceder cuando les venga en gana. Los mayorcitos nunca pudimos darnos ese lujo: antes, la información, junto con la opinión, caía por goteras y provenía de aquellos con los vatios suficientes como para energizar rotativas o antenas de repetidoras. Ahora, cualquiera puede ser generador de noticias; como por ejemplo afirmar que le vió un pezón a Jennifer Lopez en una ceremonia o, peor aún, generar una mentira como la muerte de Jon Bon Jovi.




Stevie Nicks, diosa del escenario de Fleetwood Mac y modelo a seguir de muchas adolescentes en los setentas, comentó: “No sé por qué las niñas de ahora ponen todo lo que hacen en la Internet. ¡Que dejen algo de misterio!”. Ese misterio es lo que algunos sitios Web quieren destruir por completo, dejando a la juventud vulnerable y expuesta ante el inmenso y misterioso... status quo. Dicha juventud está ayudando a los cazadores de información con una complicidad tremenda e inocente, siguiendo un principio el cual establece que a todo el mundo, sin excepción, le gusta estar expuesto y ser famoso. Ese principio no es nada nuevo y se ve desde el momento en que un sitio Web nos pide hacer un comentario, ingresar un número de teléfono o correo electrónico, o crear un blog para contar nuestra vida privada, como si a todo el mundo le interesara.





En 1989 si uno, por ejemplo, era un lorna en la secundaria, un ganso al cual las chicas lo ignoraban olímpicamente por papanatas, eso se quedaba entre las paredes de la escuela y rara vez salía fuera de ésta. Es decir, si tu apodo del colegio era "Pan con Pavo", ese apodo se quedaba entre los doscientos alumnos... no llegaba necesariamente a la China o a Italia, como ahora. Si un chico fue rechazado por una chica en la fiesta de la clase, este chisme puede no sólo ser contado y comentado hasta el hastío, sino que se quedará en la red por un largo tiempo. ¿Cuánto tiempo? No se sabe, pero quién sabe, 20 años después, cuando el mismo chico esté por casarse con su novia, ésta le salga con "¿por qué no me contaste que una tal Larissa Riquelme te rechazó en tu fiesta de promoción? ¿Por qué dijiste que la amabas con locura y que nunca ibas a olvidarla?” Peor: algunos sitios serán "copiados", sin pagar por derechos de autor, por otros sin avisarte y décadas después algunos de tus escritos o comentarios de los que pensaste te deshiciste aún están ahí.





Chicos, la privacidad es un derecho inalienable y va más allá de las ideas políticas o calidad moral. Es lo que nos da no sólo la "máscara" para desenvolvernos en la sociedad, real o virtual, sino en lo que basamos nuestro propio comportamiento. Exponerla es como desnudarnos en público sin ser modelos de Playboy...





...Hablando de Playboy, y usando esta añorada revista como excusa para esta nota, no hace mucho alguien afirmó que fue precisamente esta publicación la que inició la tendencia de exponer nuestra vida privada a los demás a través de medios electromecánicos. Hugh Hefner no sólo desnudaba a sus conejitas sino que les publicaba su edad, lugar de nacimiento, medidas y les preguntaba qué les gustaba o no de un hombre. Hasta ahí, nada del otro mundo; sin embargo sabemos las medidas de Marilyn Monroe, pero claro, nunca supimos si lo suyo fue un suicidio o un asesinato. La privacidad, para los medios, sólo se activa cuando hay cuestiones legales o de seguridad nacional de por medio.





No todos quieren ser personas públicas, pero las nuevas generaciones están siendo forzadas a serlo por una fuerza mediática que no tiene como fin supremo el compartir información entre amigos o descubrir qué fue de la vida de tu compañero de habitación de hace diez años. Si uno no se habla con ellos desde la época de Clinton en la casa blanca, ¿no será por algo? Lo más probable es que no hablen contigo ahora.





