Pero bueno, la década es para recordar musicalmente, pero en lo que respecta la realidad, es un desastre. Ya en 1989 un profesor de historia universal la denominó "la década perdida", y vaya que tenía razón. Aquellos que dicen "extraño a los ochentas", pues no los vivieron, porque en todas partes la cosa estaba que ardía, y fue la música la que abrió mentes, puertas, brazos, piernas y derribó muros y creencias.
Tuesday, February 18, 2025
Pero bueno, la década es para recordar musicalmente, pero en lo que respecta la realidad, es un desastre. Ya en 1989 un profesor de historia universal la denominó "la década perdida", y vaya que tenía razón. Aquellos que dicen "extraño a los ochentas", pues no los vivieron, porque en todas partes la cosa estaba que ardía, y fue la música la que abrió mentes, puertas, brazos, piernas y derribó muros y creencias.
Wednesday, November 13, 2024
18 de julio del 2002. Paul McCartney cumple 60 años. Ese día, la estación de radio de Los Angeles K-EARTH 101.1 FM difundió canciones de los Beatles y de McCartney todo el día. Los oyentes llaman a la radio en grandes números y una oyente le pregunta al DJ cuál es el mejor momento de la carrera solista de Paul (incluyendo, supongo, Wings). Yo digo Tug of War. El DJ dice Band On The Run. Olvidémonos de Band On The Run por un momento. La obra cumbre de McCartney es Tug of War, lanzado en Abril de 1982. La impactante portada nos sugiere, con sus tonos rojizos, que Paul está tremendamente estresado mientras oye por unos audífonos una noticia estremecedora. Obviamente era la muerte de John Lennon, pero pudo haber sido el ascenso al poder de Margaret Thatcher. Es un dísco típicamente nervioso y británico de 12 temas relacionados, creo, a lo que McCartney estaba pasando por ese momento: la ruptura de Wings luego de un arresto en Japón por posesión de marihuana, el negacionismo propio de Paul ante los problemas que le aquejaban (probablemente maritales, eso no lo sabremos nunca), y claro, la muerte de su amigo y archirrival John Lennon a manos de un psicópata obsesionado en ser como él. Paul medita sobre estos asuntos en "Take It Away" y "Here Today", esta última una canción para John, quien lamentablemente no estaba ahí para oirla (aunque la primera vez que la oí pensé que se trataba de una canción para Linda, su esposa, quien lo había abandonado temporalmente). Si John la hubiera escuchado, según Paul, estaría riéndose. La canción puede ser una secuela de "Yesterday", grabada con la misma guitarra eléctrica, el mismo cuarteto de cuerdas, y el mismo productor. Es el equivalente a un ramo de rosas rojas a la tumba inexistente de John.
Lennon, en verdad, disfrutaba oir de las canciones de Paul. Si no las admiraba, al menos las escuchaba para analizarlas a su gusto. De hecho, ya había mencionado que le gustaba "Coming Up", lanzada poco antes de su muerte. Yoko le contó a Paul que John había oído todo disco de Paul hasta el soberbio Back To The Egg (Columbia, 1979), y John quizás nunca le contó a Paul que lo hacía. De eso se trata "Here Today" y probablemente todo el Tug Of War. Es un ejercicio de nostalgia y una oda a la ausencia causada por conflictos interpersonales. Algo así como esa otra joya llamada Wish You Were Here de Pink Floyd.
Wednesday, October 2, 2024
Revisando las revistas de la época, encontré que a Christopher Cross lo presentaron no como cantante solista, sino como banda. Una banda que tenía el nombre del vocalista y guitarrista. Extraño, ¿verdad? No tanto. No sabían qué hacer con su físico. El departamento de artistas y repertorios de la Warner Brothers había recibido ya alguna cinta de demostración de Cross y éste ya había grabado un single mucho antes con otro nombre. En la edición 320 de la revista Rolling Stone (Junio de 1980), se puede notar que el disco encantó al crítico de la revista y que la información del artista (o el "comunicado de prensa") ya venía preparada directamente de las oficinas de Bugs Bunny y el Pato Lucas.
