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Wednesday, December 21, 2011




Ghost in the Machine (1981), el álbum con el que Police llegó a Viña.



Un interesante relato de primera mano se encuentra aquí, en una página del diario La Tercera.


Viña es un festival... música junto al mar... tra la la la la la la la la... Con ustedes: Police (traducción al español: los Pacos).


  • Qué: The Police en el XXIII Festival Internacional de la Canción de Viña Del Mar. 

  • Cómo: Concierto de 75 minutos que finalizó a las 2:15 de la madrugada.

  • Cuándo: Febrero 19 y 20 de 1982. En este cuestionario nos referimos específicamente a la primera noche.

  • Dónde: Quinta Vergara de Viña Del Mar, Valparaíso, Chile.

  • Quiénes: Sting (bajo, voz,) Andy Summers (guitarra) y Stewart Copeland (batería) acompañados de una sección de vientos desafinada.

  • Por qué: ni ellos mismos saben por qué fueron invitados al festival. Sería porque en ese momento eran la banda británica más exitosa y el festival podía darse el lujo de traerlos. Eran inmensamente populares y ya se les comparaba con los Beatles, como le pasa a cualquier banda hiperfamosa.

  • ¿Sabía el Gobierno militar que Sting cantaba canciones con letras como “Billy joined the National Front, he always was a little runt, he’s got his hand in the air like the other cunts” o “our so-called leaders speak with words they try to jail ya?” No.

  • ¿De haberlo sabido, los hubieran dejado tocar? No.

  • ¿De haber sabido el Gobierno Militar que Sting era izquierdista, hubieran considerado dejarlos tocar considerando el bajo porcentaje de chilenos que entienden inglés? De inglés estaban como la cresta, así que probablemente sí.




  • ¿Estaba Sting cómodo tocando en Chile? No. Sabía que el régimen de Pinochet censuraba hasta el agua y tenía miedo que alguien pudiera entender sus letras.

  • ¿Estaba Andy cómodo tocando en Chile? Mas o menos. Estaba preocupado por lo que Sting podía decir influenciado por los nervios, la rabia y la cocaína. Para tocar tranquilo, ¿se habrá dicho a sí mismo que lo de los desaparecidos era solo cuentos de los comunistas y de Amnistía Internacional?

  • ¿Estaba Stewart cómodo tocando en Chile? Para él cualquier escenario es bueno, con tal de que lo dejen tocar. Una batería no lanza ideas políticas, solo golpetazos. Depende de cómo los interprete uno.

  • ¿Qué pudo haber causado a Police un incidente posterior con la Policía Militar? Durante el último tema, “Can’t Stand Losing You” Sting anuncia la llegada de las tropas y le dice a la audiencia que no se emocione mucho. Alguien se acerca a Andy Summers y le habla algo mientras este sigue tocando. Sting  le pregunta a Andy, “Who’s that? Who’s that?” y la música sigue.

  • ¿Teorías? 1. El misterioso personaje que habla con Summers le dice que ya es la última canción y que tienen que dejar el escenario, sin segundo retorno; ó 2. le está diciendo que le informe a Sting que se calle la boca, por el amor de nuestro Señor Jesucristo, que la embajada británica está a 3 horas de Viña del Mar.

  • ¿Si en vez de Police el Festival hubiera invitado a The Clash o a los Sex Pistols, qué hubiera pasado? Nada, hubieran regresado en el vuelo de vuelta a la primera pedida de pasaporte.

  • Mejor momento del show: “Can’t Stand Losing You.” Fue sólo en ese momento en que liberaron toda su tensión y tocaron perdiendo el culo. Llegaron al clímax con la sección media (“Reggatta De Blanc”)  dos veces; lo cual yo, personalmente, nunca había escuchado antes. Summers brilló.

  • Peor momento del show: “Hungry For You (J’aurais toujours faim de toi),” cuando Sting presenta la canción “en francés, y es sobre hacer el amor.” Las chilenas chillan al entender la frase y la canción no llega a ningún lado. La sección de vientos estaba desafinada, no tenían monitores de retorno (y si los tenían no les sirvieron para nada) y, en verdad, es el peor tema del Ghost In The Machine.

  • ¿El público los aplaudió a rabiar? Si, claro. El público de Viña es bien especial. No en vano le llaman “El Monstruo.” Si no les gustaba Police, les mandaban la Caravana, y no la del Valor.

  • Probabilidad de que a Police los arresten por sus opiniones políticas: casi nula. Hacia 1982, Sting era un sex-symbol que cantaba en inglés (por ende apolítico), Chile mantenía un romance intenso con Inglaterra y dos meses después, el país dejaría que Inglaterra use sus bases militares en la Guerra de las Malvinas contra Argentina. La Primer Ministro Margaret Tatcher se lo agradecería a Pinochet por el resto de su vida.

  • Atención que le prestaba el Gobierno Militar al rock: muy poca. Dejaron entrar a Police, y tres años después un trío chileno con un sonido muy parecido llamado Los Prisioneros lanzaron su primer disco, La Voz De Los Ochenta, sin represión severa alguna (los "Pussy Riot chilenos", je je). Los militares habrán dicho: "pa' qué meterlos presos si ya son prisioneros, poh".

  • Atención que le prestaba el Gobierno Militar a la Nueva Trova: extrema. No dejaron entrar a Joan Manuel Serrat. Ni que decir de los cubanos Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. Ni que decir de cualquiera que ose dejarse una barba o llevar una camiseta ("polera") roja.

  • Atención que le prestaba el Gobierno Militar a la pintura, especialmente a la “cubista”: en exceso (en serio).

  • ¿Después de ese concierto, cuanto tiempo pasó para que Sting regresara a Chile? 8 años y 8 meses, en Octubre de 1990 para el concierto “Un Abrazo A La Esperanza” en el Estadio Nacional de Santiago, cuando Pinochet ya se había ido. Sting vendría con una nueva banda y cantaría "Ellas Danzan Solas" en español.

  • ¿Qué recuerdos tiene la banda de aquella visita? No sé, pero de conocerlos algún día sería una de mis primeras preguntas que les haría a los tres.

  • ¿El video de Police en Viña está disponible en la red? Sí. ¡Pueden encontrar la mayoría de temas tocados en YouTube! Busquen Police, Chile, Vina Del Mar… etcétera.

