Arduo y más allá de los límites de estas páginas sería lanzarse a la elaboración de una antología de canciones que tengan en la luna su central protagonista. Por ello, preferimos ceñir el territorio a la lista del Top 40 de la revista Billboard durante los últimos 50 años, explorando exclusivamente las grabaciones que en Estados Unidos tuvieron relevancia y que, aun de rebote, han llegado hasta acá. La relación no es, con todo, absoluta, pero sí deja constancia de que si no es de queso, la luna sigue siendo para muchos un territorio donde, tal vez para vencer la ausencia de fuerza de gravedad, el suelo está inundado de miel.
Mas antes de comenzar con el desfile cronológico, hay que consignar tres grabaciones del asunto que hoy se celebra mundialmente. La más recomendable es Apollo 11 Moon Landing (1969 BBC Television Coverage) (Pearl Flapper, 1994), álbum que contiene la crónica de esos días en voz de sus protagonistas: desde el discurso de John F. Kennedy el 16 de julio hasta el aterrizaje sin contratiempos el 24 de ese mes. Si se tiene edad suficiente para recordar esa fecha, las voces de los tripulantes del Apolo XI estremecen más, la verdad sea dicha, que el álbum con los sonidos del festival de Woodstock. La célebre frase "Este es un salto pequeño para el hombre..." también aparece en la muy indispensable Great Speeches Of The 20th Century (Rhino, Atlantic/WEA, 1991), caja de cuatro discos que contiene voces de Alva Edison, Lindbergh, Nixon y un sinfín de personalidades de esta centuria. Y ya para los coleccionistas de espuma en la boca está First Man on the Moon (MGM, 1969), sencillo de 45 RPM que contiene fragmentos de los reportes recibidos y emitidos desde el Centro Espacial de Houston, así como la ya citada frase del alunizaje.
En 1953 la única en alcanzar un sitio entre los primeros 40 fue "No Moon At All" ("No hay luna"), a cargo de The Ames Brothers with Les Brown, que comienza como reporte metereológico en una charla que apenas inicia y se convierte en confesión para pedirle un beso a la persona con quien se hace tertulia. Un vigésimo primer lugar para esta innovación no estuvo mal.
En 1956 apareció el primer álbum de Elvis Presley que en el territorio lunar portaba dos temas: "Blue Moon of Kentucky" ("Luna azul de Kentucky") y "Blue Moon" ("Luna azul"). Sin embargo, ninguno escaló el Top 40 y tuvo que esperar hasta su tercer LP, de ese mismo año, con "When my Blue Moon Turns to Gold Again" ("Cuando mi luna azul —o melancólica— se vuelve dorada otra vez"). La canción, que abordaba el cambio en el color del satélite tan pronto la mujer amada volviera a brazos de El Rey, llegó al sitio 19. El tercer sitio lo tuvo Frankie Laine con "Moonlight Gambler" ("Jugador a la luz de la luna"), una pieza country sobre un tipo que juega con el amor y pierde y gana sin que su corazón se melle. Y el número dos fue para la azucarada Patti Page con "Allegheny Moon ", que pide a la luna su luz para encontrar el romance con el que vivirá feliz para siempre.
Un tema instrumental, "Sail Along Silvery Moon" ("Navega sobre la luna plateada"), a cargo de Billy Vaughn & His Orchestra, llegó al quinto peldaño en 1957, seguido un puesto atrás por Bonnie Guitar y su "Dark Moon" ("Luna oscura"), monólogo de un tipo que perdió a su amor y que le pregunta a la luna si ésta apagó su resplandor por tal desdicha. Menos contrito sonó Tony Perkins y su "Moonlight Swim" ("Nadar a la luz de la luna") que atléticamente llegó al lugar 24.
1958 le dio oportunidad al crooner Perry Como con su "Moon Talk" ("Charla con la luna"), que trepó al sitio 28, mientras que el quinto, ese año, le correspondió a Pat Boone con "Sugar Moon" ("Luna azucarada"), donde el ídolo de matinée le pide al satélite edulcorado que le traiga a su "ángel de luz" con quien el amor florecerá. Una canción no apta para diabéticos.
Dos años se mantuvo oculta la luna y fue hasta 1961 que reemergió curiosamente con voces negras. La primera posición fue para The Marcels con "Blue Moon" (tema ya aplaudido con anterioridad), donde el abandonado lamenta su condición. El tercer puesto en ese año lo tuvieron The Capris con "There’s A Moon Out Tonight" ("Hay una luna afuera esta noche"), que volvía al tema del corazón robado a una chica a manos de un bandido romántico, mientras que Jerry Butler se amparaba en "Moon River" (original de Johnny Mercer y Henry Mancini, que en voz de Andy Williams sonó en la versión fílmica de Breakfast in Tiffany’s), que hacía del brillo lunar un puente para cruzar de un mundo sin esperanzas a uno colmado de lujos.