Christopher Cross era una graciosa versión humana de Porky, un gordito sin afeitar que pareciera aún seguir viviendo con sus padres en el sótano y cuyo comportamiento social era digno de un científico loco o fanático de Star Trek. Algo tuvo que pasar en las oficinas de la Warner para decidir lanzar a un cantante tan ganso. Christopher Geppert se cambió de nombre en 1970 a uno mucho más cristiano y lanzó un single, "Talk About Her" que no llegó ni a la esquina. Al enviar sus cintas de prueba y lograr una audición en vivo en la Warner Brothers en 1978, los ejecutivos quedaron fascinados de la voz del chico y de la cohesión de su banda: Rob Meurer en los teclados, Andy Salmon en el bajo y Tommy Taylor en la batería. Meurer y Salmon habían estado tocando con Cross en una banda de covers llamada Flash en las fiestas de la Universidad de Texas a inicios de los setentas y fue ahí donde Cross empezó a desarrollar un estilo personal en su voz; definitivamente influenciado por Paul McCartney y los discos hermosos de Steely Dan y Chicago que aparecieron entre 1972 y 1977. Los ejecutivos de la Warner tenían signos de dólar en los ojos, pero sabían que mostrando esa cara de rechonchito inocentón con barba de dos semanas y panza de couch potato, iban a perder el fuerte de su mercado: las quinceañeras compra-discos.
Y es que con la música pop (o "Pop N' Roll" como definía Cross su propio estilo), la regla es renovarse o morir. Está bien escribir canciones que gusten a la masa y que sean buenísimas como "Never Be The Same" y "Say You'll be Mine", pero eventualmente el jugo se acaba o la gente se aburre de tanta azúcar con vocecita aquí y conguita acá y tecladito en cuarta suspendida. Christopher Cross ahora entretiene abuelas debido a su sobreexposición y al marketeo inclemente de la Warner, quien usó al cantante y lo expectoró como cualquier casa disquera mayor, de las que felizmente van quedando pocas. Que ésto sirva de lección a todo aquel artista que logre un éxito rotundo al primer intento: guardad pan para Mayo, que está a la vuelta de la esquina.
Friday, July 5, 2024
¿Beatles y sexo se pueden combinar? Nunca se desligaron. El mismo Paul McCartney confiesa en el comentario de audio del DVD de la película Magical Mystery Tour que los Beatles eran jóvenes y viriles en pleno 1967, y por tanto se podían dar el lujo de mostrar a la terramoza Wendy Winters (Mandy Weet) en ropa interior comiendo en el restaurante de la famosa escena del sueño gástrico de John Lennon. También la energía sexual de la banda logró que apareciera en el mismo film una stripper (Maggie Wright) bailando en la carpa-cabaret. Aunque la desnudez de esta última fue oculta por la censura descarada, se pudo mostrar en el material adicional incluido en el DVD.
La revolución de los sesentas fue mucho más que simple paz y amor. Por si no lo sabían, estaba sexualmente cargada como si las hormonas fueran iones de litio listos para mover a un mundo que se iba dando cuenta que, si no follaba, podía causar otra guerra mundial.
¿En quiénes se inspiraron los Beatles para sus canciones eróticas? Pues en las groupies. El LP Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (junio de 1967) es el disco del verano del amor, del encanto de las flores y de los colores de estío; pero Magical Mystery Tour (diciembre de 1967) y, sobre todo, The Beatles (noviembre de 1968) -el famosísimo “Álbum Blanco” y hasta ahora el LP más vendido de los sesentas- cuentan, en doble sentido y en algunos casos cuasidirectamente, de una actividad sexual ya liberada y desenfrenada de la banda para con las groupies.
Los Beatles tienen a dichas groupies a sus pies, y ellas van desde simples chicas de clase media hasta damas de la realeza británica, modelos cotizadas, fotógrafas profesionales de familias de alta alcurnia estadounidense y hasta artistas del Lejano Oriente. Ya para agosto de 1968 había pasado un año de la muerte de Brian Epstein, la figura paternal/maternal de la banda quien les había enseñado a vestirse, a actuar, a mostrar una educación y una moderación que de cuando en cuando en el escenario, con una sacudida de cabeza y un “wooo” podía hacer que las mujeres se orinen ahí mismo, que tengan un orgasmo.
