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Tuesday, December 8, 2020


Central Park Imagine Mosaic


Every ten years it’s getting harder for me to write about John Lennon’s murder. I don’t know what else to say after having said so much since 1990.

40 years later, it is still the biggest tragedy in the history of popular music. The saddest point in which the sixties were officially over, just as so many dreams and hopes. It was so hard to cope some of us still don’t know how to.
If John Lennon ever compared himself, or The Beatles, to Jesus Christ, his murder could have helped him with the comparison. Killed by a deranged follower because he believed Lennon “betrayed” him by not getting The Beatles back together (or whatever excuse he had in his mind: First reports were about him not happy with an autograph); John Lennon lived 40 short but fruitful years on this Earth and changed the way we listen to music in many ways. Lennon and his disciples created a new religion. He even married a woman who was despised and attacked for reasons that had to do with Lennon’s own actions: Yoko Ono is the Mary Magdalene of Rock and Roll, and every time a band breaks up because of a woman, they mention her name, just as the Catholic Church made MM the ultimate synonym of a prostitute.

By dying at the hands of a delusional and mentally unstable "follower" in New York, in the last hour of December 8, 1980, Lennon left without saying goodbye. His last big interview was featured in Playboy in January 1980, and there he mentioned he had so many plans for the future. With him alive, Rock and Roll would have been so different, especially with a John Lennon taking advantage of big arena concerts, advanced recording techniques, and better marketing strategies. All those plans and dreams also died on that fateful night.
To make this thing more tragic, if possible, Lennon had just released a new album after five years of silence. Double Fantasy was getting lukewarm reviews when the bullets hit his back, and after that, the album skyrocketed in the charts. A year later, it won the Grammy for Album of the Year. “Woman” was voted Best Song of the 80’s at a Peruvian radio poll in 1989, after we spent the 80’s mourning his death by becoming Beatlefans.

While we were crying listening to “Imagine” or “(Just Like) Starting Over”, the other Beatles moved on with their lives but they knew nothing would ever be the same, or safer. Rock and roll had a target on its back caused by madness, paranoia and, yes, politics. Paul McCartney wouldn’t tour until 1989 and he had to do it because he owed it to John and the millions of fans. George Harrison mourned him in a more private way, and Ringo almost succumbed to alcoholism, just to recover with a little help from his friends and wife.
40 years is a long, long time. Nevertheless, for many Lennon fans, that night of December 8th, 1980 is still too close and hits hard.

Sunday, November 22, 2020









Puedes Ser Tú (Discos Hispanos, 1985)

MIKI GONZÁLEZ



En 1985 el Perú no estaba preparado para lo que se venía: los peores años de violencia, pobreza y corrupción que vivió en su historia. El gobierno del Arquitecto Fernando Belaúnde terminaba por las patas de los caballos, con una oposición crítica muy severa a su política económica y anti-subversiva. Aquellos críticos, como el guitarrista y compositor Miki González, ignoraban de lo que serían los próximos cinco años de gobierno de un chico de 33 años, lider de un partido llamado Alianza Popular Revolucionaria Americana, llamado Alan García, quien obtuvo más del 50% de los votos en la primera ronda de las elecciones de aquel año.



Este es el tipo de artículos que le gusta escribir a
Javier Lishner, y creo que él tiene mucho más conocimiento de lo que se vivió en la escena musical peruana de esa época que quien escribe. Yo simplemente prendía la radio y la TV y absorbía lo que había en los rankings y los noticieros. Déjenme decirles a los que nacieron hacia 1988 y a los desmemoriados que no hubo cosa peor que lo vivido entre 1986 y 1992; es decir, la hecatombe García y los dos primero años de estabilización de la economía a cargo del primer gobierno autocrático de Alberto Fujimori.



En la canción título de Puedes Ser Tú, Miki hizo un compendio de la historia del Perú de los ochenta: Una aristocracia venida a menos que intentaba sobrevivir los nuevos cambios económicos mientras el terrorismo y el narcotráfico nos aterrorizaban con la ayuda de los medios de prensa. "Así es la vida del hombre aquí en la gran ciudad. No le importa a quién aplasta, hoy traidor, mañana Rey." Esta frase pintaba de cuerpo entero a Vladimiro Montesinos, el hombre que en los setentas fue expulsado del Ejército del Perú y que posteriormente sería el asesor de Fujimori. Miki no estaba profetizando sino advirtiéndonos. ¿Pero quién escucha consejos en discos y cintas de roqueros peruanos? ¿O españoles, a fin de cuentas? "Puedes Ser Tú" nunca se tocó en las radios peruanas; o al menos yo nunca la escuché ahí. La canción que convirtió a Miki en una superstar fue "Dímelo, Dímelo," un rock-punk muy inspirado sobre los comerciales de TV que te forzaban a comprar cosas que no necesitabas mientras el dinero se te iba de las manos. Miki no entendía en ese entonces que para hacer dinero había que gastar dinero y que las agencias publicitarian estaban como la mayoría de peruanos: tratando de sobrevivir la crisis que nos tenía a todos mal, pero como dije dos párrafos antes, no se comparaba con lo que se venía y ni el propio Miki pudo profetizar tamaña debacle.