La idea de “contactar” como lo puede ser una llamada telefónica, una carta o un beso, no puede ser comparada con una exposición mediática brutal ante 1,500 “amigos”. Eso no es contacto, sino difusión. Las páginas de redes sociales son perfectas para vender un producto –tu vida–, un servicio –tus comentarios de carácter privado– y de paso, expresar lo que a uno le gusta en su "perfil de usuario". El primer sitio Web que planteó esta idea de "perfil de comprador" fue Amazon.com. Si uno compraba un disco de los Beatles, el sitio le recomendaría uno de los Rolling Stones. Si uno comentaba que le gustaba un libro de Jim Thompson, le avisarían que la nueva novela de Corman McCarthy saldría en unas semanas. Nada de malo ¿verdad? Si uno tiene un perfil en el cual no hay información sensible. ¿Pero qué pasaría si tuviera un perfil con toda mi información Amazon.com y compro un libro sobre Albizu Campos, el independentista portorriqueño acusado de terrorismo y literalmente borrado de la historia moderna? ¿Me recomendarán que, por mis supuestas ideas de izquierda, compre Desarrollemos la Guerra de Guerrillas? ¿Mi Lucha de Adolfo Hitler? ¿Habría gente que creyera que tengo ideas de izquierda, de derecha o de arriba o abajo? La política, aunque no lo parezca, se hace cada día más volátil puesto que las fronteras ideológicas se borran rápidamente con la tecnología.





Después de todo, Amazon.com se ha portado bien con la privacidad de sus clientes, pero otros sitios, los cuales no voy a mencionar aquí para no hacerles el favor, literalmente han arruinado cientos de miles de vidas.





Una historia que leí hace poco: un chico, al haber sido castigado por sus padres debido a que su hermana lo acusó por algo que hizo, decidió vengarse de la mejor/peor forma: escaneó el diario privado de su hermana y lo publicó para que todos vean lo alborotada que su vida era. Fue un vistazo a la realidad de los adolescentes de ahora: una ola imparable de chismes, depresión, alcohol, drogas y sexo: mucho, mucho sexo. Los comentarios de sus “amigos” eran lapidantes cual mujer pública del medio oriente siendo ejecutada. De haberse aparecido Jesucristo en Internet, hubiera gritado “¡quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra!”; aunque él también hubiera ignorado el punto principal del problema: por primera vez la tecnología de redes digitales está siendo utilizada para destruir la privacidad de una persona común, no una persona pública, ni una estrella de rock que vive de ello, de la exposición por la cual luchó toda su carrera. 





Otro caso: una chica que obtuvo un seguro de discapacidad por depresión y estrés en su trabajo, sólo para que se lo quiten cuando alguien la encontró en unas fotos en las Bahamas, en bikini y saltando de júbilo por lo bien que le iba en la vida. Ella se defendió con el hecho de que el doctor le había recomendado unas vacaciones, pero también fue lapidada, y esta vez con consecuencias serias. La frase más común de estas redes: "I love my life".









Anónima de la Internet, mostrando severos síntomas de depresión bipolar y ansiedad.





En el párrafo anterior tenemos dos ataques a dos personas comunes que generan curiosidades de todo tipo: el presidente de Rusia visitó los Estados Unidos en el 2010 y pasó por Silicon Valley. Visitó las oficinas de ya saben qué compañía y se quedó impresionado, pasmado, de cómo una empresa que empezó como sitio Web para que los estudiantes universitarios se hagan bromas entre sí se haya convertido en el lugar más visitado de la Internet. Millones de fotos son cargadas y comentadas a cada instante, y definitivamente no hay garantías de que cualquier número o dato sensible colocado ahí no vaya a ser compartido con una compañía que quiera fastidiarte llamándote a ofrecerte precios asequibles para una casa nueva, cuando no estés interesado en comprar una. “¿Quieres decir que esta gente te da su información privada voluntariamente?” La CIA, la FSB, el FBI, la Mossad… todas las agencias de inteligencia del mundo dicen lo mismo: La f llegó demasiado tarde. Esta f les hace creer a los seres humanos, al menos en la Web, que sus vidas son una maravilla y que tienen que compartir todo lo que hacen con sus amigos. La excusa ya la han oído en muchas ocasiones: "es para mantenerme en contacto con mi familia y amigos".





Marilyn Manson dijo, no hace mucho, que la paranoia funciona como un constante análisis introspectivo de uno mismo. Puede ser verdad, nos hace reflexionar y de cuando en cuando sudar la gota gorda. Y ser paranoico de la privacidad, del derecho a defender su integridad emocional, es el arma más poderosa que tenemos. Es la base del derecho a la libertad del individuo y a ser considerado inocente, antes que se demuestre lo contrario.





Que me perdonen algunos de mis amigos, pero hay que ser bien pelotudo para ventilar tus trapitos al aire en materia de relaciones, discutir con tu pareja “en público” y para colmo tener la concha de decir que lo suyo es algo “complicado”. Todo es complicado, especialmente el estar casado y con, ejem, dos cuentas o “personas virtuales” para que uno o una pueda hacer de las suyas. Pero esto último es un caso extremo y, al final, sólo es un simple objeto de chisme. Lo peor está en otros lados.