Los Beatles no tenían el poder político de Adolf Hitler, quien también causaba sensaciones similares en las mujeres alemanas de raza aria durante sus grandes y escalofriantes “rallies”, pero sí eran artísticamente muy buenos e infinitamente superiores al líder Nazi (si han visto las pinturas de Adolf se darán cuenta). ¿Las mujeres son atraídas por el poder? Sí, claro, algunas. Pero personalmente preferimos a las que son atraídas al arte, especialmente a la música.
A Hard Day’s Night es el LP de más “actitud viril” con un Lennon haciéndole el amor a su esposa luego de un día de trabajo, un McCartney dándose cuenta de que por más dinero que tenga no puede acostarse con la mujer que desea, y un George haciéndose el difícil en la pista de baile: como ya lo mencioné, él siempre las conseguía bellas y sofisticadas.
Las cosas parecen irles mal con las mujeres hacia Help! y Rubber Soul. En estos discos les cae una profunda depresión quizás causada por el exceso de fama y la marihuana y, aunque no hay discusión alguna sobre la calidad de las canciones, estas llevan un tono cáustico y algo misógino. Las chicas ya no le devuelven las llamadas a Paul, los encuentros casuales extramaritales de John terminan en apartamentos incendiados y golpizas, Ringo está de capa caída y el único a quien parece no importarle todo esto es a George, quien tiene una actitud tan madura para con el sexo opuesto que cada tema suyo, como "Think for Yourself", parece ser una lección de vida para los otros tres. El single "Day Tripper" es sobre una chica quien deja plantado al narrador y lo deja "al palo" después de una noche de seducción. Pudo haberse llamado "cock-teaser" (o "calienta-bolas") pero eso hubiera escandalizado a Brian Epstein primero, y al mundo después.
Como ya lo indicamos, Pepper es el disco del amor, y si creen que el sexo no está presente, pues se equivocan: la última frase del disco es “I’d love to turn you on”. El single "Penny Lane" está cargado de doble sentido a actividades sexuales de adolescentes en Liverpool. En Magical Mystery Tour tenemos psicodelia sexual pura de John con “I Am The Walrus” y el tema título, aunque la excitación cae con la melancolía de “Fool on the Hill” y el edipismo de “Your Mother Should Know”, ambos temas a cargo de Paul.
El Álbum Blanco es el más evidente testamento de un intenso y a la vez maduro erotismo en canciones como “Back in the U.S.S.R.” y “I Will”, y no tan oculto como en “Why Don’t We Do It In The Road”. Las insinuaciones continuarían en Abbey Road y Let It Be con “Come Together” y “I’ve Got A Feeling” pero claro, sería muy “enfermizo” de nuestra parte creer que hay connotaciones eróticas en “Let It Be” o “Maxwell’s Silver Hammer”.
1970 encuentra a los Beatles totalmente controlados por sus mujeres, quienes los conquistaron a ellos, no ellos a ellas. El juego de ser “grupo” había acabado y empezaba otra década y otra etapa en sus vidas. Las cuentas regresivas al 8 de diciembre de 1980 y al 29 de noviembre del 2001 se habían iniciado, pero qué bien que la pasaron en esas giras y aventuras orgiásticas, desenfrenadas y sin preocupaciones: prueba de ello son sus fantásticas canciones, escritas en hoteles, autos, aviones y en camas ajenas.
Friday, April 26, 2024
Breezin’ es el disco más exitoso y a la vez precursor de la historia de la música popular. Es una colección de seis canciones que puede ser admirada por la destreza de sus ejecutantes, por el sentimiento de sus composiciones, o por la calidad de su producción. Con este disco George Benson trepó a la cima de tres listas de Billboard: Jazz, R&B y Pop, tres encasillamientos basados en las tres maneras previamente descritas de admirar al carismático guitarrista y cantante.
El disco es uno de los mejores álbumes de la historia de la música grabada y punto. De hecho, cada uno de los temas es tan bueno que podría ser extendido por una hora para tener un total de 1/4 de día con George Benson adornando nuestro tiempo. Y pensar que a simple vista parece un disco de covers. El tema título, una copia embellecida de un instrumental de Gábor Szabó y Bobby Womack escrito por este último y lanzado hacía seis años, abre el LP y propone al oyente de jazz a bajar la guardia y al oyente de pop a descubrir la facilidad con la que un solo puede representar emociones, más que palabras.