El primer disco de Miki González tuvo invitados de lujo como Andrés Calamaro y Charly García. Asombroso que haya grabado en Panda Estudios con la ayuda de un bajista llamado Eduardo Freire y uno de los hermanos Ballumbrosio, Filomeno -hijo de don Amador, que popularizó la música grone en Chincha, al Sur de Lima-, en el cajón. Miki se encargó de las guitarras y la programación de su "Drumulator" para mantener un ritmo fijo, estático y computarizado a 8 bits. Al gran Charly García le dio la oportunidad de hacer coros en "Chapi García," un tema 100% chicha (tropical-andino) en donde una voz femenina nos da cuenta de qué desastre estaba dejando el gobierno del partido Acción Popular, al mando de Belaúnde. En los ochenta este tema era ignorado por los rockescuchas, pero ahora se siente su nostalgia y etnicismo, de igual modo que con "Brian Meno," un tema instrumental afro-peruano en donde el zapateo, la guitarra eléctrica con flanger y el sonido del arpa hacen descubrir a toda una legión de fanáticos del rock en español que la música negra existe y está llena de texturas, y es excitante.



Excita porque hasta 1985 la música afro-peruana nunca se había cruzado, ni pensaba hacerlo, con el pop-rock. Hasta ese entonces había sido popularizada en su forma pura, con su ya aceptado mestizaje con el criollismo, por artistas como Arturo "Zambo" Cavero, Perú Negro y el legendario Nicomedes Santa Cruz. Miki González quería fusionar con la música negra de las plantaciones de algodón y caña de azúcar de Chincha. Para ello ya tenía a Filomeno Ballumbrosio en el cajón. Y mucha más fusión vendría después. González inicia con este disco un coqueteo con los ritmos afro peruanos que lo llevaría a grabar "Akundún," un reggae pegajoso que en 1994 sería su éxito más fuerte, traspasando las fronteras del Perú. Pero por el momento, Miki estaba debutando como roquero de protesta, así que concentrémonos en esta faceta.



Protesta, como todo hombre, por la forma cómo su mujer lo trata en "Ya No Aguanto". Pero, como escuché decir por ahí a la gran Storm Large, "¿Qué es el amor si una no termina llamando a la policía luego de una discusión?" Le canta a la "Fatiga" de su percusionista y deja que Eduardo Freire cante su propia "Peligro," en donde el bajista trata de emular a González con su ojo crítico.



Miki escribe canciones como "Donde Están" y "Soy Un Proletario." Una está cantada como si el protagonista estuviera en una trinchera, viendo cómo el país se va a las ruinas; y no hay una sola pista de esperanza ni sosiego. ¿Dónde están los periodistas? (muertos) ¿Y los presos por narcotráfico? (aprendieron a volar.) La otra es una ojeada a una posible vida feliz bajo el sistema económico capitalista basada en el conformismo y la ignorancia; aunque yo lo ví siempre como un elogio al socialismo tipo yugoslavo-cubano. Miki González tenía una tendencia socialista muy marcada y ahora eso suena extraño, pero en 1985 quien no era socialista era un Nazi conchesumadre o, peor que eso, socio del Club Regatas Lima. Miki fue más allá con su radicalismo y al menos una vez se presentó para algún congreso del Partido Comunista del Perú. Con Patria Roja y todo, quién lo diría.




El disco, al tener invitados tan de peso como Calamaro y García, llegó con un buen pedigree y le dio credibilidad a Miki como compositor. Su voz es muy limitada pero la sabe usar y no intenta ser un cantante de altas notas o brillantes falsetos, sino más bien un cronista de la realidad peruana, con una muy buena sección de ritmos y una guitarra blusera subvalorada por muchos, excepto por algunos como el que escribe.



González tendría en 1987 un exitoso segundo disco llamado Tantas Veces que incluía una canción punk-new wave llamada "Vamos A Tocache," sobre la ciudad de la alta selva peruana famosa por sus conexiones con el narcotráfico. Su carrera seguiría en subida hasta aproximadamente 1994 con el ya mencionado "Akundún".




Más sobre Miki:



http://enciclopediarockentuidioma.blogspot.com/2009/04/miki-gonzalez-peru.html





Y porsupuesto, en Amazon.com



"Lola, Lola," del disco Tantas Veces (CBS, 1987)







"Ya No Aguanto" del disco comentado en este post.



Monday, October 12, 2020



Escribe Jesús Quintero

Desde tiempos inmemoriales, trovadores, poetas, juglares y músicos de todo género le han adjudicado a la luna virtudes que cualquier astrónomo descalificaría con una sonrisa desdeñosa. Sin embargo, como más se aprende por el oído que a través de los libros de ciencia, la música ha encontrado en nuestro satélite un pretexto magnífico para ponderarlo como faro nocturno atento a la gloria del amor, al despecho y a la soledad.