Saturday, October 29, 2011



Meddle (Harvest, 1971)

PINK FLOYD





Recuerdo aquella portada con la antenta oreja sumergida en el agua. Un acercamiento impresionante del órgano humano que recibía las vibraciones que el líquido transportaba, provocadas por una música embrujadora: para unos, perturbadora e incómoda, para otros, el momento que habían estado esperando desde la separación de los Beatles: el nacimiento de la era denominada "Rock Progresivo".







Pero Meddle no es un disco para ser examinado con orejas "progresivas" en busca de virtuosismo. Es un disco para ser escuchado frente al mar, en medio de un caluroso verano que va acabándose. Nos tomó cuarenta años darnos cuenta de Meddle que es un disco generador de insolación en una playa desértica abatida por un fresco viento vespertino. Un álbum que arde y a la vez refresca: el equivalente musical a una cerveza Corona bien fría hacia las cuatro de la tarde frente al Mediterráneo, o al Mar Caribe.






Este fue el último álbum de Floyd cuyas letras fueron escritas por Roger Waters con la colaboración de los demás miembros de la banda. Este era el Pink Floyd que había evolucionado luego de la debacle de Syd Barrett, quien hacia 1971 ya era un vegetal. Habían estado intentando con mucho esfuerzo tomar vuelo: Saucerful of Secrets, More, Ummagumma y Atom Heart Mother son discos que los mismos miembros de la banda llegaron a aborrecer por su "mediocridad" (aunque quien escribe considera al Ummagumma uno de sus discos de cabecera). ¿Qué tuvo que pasar para que los ingleses tuvieran los cojones de grabar "One Of These Days", el tema que abre el disco? Mucha agua bajo el puente. Roger Waters y David Gilmour conectan bajos y guitarras a sistemas de efectos delay y echo y Nick Mason invierte el sonido de sus platillos en un crescendo épico, digno de una erupción volcánica. Con Rick Wright en un perfecto piano eléctrico, la segunda parte de "One Of These Days" es efectivamente lo más metálico que Floyd jamás haya grabado y como que ahí se definió el sonido del grupo. El bajo galopante de Waters siguió su ruta en temas como "Shine on You Crazy Diamond" y "Sheep", continuando aquella emoción volcada en "One Of These Days".

















"A Pillow Of Winds", la siguiente canción, es otra prueba más de que el disco buscaba entornos estivales, con un Gilmour controlando la guitarra steel con un dulce virtuosismo. "Fearless" es el reporte de cómo se está sintiendo la banda en ese momento, frente a tanto tiempo, juventud y posibilidades y "St. Tropez" es la influencia del swing en medio de un disco muy, muy "mediterráneo" (es decir, ¿quizás Waters haya estado escuchando algo de música pop italiana?). David Gilmour pasó muchos de sus veranos en las playas del sur de Francia, rodeado de bellas mujeres y músicas, pero al mismo tiempo, sin mucho dinero en sus bolsillos. Alguna chica me comentó alguna vez que el momento más feliz de su vida fue cuando vivía a punta de pan con mantequilla de maní y soda barata mientras trabajaba de mesera en un restaurant de Londres. No la entendí en ese momento, pero estoy seguro que Gilmour sí hubiera entendido qué se siente apreciar el valor del dinero cuando este es escaso. Quizás ahí esté el motivo principal de la rivalidad Gilmour-Waters de todos estos años: ambos tienen una relación amor-odio no entre ellos mismos sino con el vil metal. El primero ve que sus cheques significan progreso, movimiento en ascenso y algo positivo en general (sabiendo que en algún momento estuvo en las filas de desempleo, esperando recibir pan y sopa). El segundo ve que el dinero le iba construyendo una pared que lo iba alienando... pero esa es otra historia y ya muy conocida.






Para cuando termina "Echoes", el tema de 23 minutos que cubre el lado B del álbum, no sabemos qué nos ha entrado por las orejas, pero estamos felices de haberlo recibido. Es verdad, muchos hemos oído "Echoes" después de haber oido los posteriores Wish You Were Here o The Wall, pero imaginemos cómo fue para el oyente común haber oido este tema por primera vez, en pleno 1971. "Echoes" no es más que una canción de fogata de playa amplificada, expandida y embellecida con efectos análogos de larga permanencia. Quizás fueron las hipnóticas imágenes de la película Pink Floyd Live At Pompeii las que le dieron forma a "Echoes" en nuestro subconsciente, con la banda tocando a pleno sol veraniego del sur de Italia en medio de las ruinas del coliseo. Adrian Maben, director del film, utilizó adecuadamente la música relajada de Floyd y los ardientes parajes volcánicos para poner a sus espectadores en un trance maravilloso.





Meddle es un título que juega con la palabra "medal" (medalla) y con el significado de "interferir" o "mediar". Con los años que pasaron y los cuatro megaéxitos de la banda, Dark Side Of The Moon, Wish You Were Here, Animals y The Wall, nos dimos cuenta que Meddle fue precisamente un intermediario entre el viejo Floyd, frustrado de no poder llegar al nivel que Syd Barrett había alcanzado con sólo un disco, y el Floyd organizado y cósmico con Roger Waters como compositor absoluto, dominando la banda con mano dura y bajo protesta de ésta (Richard Wright fue expulsado por insubordinación, creo) pero a la vez llenando estadios y vendiendo discos como pan caliente no porque éstos sean malos, sino por buenos, muy buenos.



El rock de los setentas le debe muchísimo a este disco, pero sobre todo nosotros y las generaciones que van descubriendo a esta banda inmortal. Una lástima que EMI no haya lanzado una Immersion Edition de Meddle, o al menos la versión en BluRay. Será para la próxima. La próxima generación, es decir.









Thursday, September 8, 2011

Saturday, August 13, 2011



2007 started with great news for Classic Rock fans: Police might be celebrating the 30th Anniversary of their first hit single "Roxanne" (and their very first single, "Fallout") by getting back together for a world tour. Awesome, the fans and critics say, they easily will fill stadiums and the audience is at the right age and economic level to afford "Rolling Stones" venues and prices.



Since the release of Synchronicity, Sting, guitarist Andy Summers and drummer Stewart Copeland have played a few times together: in 1986 for a series of Amnesty International concerts, in 1992 for Sting's wedding and in 2003 when the band was inducted into the Rock And Roll Hall of Fame. The truth that hits everybody is this one: they can't stand each other, although this may be a marketing strategy.