En mi opinión el tema estelar es “Six to Four”, un barajo entre cuatro y seis compases compuesto por el bajista y guitarrista Phillip Upchurch en el cual todos los músicos, incluyendo la orquesta conducida por Claus Ogerman, se divierten de una forma tan inocente que cualquiera pensaría que son niños de diez años.
Como ya lo dije, el disco debut del guitarrista y cantante George Benson para Warner Brothers fue de un éxito feroz: alcanzó el número uno en las listas de jazz, pop y R&B al mismo tiempo. Vendió como pan caliente y ganó Grammys a por doquier, gracias a la performance de Benson y sus colegas y a una producción impecable y aséptica de Tommy Lipuma. Un cover de Leon Russell, “This Masquerade”, de ocho minutos, fusiona los tres géneros antes mencionados y crea uno nuevo, que a la larga se convertiría en el refugio de los músicos virtuosos mediocres: el smooth jazz.
Breezin' será todo lo perfecto que uno quiera, pero terminó creando un género equivalente a música de elevadores, recepciones de dentistas, y cortinas musicales de TV (el tema título fue usado en Perú en los primeros años de Frecuencia 2, hoy Latina). Pero si ponemos nuestra mente en aquel 1976, cuando no existía el smooth jazz y escuchamos a George Benson emular con su guitarra hollow body a su maestro Wes Montgomery, con influencias claras de Tal Farlow y Kenny Burrell, descubriremos una maravilla musical que no busca sorprender por su virtuosismo o técnica sino por lo agradable de su sonido al oído humano. Benson es un guitarrista de primera pero jamás he oido a ningún crítico de jazz decir que es un virtuoso, felizmente.

Septiembre de
1991 vio aparecer este disco, el segundo de un power trio de Seattle que
llevaba dentro mucha frustración, amargura y desolación, el 90% de todo esto
concentrado en su guitarrista y vocalista Kurt Cobain, quien expresaba el humor
de la generación de aquel entonces que estaba graduándose de la secundaria para
entrar al mercado laboral de una Seattle en recesión. Para colmo el clima de la
ciudad no ayudaba mucho: llueve como mierda y la gente no tiene mucho que hacer
más que quedarse en sus viviendas horneándose y deprimiéndose más y más.
Ese es en líneas generales el contexto en el cual Nevermind apareció: Geffen Records estaba encantado con el resultado final del álbum, mezclado por Andy Wallace después de varias intentonas fallidas, y con aquel primer esbozo de éxito: “Smells Like Teen Spirit”, canción que “hizo” y “deshizo” a Cobain pero que puso a la banda en el panteón de la fama y fortuna. Lo único que cambió para Cobain fueron sus dealers de heroína y la gente que antes lo había rechazado e ignorado ahora lo buscaba con insistencia. Su suicidio en abril de 1994 representó el fin de la era dorada del rock and roll rebelde en las listas de popularidad; pero ni Cobain pudo matar la semilla que dejó plantada en tanta gente. Digan lo que digan, Nevermind fue el disco más influyente de la década de los noventas.
Friday, April 19, 2024
1986: The Queen Is Dead, The Smiths.
El mejor LP de la historia del rock británico o el más exitoso experimento de marketing underground. Sea lo que fuere el álbum de los Smiths aparecido en 1986 fue su consagración: un single contundente llamado “Big Mouth Strikes Again” causó furor en las emisoras de radio sin que la banda tenga que sacrificar su identidad o estilo, mucho menos su audiencia base. Quedaba claro que Morrisey (vocales) y Johnny Marr (guitarras) eran los putos amos del sonido de Manchester y su influencia se sintió a nivel mundial. En el 2003, los cuatro discos de la banda aparecieron en la lista de los 500 más grandes álbumes de la historia del rock en la revista Rolling Stone, pero esto no hubiera ocurrido sin Queen is Dead.
Morrisey
aplicó a la banda una fuerte postura anticapitalista y proto-alternativa que
invitaba a la gente a prestarle atención ya que mucho aspaviento no hacía:
sabíamos que era neutrosexual y tenía un aspecto andrógeno, y también nos
encantaba el sonido de la guitarra de Marr. De pronto la banda se disolvió y
muchos nos quedamos sin la oportunidad de verlos juntos, creándose una leyenda
que es cada vez más grande a medida que menos se habla de la banda. Morrisey,
por otro lado, es una presencia constante en las noticias y los equipos de
sonido de muchos mexicanos.