Desde el Lunes se viene rindiendo un justo homenaje a un gran educador que falleció de pronto y nos ha dejado un vacío enorme. Aún le faltaba mucho a Constantino Carvallo por hacer y su misión se vió truncada por una falla al corazón a los cincuenta y cinco años. Demasiado joven para morir, y demasiado, mucho por hacer en el sistema educativo peruano.Si sacamos la calculadora, Constantino fundó un colegio, una unidad educativa, a los veinticinco. Eso no es poca cosa y hay que tener una meta muy bien trazada y un plan operativo bien logrado para hacer una cosa así.
Los Reyes Rojos no es un colegio cualquiera, ni mucho menos sus alumnos, algunos de los cuales tuve el gusto de entablar lazos de amistad y de sangre (mis primos Diego y Joanna estudiaron ahí.) Los Reyes Rojos es un concepto educativo basado en las ideas de Constantino, y él vivió para el colegio, y sus alumnos lo admiraron y respetaron: Constantino era más que un buen profesor sino, en verdad, una brújula para los jóvenes en medio de varias tormentas: la hormonal, la social, la económica y sobre todo la interminable tormenta moral que vive el país desde tiempos de Pachacútec.
Ricardo Morales, ex director del colegio La Inmaculada -en donde estudié,- recordó a Carvallo como un hombre con ideas claras sobre los modelos educativos en el Perú y en Latinoamérica. Aunque al principio no concordábamos con sus ideas radicales, los Reyes Rojos ofreció un modelo de educación alternativa y experimental que ha dado sus frutos a través de los años. Una educación basada en las artes, en la comunidad, en el respeto al individuo frente al Estado.
De no haber sido por los amigos que hice en Los Reyes Rojos, yo no hubiera sido miembro de una pequeña banda de rock que sonó por los años de 1991 y 1992 en Barranco. Un grupete conformado por Juan Francisco Escobar en la Batería, Sergio Flores en el bajo, Diego Lombardi en la voz y quien escribe en la guitarra. Nos hacíamos llamar los Etiqueta Negra.
Constantino Carvallo estaba ahí entre el público, apoyándonos y haciéndonos barra. Adoraba el rock and roll y recuerdo una noche, regresando o yendo a uno de nuestros conciertos, escuchando un disco de Dylan en su camioneta con el resto de la banda. Un tipo muy inteligente y conversador. Quizás controvertido en algunas de sus opiniones, pero siempre honesto y viviendo a su palabra.
Yo quiero recordarlo con una carta que escribió a la revista Caretas:
Lima, 23 de octubre de 1995
Señor Director:
Hace unos días Maribel Ballumbrosio recibió una bala perdida en el pecho. Tiene 16 años y llegaba por primera vez desde El Carmen a la Babilonia en que se ha convertido el distrito de Barranco. La bala la había disparado el teniente EP Rafael Ruiz Yanco quien según los testigos se encontraba, por decir lo menos, en completo estado de ebriedad. Lo que me indigna es que este miembro de la Fuerza Armada está libre, no ha pagado los cinco mil soles que cobró la clínica y una familia humilde ha debido endeudarse hasta el alma para cancelar los gastos de operación e internamiento. Relatan testigos familiares que el teniente apareció unos días después en la clínica acompañado de otro oficial y unos soldados intentando sacar a la chica a la fuerza para trasladarla, segun dijeron, a un hospital de las Fuerzas Armadas. Hubo que impedirlo en medio del escándalo. Con sujetos así no debe sorprendernos el caso Cantuta o los asesinatos de los Barrios Altos. Peor aún, noto temor en denunciar este hecho e incluso me aconsejan no hacerlo. Quiero decir que no podemos abandonar así tan fácilmente el país en que vivimos, que heredarán nuestros hijos. Tal vez CARETAS o alguien pueda hacer algo para que ese individuo pague, moral y económicamente su desatino.
Constantino Carvallo Rey
LE 06624503
Hablamos de los años de Fujimori, en donde la prensa estaba controlada y Caretas era una revista de oposición firme contra el gobierno (ejem... no como ahora que le rinden pleitesía a ya saben quién.) Constantino tenía una emoción muy fuerte respecto a la justicia, a la razón de ser del individuo y sobre todo al balance, al equilibrio de las cosas.
Será extrañado por todos los que tuvimos el gusto de conocerlo.
Arriba Alianza.