After releasing two mediocre solo albums in 1999 and 2003, Sting has become a pretentious snob playing 16th century lute music, Andy Summers plays more jazz than anything and Stewart is nowhere to be found besides writing music for movies. They don't remember when they were recording straight, no chaser rock songs like "So Lonely," "Message In a Bottle," and "Hole In My Life."


Synchronicity is an album where the listener recognizes Sting's dominance over all Police's music but that's OK. His points of view overshadows the ones of the other two and we get lots of synthesizers and weird noises that have anything to do with Police's first three records. However, Andy Summers manages to represent with his magical guitar and Stewart definitely proves he is the most successful drummer in the world, acclaimed by everybody. Synchronicity might be Sting's album, but it's Stewart's work. 6/4 time on "Synchronicity I," Hard 4/4 hitting on "Synchronicity II," elegant percussion on "Wrapped Around Your Finger" and "Walking In Your Footsteps." Every rock drummer who wants to improve their skills must have this record.

At a glance, the two sides of the Synchronicity LP look like two different entities. The first is an introspective analysis of fate and coincidence, pretty much related to the studies of psychologist Carl Jung, who firmly believed in "meaningful coincidences," such as a beetle flying into his room while a patient was describing a dream about a scarab, an egyptian symbol of rebirth. Jung's notion of synchronicity is that there is an non-causal principle that links events having a similar meaning by their coincidence in time rather than sequentially. He claimed that there is a synchrony between the mind and the phenomenal world of perception, and based on this Sting creates songs that range from Nuclear Apocalypse to Loss of Religion.


Andy Summers and Stewart Copeland bring a little of comic relief with their compositions, "Mother" and "Miss Gradenko," respectively. On the first, Summers doesn't look at Jung but at his mentor Freud to find an explanation to his poor dating skills. Copeland's is a catchy one about a U.S.S.R. desertor who shows affection for the West (by the way, Stewart's father was a CIA agent during the beginning of the Cold War). On "Synchronicity II" Sting gets back at us and finds the closest metaphore to Jung's theory: "Nessie" coming from the bottom of Loch Ness while, many miles away, Sting witnesses the breakup of his family by the monstruosity of modern life: "Mother chants her lethany of boredom and frustration/ but we all know her suicides are fake". The verses suggest that the family might have been murdered by a deranged father.



The first side is adorable, and the second side offers us Police's biggest hit, Grammy Winner "Every Breath You Take," a simple song about a former lover who becomes a stalker, but no one seems to perceive the potential danger of this. "King Of Pain" puts Sting again on the spot of being cruel just to protect his emotions, a subject continuing on "Wrapped Around Your Finger". Lest not forget that he was going through a painful divorce during these years, leaving his wife for her best friend, Trudy Styler. "Tea In The Sahara" is a haunting tribute to Paul Bowles' novel "The Sheltering Sky" that closes the LP, but not the CD nor the cassette. That's the role of "Murder By Numbers," an Andy Summers-Sting collaboration about the reflections of a serial killer (or maybe the father of SII). The song doesn't quite match the mood of the album, but it's a nice novelty song that ends Police's album career.

Synchronicity is, for many, Police's masterpiece. For me actually it doesn't match the honest speed, struggle and dissatisfaction of a bored post-punk generation expressed in records like Outlandos D'Amour (1978) and Reggatta De Blanc (1979). It doesn't show a cohesive band but the work of Sting as a solo artist trying to express himself, leaving his two partners estranged. This can be seen on the Synchronicity Concert DVD, where Sting, after introducing the band and the backup vocalists, doesn't even mention his name. Police disbanded after the Synchronicity Tour and Sting's first solo album, the relaxed and jazzy Dream Of The Blue Turtles, was nicknamed The Son Of Synchronicity, for obvious reasons: he wanted to leave the Police life for good.

Synchronicity: Produced by Hugh Padgham & The Police. Released 1983. Tracks: Side A: Synchronicity I, Walking In Your Footsteps, O My God, Mother, Miss Gradenko, Synchronicity II. Side 2: Every Breath You Take, King Of Pain, Wrapped Around Your Finger, Tea In The Sahara, Murder By Numbers [bonus track on CD and Cassette]. Songs by Sting, except Mother by Andy Summers, Miss Gradenko by Stewart Copeland and Murder By Numbers: words by Sting, music by Andy Summers.








Friday, July 29, 2011


Life Magazine (in Spanish), June 24, 1963

Thursday, July 14, 2011








La Teta Asustada (Claudia Llosa, 2009)


Como buen peruano, cargado de miedos y acomplejado, yo pensaba lo que muchos de mis compatriotas habían estado "sugiriendo" durante estos últimos días: que La Teta Asustada de la directora Claudia Llosa no iba a ganar el Oscar porque quizás no era tan buena como en otros festivales de cine habían creído que era, o porque las demás candidatas son mucho mejores. Típico pensamiento de selección de fútbol peruana a mediados de eliminatoria. Tenía que verla para sacarme el clavo y tener mi propia opinión y, una vez que lo hice, descubrí que es una película redonda, simbólica, perfecta. No sólo por lo que se vé en el ecran, sino también por cómo el público reacciona: con perplejidad, con curiosidad, y siempre soltando algún comentario hiriente hacia la actriz principal o la directora y por último hablando de algo que no saben.


Porque así ha sido siempre en el Perú, y los años del terrorismo fueron la somatización de una infección terrible que nos dejó un trauma colectivo brutal del cual aún no nos reponemos. El movimiento terrorista Sendero Luminoso y sus estrategas entendieron que el Perú tenía arraigado en sí un colonialismo endémico que había que arrancar de raíz, creando un estado pseudo-maoísta. Comprendieron que había que boicotear elecciones y asesinar a sangre fría a las autoridades y a la población que se les opusiera para así crear un "vacío de poder". Todo esto pasaba no en Lima sino allá, en las montañas de la sierra, lejos del urbanismo de la capital. Sendero Luminoso era mucho más difícil de vencer que otras organizaciones terroristas al saber mimetizarse entre la población, emplear mujeres que habían sido por años abusadas por sus maridos y/o el sistema y que no le tenían miedo ni asco a la sangre ni a la muerte al haber matado vacas y pollos por toda su vida. ¿Aquellos campesinos que se oponían a Sendero o colaboraban con la policía o el ejército? No eran más que perros rabiosos que había que liquidar y mostrar en las calles de los pueblos andinos con letreros escritos en sangre.