Arduo y más allá de los límites de estas páginas sería lanzarse a la elaboración de una antología de canciones que tengan en la luna su central protagonista. Por ello, preferimos ceñir el territorio a la lista del Top 40 de la revista Billboard durante los últimos 50 años, explorando exclusivamente las grabaciones que en Estados Unidos tuvieron relevancia y que, aun de rebote, han llegado hasta acá. La relación no es, con todo, absoluta, pero sí deja constancia de que si no es de queso, la luna sigue siendo para muchos un territorio donde, tal vez para vencer la ausencia de fuerza de gravedad, el suelo está inundado de miel.

Mas antes de comenzar con el desfile cronológico, hay que consignar tres grabaciones del asunto que hoy se celebra mundialmente. La más recomendable es Apollo 11 Moon Landing (1969 BBC Television Coverage) (Pearl Flapper, 1994), álbum que contiene la crónica de esos días en voz de sus protagonistas: desde el discurso de John F. Kennedy el 16 de julio hasta el aterrizaje sin contratiempos el 24 de ese mes. Si se tiene edad suficiente para recordar esa fecha, las voces de los tripulantes del Apolo XI estremecen más, la verdad sea dicha, que el álbum con los sonidos del festival de Woodstock. La célebre frase "Este es un salto pequeño para el hombre..." también aparece en la muy indispensable Great Speeches Of The 20th Century (Rhino, Atlantic/WEA, 1991), caja de cuatro discos que contiene voces de Alva Edison, Lindbergh, Nixon y un sinfín de personalidades de esta centuria. Y ya para los coleccionistas de espuma en la boca está First Man on the Moon (MGM, 1969), sencillo de 45 RPM que contiene fragmentos de los reportes recibidos y emitidos desde el Centro Espacial de Houston, así como la ya citada frase del alunizaje.

Exploración por el Top 40

En la lista de éxitos la luna no ha sido totalmente llena. Periodos largos han pasado en que no parece haber inspirado a intérpretes ni autores, por lo que este pretendido recuento de 50 años de éxitos propiamente comienza en 1951, cuando el seminal Les Paul, en compañía no más que de su guitarra, de un primitivo pero efectivo sistema de remezcla de grabaciones y de la cantante Mary Ford, llegó al primer lugar con su "How High The Moon" (Cuán alta está la luna), que Gloria Gaynor volvería popular en la segunda mitad de los setenta. La letra, por sí sola, ya pone de manifiesto el uso común de aquel satélite: "En algún lugar hay música/ qué lejos se oye la tonada./ En algún lugar está el paraíso./ Qué alta está la luna./ No hay luna arriba/ cuando el amor está lejos,/ pero se vuelve real/ cuando tú me amas como yo a ti...". Ese mismo año, la muy modosita Debbie Reynolds, en compañía de Carleton Carpenter, exploró otra acepción romántica de la luna —exactamente la primera noche nupcial— con la desenfadada "Aba daba Honeymoon" (Luna de miel Aba Daba), colmada de frases del tipo "Ab-a dab-a dab-a dab-a dab-a dab-a dab/ dijo el monito al chango/ Bab-a dab-a dab-a dab-a dab-a dab-a dab dijo el simio al chimpancé..." (huelga decir que tanta dab-a dab-a significaba "te quiero"). Confiando en la mala memoria del mercado, Bing y Gary Crosby (padre e hijo) remataron ese año el tema lunar con "Moonlight Bay" ("Bahía a la luz de la luna"), que en 1912 había sido un gran éxito para The American Quartet y que en sus voces llegó al decimocuarto sitio. ¿El tema? Un marino navega de noche, escucha a su conciencia que le reclama haber robado el corazón de una chica inocente y se debate entonces entre el marcharse o quedarse a refrendar su amor.

En 1953 la única en alcanzar un sitio entre los primeros 40 fue "No Moon At All" ("No hay luna"), a cargo de The Ames Brothers with Les Brown, que comienza como reporte metereológico en una charla que apenas inicia y se convierte en confesión para pedirle un beso a la persona con quien se hace tertulia. Un vigésimo primer lugar para esta innovación no estuvo mal.

El año siguiente trajo también tres éxitos satelitales: "In the Chapel in the Moonlight" ("En la capilla a la luz de la luna"), con Kitty Kallen (posición 4), de corte religioso; "The Honeymoon’s Over" ("Se acabó la luna de miel") con Betty Hutton y Tennessee Ernie Ford (recordado por sus "16 Tons"), quienes llegaron hasta el sitio 16 con un drama sobre el fin del amor y la inminencia del divorcio (sin nunca pronunciar tal palabra), y en el lugar 24 la instrumental "Moonlight and Roses (Bring Memories of You)" con The Three Suns.