Casos graves también se puede encontrar en sitios Web que te ofrecen “compartir tu información profesional” con tus colegas, que como ya he dicho no son otra cosa que tus rivales. ¿Un buen currículum en público? Perfecta plantilla para copiar y modificar. No en vano el CV es the great American fiction, y desde la aparición de LinkedIn, the greatest. ¿Un CV en un sitio Web para que lo vean tus potenciales empleadores? No gracias. Mejor contactarlos a ellos de primera mano. Un CV puede ser copiado, adaptado, repotenciado. Y sitios como LinkedIn y Plaxo lo único que hacen es exponer nuestras virtudes y defectos a desconocidos y, en muchos casos, a nuestra competencia.





Hace poco me llevé un susto al descubrir que las fotos que tomo con mi iPhone contienen las coordenadas del punto exacto donde las tomé. Las fotos del concierto de AC/DC al que fui eran rastreables en la ubicación exacta del Oakland Coliseum, y las que tomé de un armario en casa de una amiga, para que lo ponga en venta, mostraban la ubicación de su casa en el iPhone. Todo esto porque había activado una función del iPhone que rastreaba la ubicación geográfica del teléfono al tomar fotos. 





Sentí que Joseph McCarthy, Edgar J. Hoover, James Bond, Rasputín y Vladimiro Montesinos ya no trabajaban para sus respectivos gobiernos sino en Silicon Valley y que nos estábamos dejando espiar descaradamente ya no por gorditos calvos con traje o uniforme sino por nerds  sin afeitar prendidos a sus computadoras, listos para hacer negocio hasta con el cuco. Parece una exageración, pero en realidad nos están llenando de evidencias sobre dónde y cuándo estuvimos en lugares determinados.





Una cierta cantidad de comentarios pueden crear una cierta imagen digital/comercial/política de una persona; la cual la puede definir en un futuro para encontrar un trabajo, una pareja, comprar una casa, ser alguien por tener y no por ser. Las redes sociales no se hacen de dinero así porque sí, ni les pagan a sus empleados excelentes sueldos como para vivir tranquilos hasta su temprano retiro a los 50 sólo por controlar el tráfico y ver que no haya ninguna foto ofensiva o hacker. Cada red tiene un poderoso departamento de ventas listo para cargar tu tarjeta de crédito con cualquier cachibache. No obstante, se la podemos hacer difícil ya que aún nos quedan algunos derechos y algunos aspectos de nuestra privacidad que podemos usar en su contra:





1. Nunca, nunca digan dónde se encuentran. Decir "salgo de vacaciones al mar Peleponeso" puede causar la envidia de la gorda de tu ex-amiga, pero también la curiosidad del amigo de la amiga al cual añadiste sin saber de quién se trataba. Para él "la estoy pasando de maravilla en mis vacaciones", quiere decir "no hay nadie en mi departamento".






2. Qué lindo es salir embarazada y compartir la foto de la ecografía con todo el mundo. No importa que el bebé aún no tenga la nariz formada y que se parezca más al cuñado que al marido. Igual hay que mostrar la ecografía, ¿no es cierto? Con todo y nombre de la madre, fecha y hora del sondeo, nombre del hospital, los últimos cuatro dígitos del número de seguro social... ¿sigo?






3. La información personal en tu perfil de usuario debe ser limitada, de preferencia falsa: nombre (algún error ortográfico no vendría mal) y nada más. ¿Para qué poner el número de la licencia de conducir o el del documento de identidad de tu país? ¿Tu dirección? ¿Estás mal de la cabeza, verdad? ¿Teléfono? ¿Quieres en verdad que te llamen?






4. Tu estado civil es o soltero o casado y sólo se lo haces saber al gobierno de tu país si te lo pregunta. ¿Relación complicada? ¿Relación? Define complicado. Linda forma de hacer sentir a tu pareja como la culpable de todos tus quebrantos. Ella cree que tú eres el único responsable. De más está decir que sus peleas de pareja se deben quedar ahí, en tu casa.





5. ¿Demasiados amigos? ¿Chicas y chicos demasiado guapos que nunca han visto en su vida? No son nada más que bots. Desháganse de ellos. Unos dos o tres por día.





Con estos cinco consejos no sólo estaremos dedicando más tiempo a nosotros mismos sino que estaremos evitando a que nos espíen para vendernos gato por liebre o hacernos la vida imposible hurgando en nuestro pasado, oscuro o no. Así de simple.



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