Y otra cosa más: a Sendero Luminoso no se le consideró como una amenaza seria sino hasta que empezaron a detonar carros bomba y a asesinar en Lima a dirigentes como María Elena Moyano en 1992. Hasta antes de esos crímenes capitalinos, Sendero Luminoso era un terrorismo "lejano"; tanto así que la idea de una condena por traición a la patria, incluyendo la pena de muerte, era una exageración judicial. Después de la explosión del carro bomba en la zona residencial de Miraflores (en la calle Tarata) en julio de 1992, La población limeña se dio cuenta que estos ya estaban por dar "el gran salto" y que podía ser demasiado tarde.

El Ejército del Perú, al mando de un inepto como el presidente Alan García, no estaba listo para enfrentar un enemigo así -igual de complicado que los insurgentes en Irak o el Talibán en Afganistán para el Ejército Norteamericano- y al ir a combatir a Sendero, se cometieron muchos abusos contra la población campesina. Se mató, se violó y se ocultó mucho. Pero los muertos, al igual que los traumas, hablaron por sí solos al ser descubiertos en fosas comunes llenas de ellos, sin poder ser identificados. La década de los ochentas fue terrible para el Perú, y la verdad es que a veces no sé de dónde sacan algunos nostálgicos que "recordar es volver a vivir". Volver a morir, querrán decir. El gobierno de Alberto Fujimori logró vencer a Sendero Luminoso y al otro grupo terrorista, el MRTA, y reducirlo a pequeños grupos en la selva, pero el daño ya estaba hecho.




Claudia Llosa (112)


Claudia Llosa, directora del film.

La Teta Asustada podría ser la secuela no oficial de La Boca Del Lobo (Francisco Lombardi, 1988), en donde una patrulla de elementos uniformados -ni los guionistas ni el mismo director sabía si eran policías, marinos o del ejército- toma el control de un pueblo recientemente atacado por Sendero Luminoso y, al ver cómo Sendero acechaba aparentemente a sabiendas de todos los movimientos de la patrulla, su comandante decide acribillar a toda la población. Antes de dicho genocidio, un soldado viola a una campesina pero sus superiores lo protegen de la indignación y sed de justicia de los pobladores.


En Teta, Fausta (Magaly Solier) es la hija de una mujer violada durante la guerra que decide protegerse de cualquier posible ataque sexual al introducirse una patata en su sistema reproductor. Está segura, al igual que sus demás familiares, que el terror le ha sido transmitido cual virus a través de la leche materna. Simbologías hay muchas y en cada momento de la película, todas relacionadas con los traumas de la guerra y el sufrimiento. La pobreza, aunque presente, pasa a un segundo plano. Hay una miseria emocional con la cual lidiar que es mucho más grande que la económica: la económica se arreglaría con Alejandro Toledo o con Alan García nuevamente en el gobierno (estoy siendo irónico).


Fausta, cual el Fausto de Goethe, pareciera haber hecho un pacto con el diablo al trabajar para éste a cambio de dinero para poder llevar a su madre muerta a ser enterrada en Ayacucho, a regresar a la tierra que la vio nacer. El "diablo" está encarnado en una señora de la alta sociedad limeña cuyo marido, oficial del Ejército, murió durante la guerra contra el terrorismo. La doña es pianista y se ha dado cuenta que Fausta canta en quechua y de forma divina; sin embargo, los miedos y el tubérculo son los propios demonios personales de Fausta, quien los protege, pero a la vez éstos le impiden ver cómo la gente se aprovecha de ella, así como alcanzar una potencial felicidad futura, que por lo visto es alcanzable: en Manchay, el barrio pobre donde vive, la gente sigue con su vida con lo que puede y ya hay señales de un país avanzando hacia algo estable. Como ya lo mencioné, ser pobre aquí es lo de menos, como también el buscar a los responsables de la violencia brutal de hace veinte años: los "sinchis" y los "senderos" no están por ningún lado. El miedo también hace que Fausta se olvide de entender sus verdaderos motivos para tener una patata huésped y viva una vida reprimida; por más que sus amigos y parientes traten de hacerle ver que su trauma literalmente la está matando.


Si los peruanos en general no queremos identificarnos con una chola con papa adentro, es porque no queremos ver nuestra propia realidad: ésto según Claudia Llosa, cuyo guión es muy inteligente y lleno de pistas y preguntas. Hemos estado esperando una película así desde mucho tiempo, algo que nos ponga a celebrar nuestra peruanidad sin un logo de "Inca Kola" o "Cerveza Cristal" en medio y cuestionarnos sin miedo a ser censurados o a que nos llamen comunistas, antipatriotas o resentidos. Dicha celebración es el verdadero triunfo del film, mucho mayor que un premio en Hollywood, Berlín o La Habana.


La Teta Asustada (o The Milk Of Sorrow en inglés) es una gran, gran película y pone a Claudia Llosa como una directora a seguir: experta en retratar imágenes y simbología andina y muy consciente de que no está dispuesta a trabajar como su tío Luis Llosa, buscando a Sylvester Stallone y a Jennifer López parar hacer un blockbuster o haciendo telenovelas de exportación. Creo que eso a la señora Llosa no le interesa en lo absoluto. Lo suyo es mostrar la realidad del ande peruano, aquella que en los circuitos de cine y TV limeños está totalmente relegada, y eso la hace sentir realizada. Con Teta nos hace ver lo compleja que es la realidad peruana, tan compleja que una fantasía como ésta apenas roza sus bordes, pero al mismo tiempo nos invita a seguir buscándola de manera introspectiva, dentro de nosotros mismos.