En 1956 apareció el primer álbum de Elvis Presley que en el territorio lunar portaba dos temas: "Blue Moon of Kentucky" ("Luna azul de Kentucky") y "Blue Moon" ("Luna azul"). Sin embargo, ninguno escaló el Top 40 y tuvo que esperar hasta su tercer LP, de ese mismo año, con "When my Blue Moon Turns to Gold Again" ("Cuando mi luna azul —o melancólica— se vuelve dorada otra vez"). La canción, que abordaba el cambio en el color del satélite tan pronto la mujer amada volviera a brazos de El Rey, llegó al sitio 19. El tercer sitio lo tuvo Frankie Laine con "Moonlight Gambler" ("Jugador a la luz de la luna"), una pieza country sobre un tipo que juega con el amor y pierde y gana sin que su corazón se melle. Y el número dos fue para la azucarada Patti Page con "Allegheny Moon ", que pide a la luna su luz para encontrar el romance con el que vivirá feliz para siempre.

Un tema instrumental, "Sail Along Silvery Moon" ("Navega sobre la luna plateada"), a cargo de Billy Vaughn & His Orchestra, llegó al quinto peldaño en 1957, seguido un puesto atrás por Bonnie Guitar y su "Dark Moon" ("Luna oscura"), monólogo de un tipo que perdió a su amor y que le pregunta a la luna si ésta apagó su resplandor por tal desdicha. Menos contrito sonó Tony Perkins y su "Moonlight Swim" ("Nadar a la luz de la luna") que atléticamente llegó al lugar 24.

1958 le dio oportunidad al crooner Perry Como con su "Moon Talk" ("Charla con la luna"), que trepó al sitio 28, mientras que el quinto, ese año, le correspondió a Pat Boone con "Sugar Moon" ("Luna azucarada"), donde el ídolo de matinée le pide al satélite edulcorado que le traiga a su "ángel de luz" con quien el amor florecerá. Una canción no apta para diabéticos.

Dos años se mantuvo oculta la luna y fue hasta 1961 que reemergió curiosamente con voces negras. La primera posición fue para The Marcels con "Blue Moon" (tema ya aplaudido con anterioridad), donde el abandonado lamenta su condición. El tercer puesto en ese año lo tuvieron The Capris con "There’s A Moon Out Tonight" ("Hay una luna afuera esta noche"), que volvía al tema del corazón robado a una chica a manos de un bandido romántico, mientras que Jerry Butler se amparaba en "Moon River" (original de Johnny Mercer y Henry Mancini, que en voz de Andy Williams sonó en la versión fílmica de Breakfast in Tiffany’s), que hacía del brillo lunar un puente para cruzar de un mundo sin esperanzas a uno colmado de lujos.

Pese a las loas hacia el programa espacial, la década de los sesenta no fue pródiga en cantos lunares. Fue hasta 1964 que la palabra se hizo popular con "In the Misty Moonlight", interpretada por Jerry Wallace que alcanzó un decimonoveno sitio (mejor que el 46 que la misma pieza logró en voz de Dean Martin en 1967). Lo original de la composición radicó en que el amante, insuflado de temeridad, le dice a su amada que al lado de ella podrá estar en cualquier sitio por agreste que éste sea (aun bajo una luna brumosa).

Al año siguiente, The Bachelors volvían tras la huella de "Chapel in the Moonlight" (colocada en el sitio 32), mientras que el proteico e irónico Jonathan King advertía que "Everyone’s Gone To The Moon" ("Todos se están yendo a la luna"). Y por lo menos el mercado se lo creyó tanto como para impulsarlo al puesto 17 de las listas, desde donde cantaba: "Las calles están atiborradas/ todos los caminos antes solitarios están llenos./ Las casa ya no son hogares,/ la iglesia está colmada de gente que canta desentonada./ Todos se están yendo a la luna"

Para 1967, en pleno furor de la beatlemanía, sólo Dean Martin se asomó a los charts (en el sitio 25) con un nuevo cover de "In the Chapel in the Moonlight". Dos años más tarde, y sin la existencia de un sistema de marketing que creara un himno que podría haberse titulado "We are The Moon" en pleno furor por el proyecto Eagle, los muy terrestres y pantanosos Creedence Clearwater Revival conquistaron un segundo sitio con "Bad Moon Rising", aunque inquietaron a más de uno con su visión catastrofista: "Veo el ascenso de una luna maligna,/ veo problemas en el camino./ Veo terremotos y relámpagos./ Contemplo muy mal el presente./ Mejor no salgamos esta noche...". Del otro lado, un tanto adscritos a la utopía hippie, Paul Revere & The Raiders hacían de nuestro planeta un territorio para una fiesta de disfraces donde todo dependía de la luz natural proporcionada por "Mr. Sun Mr. Moon" ("Señor Sol, Señor Luna"), que llegó al decimoctavo escalafón.

La decadencia del amor lunático

Parece que al momento en que Armstrong colocó su pie en la Luna el mito se acabó. Aquel satélite no tenía vida, no tenía oídos para ser confesor de nadie, no era plateada ni dorada. Podría decirse que para no pocos compositores la ciencia se había impuesto a la contemplación romántica, pues las canciones alusivas comenzaron a decrecer de manera alarmante.