Pese a las loas hacia el programa espacial, la década de los sesenta no fue pródiga en cantos lunares. Fue hasta 1964 que la palabra se hizo popular con "In the Misty Moonlight", interpretada por Jerry Wallace que alcanzó un decimonoveno sitio (mejor que el 46 que la misma pieza logró en voz de Dean Martin en 1967). Lo original de la composición radicó en que el amante, insuflado de temeridad, le dice a su amada que al lado de ella podrá estar en cualquier sitio por agreste que éste sea (aun bajo una luna brumosa).
Al año siguiente, The Bachelors volvían tras la huella de "Chapel in the Moonlight" (colocada en el sitio 32), mientras que el proteico e irónico Jonathan King advertía que "Everyone’s Gone To The Moon" ("Todos se están yendo a la luna"). Y por lo menos el mercado se lo creyó tanto como para impulsarlo al puesto 17 de las listas, desde donde cantaba: "Las calles están atiborradas/ todos los caminos antes solitarios están llenos./ Las casa ya no son hogares,/ la iglesia está colmada de gente que canta desentonada./ Todos se están yendo a la luna"
Para 1967, en pleno furor de la beatlemanía, sólo Dean Martin se asomó a los charts (en el sitio 25) con un nuevo cover de "In the Chapel in the Moonlight". Dos años más tarde, y sin la existencia de un sistema de marketing que creara un himno que podría haberse titulado "We are The Moon" en pleno furor por el proyecto Eagle, los muy terrestres y pantanosos Creedence Clearwater Revival conquistaron un segundo sitio con "Bad Moon Rising", aunque inquietaron a más de uno con su visión catastrofista: "Veo el ascenso de una luna maligna,/ veo problemas en el camino./ Veo terremotos y relámpagos./ Contemplo muy mal el presente./ Mejor no salgamos esta noche...". Del otro lado, un tanto adscritos a la utopía hippie, Paul Revere & The Raiders hacían de nuestro planeta un territorio para una fiesta de disfraces donde todo dependía de la luz natural proporcionada por "Mr. Sun Mr. Moon" ("Señor Sol, Señor Luna"), que llegó al decimoctavo escalafón.
En 1971, el bucólico Cat Stevens ya le hallaba otras virtudes en "Moonshadow" (sitio 30 en el Top 40): "Estoy siendo seguido por una sombra lunar/ (...) Y si pierdo mis ojos/ si mis colores se marchitan/ no tendré que llorar nunca más...".
Un año después, en el puesto 13, King Harvest colocó "Dancing in the Moonlight" ("Bailando a la luz de la luna"), que tendía un puente entre un tema digno de Gene Kelly y las nacientes discotecas. Hacia 1976, en pleno ascenso del punk, Starbuck se convertía en "maravilla de un solo éxito" con "Moonlight Feels Right" ("Se siente bien a la luz de la luna"), que aún se escucha en cierta estación radiofónica dedicada a la nostalgia.
A pesar de que en 1979 los desorbitados The B-52’s incluyeron "There’s a Moon in the Sky (It’s Called the Moon)" en su excelso álbum debut, sólo Anne Murray subió a las cimas con "Shadows In the Moonlight" ("Sombras a la luz de la luna"), que llegó al lugar 25 y volvió a señalar que la luz era el punto de encuentro ideal para los amantes.
La crisis en el cielo nocturno de los compositores se hizo evidente en los ochenta y la presente década. Hacia 1982, Bob Seger & The Silver Bullet Band lograron un segundo puesto con "Shame on the Moon", que señalaba que los hombres —como licántropos— olvidan las promesas de amor al dar la medianoche. En 1984, Dennys DeYoung llegó al décimo lugar con "Desert Moon" ("Desierto Luna"), que instalaba la agreste topografía en terreno accesible por ferrocarril. Los menos torturados ingleses de Duran Duran alcanzaron el décimo puesto con "New Moon on Monday" ("Luna nueva en lunes"), que, como curiosidad, presentaba a Simon LeBon balbuceando en español "la luuuna".
La lista y este breve recuento concluyen con un gran salto hasta 1993, cuando R.E.M. pone "Man On The Moon" ("Hombre en la luna") en la posición 30 de las listas. Sintomáticamente, la letra de la canción parece apuntar a la crisis de credibilidad ante todo lo que ayer enorgullecía a los más jóvenes. La luna no es romántica y, asegura Michel Stipe, ni siquiera ha sido conquistada: "Mott the Hoople y el juego de la vida. Sí, sí.../ Andy Kaufman en un partido de vencidas. Sí, sí.../ Monopolio, veintiuno, fichas y ajedrez. Sí, sí.../ Si crees que de verdad pusieron un hombre en la luna/ entonces nada está bien".