Sunday, July 10, 2011









Facundo Cabral ha muerto asesinado ayer y Latinoamérica una vez más sacó a relucir su pobreza. No hablo, claro, de la pobreza económica sino de la pobreza total en la que se encuentra. Un cantante sencillo, un poeta único, fue acribillado a balazos "por error" (las balas iban dirigidas al empresario que lo había traído a Guatemala). Si alguna vez Cabral había tratado de hacernos ver lo pequeños que somos y no le habíamos prestado atención, pues con su muerte lo logró. Ayer entró al panteón de los héroes musicales asesinados trágicamente, donde están Jorge Cafrune, Víctor Jara, John Lennon, Marvin Gaye, Sam Cooke y "Dimebag" Darrell de Pantera. Facundo Cabral murió y la música cantada en español es más pobre, más mísera, que nunca.


Pero Cabral no era exactamente un cantante, digamos, "estándar". Su lírica iba más apegada a la prosa poética, solía recitar -más que cantar- con una profundidad jovial que no se había oído jamás en ningún cantante "serio" (Cabral recurría siempre a la simplicidad, jamás se complicaba la vida). Supongo que por su sabiduría y sensatez debe haberse creado más de un enemigo. Curiosamente no fue ninguno de ellos quien lo mató, sino unos simples sicarios que dispararon al cuerpo equivocado, buscando un ajuste de cuentas con un empresario guatemalteco, quien sobrevivió al atentado. 


Aquellos asesinos del cantante andan sueltos en Guatemala, y le han callado la voz a un gran argentino; aunque parafraseando a Atahualpa Yupanqui, "cantor que cante a los pobres ni muerto se ha de callar, porque donde vaya a parar el canto de ese cristiano, no ha de faltar el paisano que lo haga resucitar", uno se da cuenta que la voz persiste. El mensaje de Cabral es eterno.


En verdad perderia golpes de tecla inútilmente contando todo lo que hay que contar sobre Facundo Cabral. La Internet ahora está llena de él, así como nuestra memoria. Pero, en fin, les dejo esta entrevista que encontré en YouTube, realizada por el periodista peruano César Hildebrandt en 1998.












Sunday, June 19, 2011

Nevermind (DGC, 1991)
NIRVANA


En unos doscientos años, cuando todos los que estén leyendo esto estarán descomponiéndose al igual que el cadáver de Kurt Cobain, líder de Nirvana, la gente seguirá escuchando a su banda con oídos muy atentos y, lo más probable, con una calidad de sonido infinitamente superior a la de los chuscos discos compactos, cassettes y LPs con los que descubrimos Nevermind, un disco que no sólo definió a una generación (la "X"), sino que a punta de ruido sacó a la luz una gran verdad. Vamos a hablar de dicha verdad en un rato. Primero, disfrutemos de la banda:














"Breed"




Era un fin de semana de marzo de 1992 y quien escribe estudiaba ingeniería electrónica en la Universidad Ricardo Palma de Lima. Tenía muchos problemas con las matemáticas y, sobre todo, me molestaba la idea de que iba a terminar siendo un telefonista jala-cables para cualquier contratista de la compañía telefónica. Felizmente eso no ocurrió para mí, pero sí para muchos que se graduaron varios años después, y terminaron agradeciendo el tener un trabajo y pasarse el resto de su vida haciendo algo que no les gusta. En fin, me encontraba en una discoteca del distrito de San Isidro en Lima y, de pronto, la música electrónica se detuvo para dar paso a un trío punk que saturó los parlantes del local. Nunca había escuchado un tema así en un club chic o "exclusivo" en donde la gente se vestía bien para ir a bailar, tomar alcohol y demostrar que sus papis ganaban más que otros papis. El sonido de Nirvana y su "Smells Like Teen Spirit" era bastante agresivo como para ser tocado en un lugar público ante una audiencia más o menos "segura", pero era tan impresionante que no habían excusas para no oírlo, al menos por curiosidad. El tema gozaba de una espontaneidad que sólo la había escuchando antes en música de heavy metal en vivo, pero "Teen Spirit" no era una canción grabada en un concierto: era la siguiente fase en la historia del Rock And Roll, y le daba a éste un par de cojones que había perdido hacía un buen tiempo, gracias a la radio y al Status Quo. Cobain estaba tocando guitarra como él quería que sonara, atacando las cuerdas mientras criticaba la ya tantas veces criticada sociedad; sólo que esta vez alguien lo hacía con mucho, mucho talento. Hacía lo que le gustaba y utilizaba la electricidad de su guitarra y la estridencia de su voz para despertar a las masas. Al mismo tiempo, Cobain combatía en una guerra consigo mismo de la cual no saldría triunfante.


Lo primero que hice al día siguiente fue tratar de saber quiénes eran aquellos músicos, puesto que el rotundo tema era uno de esos que impactan y no se van. Esto sólo ocurre con los grandes: Beatles, Stones, Floyd, Ramones. Nirvana estaba más cerca a los Ramones que de los Beatles, pero Cobain había escuchado muchísimas veces el Meet The Beatles antes de componer su "About A Girl" (del disco anterior, Bleach). De más está decir que los alaridos de Cobain son similares a los de John Lennon en su magnífico Plastic Ono Band. Kurt Cobain era fanático del rock de los setentas y las guitarras de las bandas Boston y Killing Joke (cuyo tema "Eighties" fue fotocopiado para "Come As You Are"), aunque Cobain fue en vida comparado frecuentemente con Lennon, lleva en él mucho más de Syd Barrett, el malogrado fundador de Pink Floyd: una mente genial y a la vez autodestructiva y poco prolífica, capaz de hipnotizar a todo oyente con música muy, muy bella.





En el Perú, la fábrica de discos El Virrey editó el cassette de Nevermind y para mí escucharlo fue toda una experiencia: así como hay gente que recuerda, por ejemplo, el lugar y momento en que por primera vez escucharon el Sgt. Pepper, vieron Star Wars o leyeron Cien Años de Soledad, así recuerdo yo la primera vez en que escuché Nevermind, de lejos el álbum más importante de los últimos 20 años y, al igual que El Quijote, el principio y fin de un género artístico. Nada sería igual después de Nevermind y menos después de la muerte de Cobain.


El éxito de Nevermind se basa en el sufrimiento de Cobain, el cual convirtió sus penas en arte y la gente se identificó con él como nunca antes se habían identificado con músico alguno: Cobain era hijo del divorcio, del alcoholismo y de una familia fragmentada por la situación económica de Estados Unidos, que no ayudaba para nada a los de su clase, la clase media desempleada, que iba creciendo cada vez más y más gracias a las políticas del presidente George H.W. Bush, quienes llevaron al país a una recesión bárbara hacia 1992 (su hijo lo haría también 16 años después).