En 1971, el bucólico Cat Stevens ya le hallaba otras virtudes en "Moonshadow" (sitio 30 en el Top 40): "Estoy siendo seguido por una sombra lunar/ (...) Y si pierdo mis ojos/ si mis colores se marchitan/ no tendré que llorar nunca más...".

Un año después, en el puesto 13, King Harvest colocó "Dancing in the Moonlight" ("Bailando a la luz de la luna"), que tendía un puente entre un tema digno de Gene Kelly y las nacientes discotecas. Hacia 1976, en pleno ascenso del punk, Starbuck se convertía en "maravilla de un solo éxito" con "Moonlight Feels Right" ("Se siente bien a la luz de la luna"), que aún se escucha en cierta estación radiofónica dedicada a la nostalgia.

A pesar de que en 1979 los desorbitados The B-52’s incluyeron "There’s a Moon in the Sky (It’s Called the Moon)" en su excelso álbum debut, sólo Anne Murray subió a las cimas con "Shadows In the Moonlight" ("Sombras a la luz de la luna"), que llegó al lugar 25 y volvió a señalar que la luz era el punto de encuentro ideal para los amantes.

La crisis en el cielo nocturno de los compositores se hizo evidente en los ochenta y la presente década. Hacia 1982, Bob Seger & The Silver Bullet Band lograron un segundo puesto con "Shame on the Moon", que señalaba que los hombres —como licántropos— olvidan las promesas de amor al dar la medianoche. En 1984, Dennys DeYoung llegó al décimo lugar con "Desert Moon" ("Desierto Luna"), que instalaba la agreste topografía en terreno accesible por ferrocarril. Los menos torturados ingleses de Duran Duran alcanzaron el décimo puesto con "New Moon on Monday" ("Luna nueva en lunes"), que, como curiosidad, presentaba a Simon LeBon balbuceando en español "la luuuna".

La lista y este breve recuento concluyen con un gran salto hasta 1993, cuando R.E.M. pone "Man On The Moon" ("Hombre en la luna") en la posición 30 de las listas. Sintomáticamente, la letra de la canción parece apuntar a la crisis de credibilidad ante todo lo que ayer enorgullecía a los más jóvenes. La luna no es romántica y, asegura Michel Stipe, ni siquiera ha sido conquistada: "Mott the Hoople y el juego de la vida. Sí, sí.../ Andy Kaufman en un partido de vencidas. Sí, sí.../ Monopolio, veintiuno, fichas y ajedrez. Sí, sí.../ Si crees que de verdad pusieron un hombre en la luna/ entonces nada está bien".


Friday, October 9, 2020


Statue of John Lennon in Public Park - El Vedado - Havana - Cuba




Aunque John Lennon lleva 80 años de nacido y casi 40 de ser asesinado, considerar que está "muerto" es una falacia. Su influencia está en todas partes, su mensaje cada día es más vigente y válido. Lo que alguna vez hizo y fue considerado como una "locura" ahora es visto como un acto de genialidad. Toda la obra de Lennon, desde los 17 hasta los 40 años  de su vida, merece ser atendida, escuchada, vista.









Fue la más pura y popular encarnación del rock and roll. El ídolo de multitudes. El rey. Elvis Presley. Era blanco, se vestía de blanco y cantaba a chicas blancas; pero con voz de negro. La fama de este hombre hizo que el ritmo de Rock And Roll se hiciera conocer a nivel mundial gracias a su belleza física, a su agradable carisma y sobre todo a la maestría y talento de sus interpretaciones. El éxito de sus discos y películas solo puede ser comparado con el de Frank Sinatra y el de Los Beatles. Aunque creo que a Presley no le gustaría esa última comparación, por ser los Beatles ingleses, ni tampoco las imitaciones-homenajes del grupo Dread Zeppelin, que hacía covers interesantes de los Zep en ritmos de reggae con un cantante gordito y sudoroso vestido como Elvis durante su triunfal período de conciertos en Las Vegas. La fama de Elvis se mantiene; a veces cae un poco, y cuando eso ocurre oímos a alguien comentar que posiblemente esté vivo, y su fama alza vuelo nuevamente.


Personalmente considero a Elvis más un precursor que un rey en un sentido propio. Pero hay mucha justicia cuando lo llaman "El Rey del Rock And Roll," porque sin él este estilo musical no se hubiera expandido ni afianzado a un nivel global. Por primera vez la gran masa juvenil de quince a veinte años reconocía un estilo propio de musicalidad y rebeldía, y lo hacían suyo. Un ritmo considerado escandaloso en Estados Unidos y alienante en el extranjero. Pero en verdad alguien tenía que responder por toda esa amargura y desesperación que sentían los jóvenes en todo el mundo por la Guerra Fría, la cacería de brujas del Macartismo, la falta de empleo y oportunidades y el desentendimiento entre padres e hijos. La música de Elvis no intentó crear discordia ni odios entre generaciones, sino más bien buscar un entendimiento y un diálogo contando problemas juveniles relacionados con el amor perdido y la falta de comunicación. Canciones como Yakitie—Yak, Hound Dog, Heartbreak Hotel, Love Me y otras tantos magníficos temas que fueron distintivos de la primera etapa del cantante, antes de partir al servicio militar.
La fama gigantesca que alcanzó Presley se basa en una triste realidad que siempre ha golpeado a los Estados Unidos: el racismo. La voz de un negro tocando blues es magistral; está llena de sentimiento y dolor, y no puede ser más sincera. Pero es la voz de un negro feo que no gustará entre las chicas blancas adineradas. Elvis tiene esa voz y es muy atractivo para las mujeres. Venderá. No creo que bluseros como Robert Johnson o Little Walter o rockeros como Chuck Berry o Little Richard hubieran tenido tanta aceptación. Elvis era pobre, pero blanco. Si hubiera nacido negro, no hubiera sido tan popular con las chicas ni con los padres que por primera vez aceptaban un estilo de música antes relegado a las minorías. Hasta antes de Elvis, los jóvenes escuchaban la música que los padres ponían en las enormes radiolas Grundig. Oían a Bing Crosby, a Frank Sinatra, a Eddie Fisher, a Guy Lombardo... Despues de verlo y oír, los jóvenes estadounidenses tomaron la decisión de hacerlo suyo y dejar a los mayores con su música, que no la consideraban mala, sino poco útil para la realidad de un adolescente. Los jóvenes lo imitarían, se vestirían con chaquetas de cuero, escucharían música bailable de los Jukebox, sacarían a pasear a sus rubísimas novias en sus motocicletas y de cuando en cuando, como Elvis lo hacía en cada una de sus películas, se agarrarían a trompadas por alguna que otra fémina. Los adolescentes europeos harían lo mismo; entre ellos dos chiquillos de diecisiete y quince años que empezaron a tocar juntos en un puerto pobre de Inglaterra llamado Liverpool. Los chicos se apellidaban Lennon y McCartney y también lo copiaban y querían llegar a ser famosos y elegantes como él. Pero esa es otra historia.



Como una extraña ironía de la vida, el más famoso cantante de rock and roll de todos los tiempos tuvo la carrera peor administrada que artista alguno pudo tener. Un éxito apabullante de 1956 a 1959; su servicio militar voluntario en Alemania aplaudido por la patriotiquísima sociedad americana; todo para encontrar al regreso, en vez de más discos buenos de blues y rock and roll de lo más puro, un absurdo contrato de 3 películas por año —la mayoría de ellas no tan buenas como le hacían creer a Elvis en el rodaje—. Su manager, el Coronel Tom Parker, nunca lo dejó ir a otros países ya que éste señor estaba de ilegal en los Estados Unidos y temía ser deportado si es que salía del país y no podía entrar de nuevo. No todo estaba en orden en la corte del rey. Qué clase de empresario puede hacer que su cliente firme un agobiante contrato fílmico mientras los Beatles y la British Invasion hacían que América (El continente América) se rindiera a los súbditos de Su Majestad. Si Elvis les hubiera dado a los Beatles un poco más de pelea, en vez cantar para el ecrán, muchas cosas en la historia del Rock habrían cambiado drásticamente. Quizás los Beatles no hubieran sido número uno en Estados Unidos en casi todas las semanas de 1964 y Elvis hubiera sido mucho más legendario de lo que ahora es, si es que se puede llegar a serlo.



Para los chinos, según una encuesta, las tres personalidades más influyentes del mundo occidental en China son Jesucristo, Richard M. Nixon y Elvis Presley. Los dos últimos trabajaron juntos para controlar la fuerte invasión extranjera en las radios y pregonar un patriotismo que tenía que catalizar en la juventud americana porque por primera vez los Estados Unidos perdían una guerra en Viet Nam y los jóvenes, supuestamente patriotas, no querían pelear. Elvis tenía a su cargo una organización que vigilaba a los traficantes de drogas en el mundo del espectáculo y se encargaba de mantener limpios a aquellos nuevos rockeros adolescentes que querían portarse mal. No era un secreto tampoco que tenía muchos amigos y contactos en la CIA. Digamos, por así decirlo, que Elvis también traicionó algunos ideales de la generación del Rock and Roll al dejarse envolver por el stress de la fama y llenarse de dólares que lo alejaron de la gente y de la vida a la que él gustaba cantarle. Las penas de un camionero, las tribulaciones del amor, las alegrías de una madre.