En Seattle, Washington, el estar desempleado implicaba vestir camisas de franela, pantalones vaqueros desgarrados y zapatos de leñador y quedarse hasta tardísimo en la noche en bares y clubes nocturnos, esperando a que deje de llover. De más está decir que el sonido de Seattle, del cual Nirvana es el mejor representante, está basado en una depresión y nihilismo profundos y bastante justificados, aunque evitables. Cobain era el representante perfecto del estudiante de secundaria desplazado y vapuleado. De aquel solitario chico extraño que dibuja los logotipos de sus bandas favoritas y escribe líricas para canciones de conciertos imaginarios. Él era uno de los nuestros, y le fastidiaba mucho saber que los mismos chicos que lo acosaron en la escuela adoraban su música. Ironías de la fama.


Nirvana, luego de un moderado éxito con Bleach en 1989, firmó con la disquera DGC y su álbum Nevermind, que fue mezclado varias veces hasta obtener la perfección con el trabajo de Andy Wallace y Butch Vig, salió tímidamente a la luz un 24 de septiembre de 1991. Hacia Noviembre, las radios ya tocaban de cuando en cuando ese nuevo "tema metalero" de la "nueva banda de Seattle". La promoción del álbum dio sus frutos y la banda se presentaba en Saturday Night Live destruyendo todo a su paso.











"Territorial Pissings"



"Polly", "Come As You Are", "In Bloom", "Stay Away" llegaban una tras otra con una fuerza increíble, imparable. Ahí estaba "Something In The Way", también: un lúgubre lamento sobre lo que es ser pobre y adicto a las drogas. La temática de Nirvana, cruda y directa, estaba llegando a las radios masivas como jamás había ocurrido en el Rock. La gente se había cansado de los pelucones metaleros que sólo lanzaban álbum tras álbum para llenarse los bolsillos con dólares que luego gastarían en drogas, alcohol, mujeres y bienes raíces. Nirvana apareció en el momento exacto como una banda que aceptaba al oyente y le iba revelando una a una sus catársis: hoy en día la frase "Come as You Are" da la bienvenida a los visitantes de Aberdeen, Washington, lugar de nacimiento de Cobain. El rock and roll se había democratizado por primera vez desde Woodstock.


 

Mientras las disqueras buscaban bandas nuevas para canalizar este nuevo producto democrático y a la vez comerciable, la fama de Cobain alcanzaba niveles insospechados y, al mismo tiempo, su depresión y adicción a los estupefacientes y medicamentos lo iban consumiendo. Mientras el éxito lo iba llenando de dólares, Cobain seguía siendo el chico vapuleado de la secundaria con una guitarra distorsionada, salvo que ahora podía conseguir todas las guitarras que quisiera y consumir drogas más puras que las que conseguía dos años antes en los callejones del centro de Seattle. Poco antes de su suicidio en abril de 1994, Cobain había sufrido una sobredosis de champagne y Rohypnol en Roma. Corrieron rumores de que había sido un accidente, pero creo que en ese momento Kurt se dio cuenta que si no tomaba una medida rápida y efectiva, su dolor sólo se iba a prolongar. Estoy seguro de que debió haber planeado su suicidio metódicamente luego de la intervención por parte de sus amigos y familiares para tratar de sacarlo de la espiral de las drogas y la depresión. El cadáver de Cobain fue encontrado en su casa aproximadamente tres días después de su muerte.


Me enteré de su muerte cuando el bus que me llevaba al dentista se detuvo en una esquina y pude ver el titular en el diario "Expreso". Se lo conté a algunos de mis amigos rockeros ese día y no me creyeron. Sentí que me había convertido en un ave de mal agüero y me dio mucha pena y hasta algo de vergüenza: la semana anterior, cuando esos mismos amigos me contaron que Nirvana había grabado un Unplugged para MTV, me reí a carcajadas: "¿Cómo van a poder tocar esa música tan ruidosa sólo con guitarras de palo?" Al ver que en esa actuación Cobain tocaba su guitarra acústica rodeado de velas y flores cual anticipo de velorio, sentí que su espíritu venía a callarme la boca.


A partir de aquí el debate sobre la muerte de Cobain divide a la gente con una línea muy profunda que define las personalidades de cada uno: ¿fue un acto de cobardía? ¿Tuvo las agallas de terminar con su vida con tanto dolor que llevaba? ¿Por qué no buscó ayuda profesional? Él ya había afirmado que se estaba automedicando para poder superar los dolores crónicos de estómago que tenía y, poco antes de morir, afirmó con una sonrisa de oreja a oreja estar feliz de la vida. 





No sólo eso: en una entrevista de la Rolling Stone en pleno 1992, en pleno éxito de Nevermind, Cobain afirmaba que las drogas fueron para él una pérdida de tiempo y que las había dejado. De ahí que algunos consideran que su muerte fue una conspiración que tuvo como protagonista principal a su esposa, la también músico punk y adicta al caballo Courtney Love. Pero para nosotros esto último es una ridiculez. Kurt Cobain era un genio que sufría de una terrible adicción a la heroína, la cual pudo haberlo matado, de cualquier manera. Dicha adicción lo tenía atrapado, y utilizó la música para tratar de salir de ella, sin éxito.


Cuando Kurt Cobain a los 27 años se llevó su escopeta a la boca y jaló el gatillo, se dio por concluida la era rebelde masiva del Rock and Roll. Nirvana le dio pelotas a un género venido a menos, pero al morir Cobain, dichas pelotas se convirtieron en bolitas de naftalina. No me imagino a un Kurt Cobain ahora, en el 2011, a los 44 años, corriendo por escenarios gigantes llenos de luces y una potencia sonora inigualable mientras compañías de telecomunicaciones auspician sus conciertos y en las afueras se venden sus sudaderas a cuarenta dólares. Ni mucho menos me lo imagino sentado en un estudio de grabación, grabando el álbum número 17 de Nirvana y afirmando que será su "mejor obra después del Nevermind". O peor aún: no puedo concebir a un Cobain viviendo del pasado, semi retirado y criando a su hija Frances en una mansión de las afueras de Seattle. Lamentablemente su destino era la muerte.