2007 Conmemorará el trigésimo aniversario de la muerte de Elvis Presley. Una muerte que, por lo visto, no es tan real como se pinta si consideramos que todo el mundo sigue obsesionado con él. Me pregunto por qué tanta gente en Estados Unidos piensa que podría estar vivo. Por qué algunos aseguran haberlo visto comiendo donas en una playa en Hawaii, o acomodando adornos en Graceland, o cubierto con una barba y unos lentes de sol conduciendo un camión en Memphis. Es una locura, pero una locura simpática porque subraya la idea de que a un fan no se le puede engañar. Se suele comentar que Elvis está vivo y que no es tan fantasiosa la idea. No puedo asegurar que está vivo o muerto porque en los últimos años han aparecido pruebas interesantísimas que podrían demostrar que Elvis fingió una muerte rápida y basada en su mal compañero (la gordura y los excesos de píldoras) para desaparecer del mundo de la farándula y cantar en algún sitio, a la gente que él quiere que lo vea, sus blues. La fama lo estaba asesinando poco a poco y era evidente. Ya no era el atractivo joven que bailaba con su guitarra y volvía locos a sus fanáticos hacíendolos comprar sus discos y souvenirs a montones. Se estaba volviendo en una absurda imitación de si mismo. Su grupo de "rock and roll" de los setentas incluía secciones de viento, orquestas y varios guitarristas y sus canciones ya no eran de rock and roll. Se había convertido en un baladista. ¿Habrá querido eso? ¿O se dejó llevar por las órdenes de su manager, el coronel Tom Parker?



He aquí algunas razones por las cuales los fanáticos de Elvis consideran que podría estar vivo. No hay ninguna afirmación en ellas, solo conjeturas. Pero qué interesantes:

  • El más grande cantante de rock and roll americano fallece el 16 de agosto de 1977 y en vez de hacer unos funerales dignos de un artista de su talla, se hace un rápido cortejo fúnebre en su casa donde ninguna foto puede ser tomada. Solo una foto borrosa saldría de ese funeral. Se cree que un fan de Elvis deshauciado se hizo pasar por él. En verdad, el cadáver se parece a Elvis pero hay rasgos que hacen dudar, como una nariz más larga y una delgadez más evidente. La presidenta del club de fans, que difícilmente logró entrar a dicho funeral, al ver el cadáver dijo: "Ese no es Elvis"; a lo que el padre del rey ambiguamente respondió: "Elvis está en el segundo piso". Se cree que Elvis vigilaba todo lo que ocurría en su propio funeral.


  • El entierro se hizo en un cementerio cercano, pero, debido a la insistencia de algunos fanáticos que querían abrir el ataúd para rendir póstumo homenaje a su ídolo (de paso robar el cadáver), el ataúd fue trasladado en secreto al mausoleo privado de la familia Presley, una Ley estadounidense establece que ningún mausoleo puede abrirse hasta después de 50 años. Para el año que caduque esa ley, 2027, Elvis de hecho que estará bien muerto.


  • Como los musulmanes con la ciudad de La Meca, todo buen fan de Elvis tiene que visitar alguna vez en su vida Graceland, la casa de Elvis, considerada la segunda casa más visitada en los Estados Unidos después de la Casa Blanca. Ahí se lee en el mausoleo de Elvis: "Aquí yace Elvis Aaron Presley". Se sabe que su verdadero nombre fue Elvis Aron Presley. Una prueba es dicho nombre impreso en el bolso que llevaba a Alemania cuando se iba a cumplir su servicio militar. No voy a extender el tema de cuántas barbaridades se pueden decir de una persona con solo alterar una letra de su nombre. Quién sabe si los maquinadores de dicho supuesto engaño querían quedar bien con la decencia americana de decir la verdad, así no lo parezca.


  • El día de la muerte de Presley, la fábrica de discos de RCA trabajó al máximo. Hubo sobreproducción de álbumes de Elvis y hasta ahora se han vendido muchos más discos después de muerto que en toda su carrera. La pregunta que muchos se hacen es: ¿Ya sabía con anticipación la RCA que algo tan trascendental, y a la vez triste, iba a ocurrir con Elvis para prensar tantos discos? ¿No será que todo estaba planeado de antemano?

  • ¿Por qué su ex-esposa Priscilla es la que maneja todo el Merchandising de Elvis si se supone que rompieron palitos cuatro años antes de su muerte? ¿También fue un divorcio fingido? No son raros en el mundo de la farándula.

  • Otra conjetura, relacionada con la numerología, dice que la fecha de la muerte de Elvis Presley 16—8—1977, si son sumadas las cifras, dan 2001, año en que muchos hinchas esperanzados creyeron que Elvis reaparecería del anonimato (no, no pasó nada). En sus conciertos de los setentas, Elvis utilizaba como cortina musical de apertura la fantástica pieza Also Sprach Zarathustra de Richard Strauss, que fue utilizada para la formidable película 2001: A Space Oddysey, de Stanley Kubrick. Algunos creen que dicha cortina, relacionada con el título del film, daba una idea a los fans de cuánto debían esperar para volver a ver a su ídolo cantar de nuevo. En el 2001 Elvis tendrá (perdón, tendría) 66 años, y a los 66 años es bien difícil cantar con la misma fuerza como cuando se tiene 22.