Las disqueras y sus departamentos de Artistas y Repertorios decidieron apostar por productos edulcorados y seguros: ningún artista famoso se va a suicidar en la cumbre de su fama y crear una depresión colectiva. Éste no fue un caso como el de Lennon, muerto a manos de un loco, o ni siquiera como el de Hendrix, con una sobredosis accidental. Kurt nos dejó una nota diciendo que para él la música no lo había ayudado en nada y que de nada servía vivir: para él, el ser una "estrella de rock" no tenía sentido. "¿Y por qué mierda no dejaste la música?", preguntó su viuda mientras leía la nota con la voz entrecortada a los fanáticos que se habían congregado frente a su casa.


Las fuerzas del destino, fatalistas para aquel chico de la clase trabajadora norteamericana, confabularon para que muera por una verdad a grito pelado: la secundaria es una verdadera mierda y que la gente ahí sufre y sufre mucho. Negarlo es simplemente continuar con aquel infierno. Las matanzas de Columbine en 1999 y Virginia Tech en el 2007 fueron pruebas de que el sistema educativo de occidente está creando gente con problemas muy serios para socializarse, pero en general a ésta gente la ignoramos, le decimos Nevermind y continuamos con nuestra rutina de culpar a los demás de los problemas del mundo porque, total, alguien más ha de resolverlos. Nevermind tiene muchísimo que ver con la carencia de autenticidad y la abundancia de hipocresía en el mundo: el disco sacó a la luz estos problemas en un brillante set de 40 minutos de rock duro, el cual le costó a Kurt Cobain su propia vida.




Más Nirvana:



Incesticide: colección de lados B de singles y otras rareza, editada rápidamente debido al brutal éxito de Nevermind. Destaca "Aneurysm", uno de los mejores temas de la banda.

In Utero: el sucesor digno de Nevermind, grabado de forma más ruidosa.

From The Muddy Banks of the Wishkah: ¿Cómo sonaba Nirvana en vivo? Así.




Sunday, May 29, 2011















L'Apocalypse Des Animaux (Polydor, 1973)





When we talk about Apocalypse we usually mention tragedies: the end of the world, the last pages of the Bible and even our own death. Vangelis, Greek multi-instrumentalist that might know a little bit about tragedies (being from Greece), elaborated a soundtrack which could be called the first New Age record of the modern era. Before Apocalypse there was practically no word about the dangers of pollution.



It's important to recall the moment in which this album appeared: 1973. Humanity was facing an Energy Crisis caused by a war between Israel and Egypt. Arab countries stopped the oil supply to the West and hell broke loose when gas went up and we looked at our surroundings and realized: if gas can run out, so can other things.



We looked up and there was a huge hole on the Earth's ozone layer. Skin cancer started becoming a concern (specially for white people vacationing in the Caribbean) and all of a sudden, the enviroment wasn't to last forever because we were destroying Mother Earth, the recycler of all things.



In this context and with what the world is facing now, 35 years later, Vangelis' music is a reminder and an inspiration for us to fight against pollution and save the planet from ourselves. The Soundtrack of a 1972 TV documentary series made by Frédéric Rossif, L'Apocalypse Des Animaux pushed the envelope of ecology awareness by telling us the history of wildlife and the cycle of Nature in less than 35 minutes. The album, like Mother Nature's process, is fascinating, beautiful, and makes us listen to it over and over again. I don't have to say that whoever has listened to it on vinyl must have had quite an experience.






I usually describe how an album develops and I'll do the same here; however, it's really my personal point of view and you might find this record related to something completely different if you don't know the tracks' titles. With a record like this one it might not matter at all. The music is so ethereal and subtle it will conquer your heart easily no matter how you want to describe it.




The album opens with the generic theme of the series: African percussion starting and ending abruptly, like a village gathering call. Then we're hit in our solar plexuses with a tune called "La Petit Fille De La Mer", a nostalgic view of the Ocean, that might be strange for our city views but it's really where life on earth originated. "Le Singe Bleu" and "La Mort du Loup" are very sad tunes about a blue monkey and a dying wolf and here we are submerged into the vortex of the opera: how can we protect the delicate equilibrium of nature if we can't take care of ourselves and vice-verse? We're about to become the animals we're extinguishing by our own foolishness.












"L'Ours Musicien" is a very short tune, clumsy like a dancing bear, that cues to a big synth masterpiece: "La Creation Du Monde" in which the music puts us in the middle of the creation process twenty thousand million years ago, when the Earth was a hot rock and life appeared as simple cells trying to get organized in order to survive. "La Mer Recommencée" ends the album in an outstanding way, but it's not exactly the end...










Don't expect a lecture on the Origin of the Species, Global Warming or the environmental disaster in the Gulf of Mexico. Vangelis is performing, essentially, a TV soundtrack that happened to stand by itself because of beautiful and accessible melodies. The Rossif documentary series, unfortunately, is out of print and extremely hard to find. It is known that Vangelis recorded more music for it so, why not, Universal Music should release the complete Apocalypse sessions and score big.








With L'Apocalypse Des Animaux, Vangelis had his solo career paved for success after dissolving Aphrodite's Child. He collaborated two more times with Frédéric Rossif in 1975 and 1979 for the documentaries La Fête Sauvage (a more percussion driven score) and Opera Sauvage (electro-acustic Vangelis at the peak of his creativity). He still records and performs today, but if you must have just one Vangelis record in your collection, or in order to start a Vangelis one, don't go for a Greatest Hits one, Chariots of Fire or Bladerunner. Get this one and get your mind enlightened.






Wednesday, May 25, 2011

Astrud Gilberto: "Berimbau"


Astrud has an incredible voice: mellow, sympathetic and even childish sometimes. This song, recorded in 1965, is in my humble opinion, her best moment. She has the incredible Gil Evans Orchestra backing her up (see previous post), giving her vocals a fuzzy, warm pillow of winds right off the beaches of Brazil, even though it's actually a sad love song. From the album Look To The Rainbow.













Gil Evans
Kenny Burrell with the Gil Evans Orchestra: “Moon And Sand”


Kenny Burrell is one of the most versatile jazz guitar players and this track, a collaboration with Canadian arranger Gil Evans, puts him on the spotlight and gives us a very similar emotion that of Metheny's "Travels", but with a Latin twist. It's almost impossible not to identify Evans' arrangement style once you listen to his orchestra; and here, his horn section proves a haunting background for Burrell's tasteful, passionate acoustic riffs. This is one of the most interesting guitar performances with a Latin combo that I have ever heard. The congas are drastically panned to the left and the small drum kit at the right. The orchestra is in the back, and Kenny's acoustic guitar (recorded unamplified and without any compression devices) is dramatically closer to the listener. Rudy Van Gelder's engineering skills give the listener the sensation of being in a nightclub. Reverberation is one of the "key signatures" of the analog Verve Jazz sound in the Sixties, as we can hear in this tune recorded by Van Gelder himself at his personal studio. From the 1964 album Guitar Forms.










Pat Metheny Group: “Travels”





Pat Metheny is my favorite guitar player and one of the most creative jazz composers in the last 30 years. Always writing, playing, recording and touring, he has won Grammy after Grammy for almost each record he’s released with his group. This track, a very slow, mellow ballad played live featuring Brazilian percussionist Nana Vasconcellos, is from his 1983 double album of the same name.


Metheny and his band, also featuring Lyle Mays on keyboards and Mark Egan on bass, had a string of albums for the ECM record label that were proof that human beings are not on the verge of self-destruction. Travels was the live compilation that included some new tunes, like the title track: a melody that puts you right there in the middle of Kansas, watching falcons fly by. Enjoy!








Tuesday, April 26, 2011

Chernobylreactor 1

There is a Never Forget theme in Easter Europe. Let's not forget it.

Sunday, April 24, 2011









Freudiana (EMI, 1990)





Freudiana es un capítulo aparte en la extensa discografía de Alan Parsons como productor. Supuestamente iba a ser el próximo álbum del Alan Parsons Project después de Gaudi, pero Eric Woolfson, compositor y vocalista del grupo, había planeado algo más introspectivo y diferente: la realización de un álbum que eventualmente evolucione en un musical sobre la vida y obra de Sigmund Freud.




No llevaría el nombre de Alan Parsons Project. Esta vez, sería un album solista de Eric Woolfson como compositor y principal artífice de una obra tridimensional, para ser interpretada en vivo. El Alan Parsons Project se había "terminado”, aunque la banda de Freudiana es la misma que la de Gaudi y, como todo álbum “Project”, contiene vocalistas para todos los gustos incluyendo a Kiki Dee, John Miles y hasta al gran Leo Sayer. Parsons produjo el disco con la misma mano firme y ojo clínico con los que produjo trabajos como Year Of The Cat de Al Stewart o Rebel de Miles. Esta vez Eric Woolfson era su cliente, y Parsons le ayudaría a construir una obra maestra.





El psicoanálisis teórico y los personajes que fueron examinados por Sigmund Freud son sólo un pretexto para Woolfson. Esta vez, por primera vez, presenta un grupo de canciones sobre él mismo y sobre sus propios traumas, demonios y pasiones. El fantasma del gran psiquiatra está al lado de Woolfson al cual imaginamos echado en un diván contándole sus sueños más íntimos. La mente del compositor se abre como una caja de pandora y nos encontramos con diecisiete composiciones suyas extremadamente personales. Parecen canciones que confiesan los sueños y fantasías de los pacientes de Freud, claro, pero en verdad un compositor nunca escribe sobre nadie más excepto sí mismo (aunque Paul McCartney lo puede negar inútilmente con "She Loves You" o "She's Leaving Home) y si Woolfson se había estado aburriendo previamente con el Alan Parsons Project escribiendo canciones sobre robots o un arquitecto catalán; esta vez los retos de analizarse a sí mismo frente a un estudio de grabación y, más retador aún, de presentar un musical sobre el psicoanálisis, lo excitaban y aterraban terriblemente cual sueño erótico.





Lo interesante de los sueños es que uno nunca sabe con qué se va a encontrar mientras divaga por los mil recovecos de la mente. Freud trató de dar una explicación lógica basada en nuestra propia biología y todo lo conectó con el sexo: Edipo, Electra, envidia al pene y horror a la castración fueron constantes en su contribución a la psicología, y fue burlado y reverenciado en su tiempo por presentar ideas tan avanzadas. ¡El Alan Parsons Project también! ¿No fue acaso vilipendeado injustamente por Eve y con toda razón por Stereotomy? No solo eso, el mismo Eric Woolfson fue restringido a no cantar sus propias composiciones hasta el quinto disco del grupo, The Turn Of A Friendly Card. Freud, Parsons y Woolfson son tres barbones con brillantes e innovativas ideas que vieron ambas caras de la moneda en lo que respecta a aceptación.





Pero con temas como “Little Hans” (el paciente más joven del doctor Freud) uno se da cuenta que, para comenzar, es un tema de puta madre (opine aquí sobre los paralelos con las teorías de Freud) y, oh caray, es un profundo y a la vez inocente análisis sobre el desarrollo sexual en el infante masculino. Tiene algo de “Penny Lane” y “A Little Help From My Friends” de los Beatles, que también fueron dos temas sobre la infancia y el crecer rodeado de puntadas de connotación sexual.

















Freudiana, de haber llevado en la carátula el título de Alan Parsons Project, hubiera sido considerado la obra maestra del grupo. Es, sin embargo, un producto producido por Parsons pero dirigido por Eric Woolfson, quien se desligó por completo del productor y, lamentablemente, no se juntaron jamás. Woolfson murió de cáncer en diciembre del 2009 y fue toda una sorpresa y tragedia para nosotros.



Se supo muy poco del disco en los Estados Unidos y muchos fans de Parsons no lo conocen. Habrá sido quizás por la idea de que se trataba de un musical y no se pudo vender apropiadamente como un híbrido entre éste y un álbum conceptual de rock progresivo. "Sects Therapy", una fanfarria graciosa para el hombre común que desconoce las intenciones de Freud, claramente muestra que el disco estaba diseñado para un escenario iluminado, en un teatro oscuro. "Funny You Should Say That" tiene todo el gusto de un final de primer acto estremecedor.





Hora de conocerlo y de psicoanalizarlo. Al disco, y al yo interior de cada uno de ustedes. Lo van a adorar. El disco está descatalogado en Estados Unidos y en Europa, pero en Amazon se puede encontrar usado y muchos temas del disco están disponibles en YouTube.


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