Todas estas suposiciones tienen como rival a una conclusión fría y certera que afirma que Elvis pasó a mejor vida y que solo vive cuando lo revivimos en sus magníficas canciones: si Elvis estuviera vivo, no hubiera dejado por ningún motivo que su única hija Lisa Marie se case con un tipo tan raro y traumatizado como Michael Jackson. Creo que ni muerto hubiera permitido ese casamiento. Bueno, imaginemos por un momento que en el año 2001 Elvis Presley aparece ante las cámaras de un programa de televisión, por ejemplo, el de Barbara Walters o el de Oprah Winfrey diciendo que estuvo escondido todos estos años porque quería la paz pueblerina que había perdido a los veinte años y que agradece a todos los fans por esperar. Que él sabe cuánto sufrieron los verdaderos fans y que él tampoco los abandonó y les dio más discos. Cualquier cosa parecida que suceda, sería el mayor escándalo de la farándula que hubiera ocurrido en toda la historia. Ningún incidente se le parecería.

A Elvis Presley hay que agradecerle el tremendo avance de la música popular, la que, parafraseando a César Vallejo, viene del pueblo y va hacia él. Dicho avance es el más grande que arte alguno pudo haber tenido en la breve historia del ser humano. Su repercusión es gigantesca y se sentirá por muchos años, más allá del 2001.

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Wednesday, October 7, 2020

Another World (Columbia, 1977)
Children of the World (Columbia, 1979)

Ambos disponibles en la caja Complete Columbia Albums Collection (Sony, 2013) 




Stan Getz, el saxofonista a quien llamaban “the Sound” por su tono suave y siempre cargado de fino sentimiento, fue uno de los artistas de jazz que más cruzó barreras, las destruyó y creó nuevas tendencias en la música popular. Fue él quien ayudó al guitarrista Charlie Byrd a traer a la Bossanova a los Estados Unidos con el disco Jazz Samba y posteriormente a popularizarla al extremo con Getz/Gilberto, álbum grabado con la participación y las composiciones de Antonio Carlos Jobim, la voz y guitarra de Joao Gilberto y la magnífica, brillante voz de su esposa Astrud. Fue Stan Getz quien tuvo la idea de que ella cante “The Girl From Ipanema”, ante la oposición de su esposo. Getz insistió, logró que Astrud la cante y gracias a esto no sólo hizo que el disco ganara el Grammy al álbum del año 1964, venciendo al mismísimo A Hard Day’s Night de los Beatles, sino que cruzó la frontera entre Norteamérica y Sudamérica, la destruyó, y creó el Brazilian Jazz en Estados Unidos y la Bossanova en Brasil.






Getz hacia fines de los setentas, cual adicto a la heroína, obviamente quería más. Una nueva casa discográfica le había dado la oportunidad de grabar discos experimentales con artistas jóvenes como el pianista Andy Laverne y una nueva generación severa y positivamente afectada por el Bitches Brew de Miles Davis. El saxo tenor de Getz ahora tenía un efecto alucinante llamado Echoplex, el cual creaba texturas, monumentos, paisajes sónicos de gran envergadura usando como base el tono tradicional del saxofonista. Stan Getz no dejaría de usar ese efecto hasta 1991, año de su muerte. Y el tema “Another World” es el mejor ejemplo de esta técnica.


Por tanto, 1977 y 1979 fueron dos años en que Getz cruzó su propia barrera personal y prácticamente empezó a tocar música completamente distinta a la que había hecho hasta ese entonces. También sintió el flujo creativo e innovador del Bitches Brew, pero esta vez sus oídos estaban mucho más enfocados en la juventud de los músicos y en lo que podían hacer, bajo su dirección, con sus instrumentos. El saxofonista estaba dispuesto a ser el nuevo Miles Davis, aprovechando que este último estaba pasando un exilio temporal. Miles reclutaba jóvenes con ideas musicales puras y "corruptibles" para con ellos crear verdaderas nuevas direcciones. Stan Getz iba a hacer lo mismo con Another World y Children of the World.





Hasta mediados del 2010, estos dos discos estaban descatalogados por la Sony Music/ BMG/ Legacy o como se llame dicho conglomerado (muy pronto sólo habrá una sola casa discográfica grande, se los prometo), felizmente la caja Complete Columbia Albums Collection lanzada en el 2013 se ha encargado de incluirlos en CD.

Another World es un álbum doble de fusión que puede codearse con lo mejor de Weather Report, Return to Forever y Wishful Thinking, que eran los grupos a los que Getz quería parecerse. Poco antes de las sesiones de grabación, el saxofonista se dio cuenta que los músicos de su generación estaban empezando a pasar al olvido gracias a la poca divulgación de su material y también, en cierto modo, a su arrogancia. Miles Davis había dejado la trompeta y no volvería a tocarla hasta 1982 con una nueva generación de músicos de las canteras más productivas; del mismo modo que logró hacerlo en 1969 con la tropa del Bitches Brew. Getz buscaba color, innovación, experimentación y alma en su música. No la iba a encontrar con viejos vinagres. Tuvo que recurrir a jóvenes hambrientos de fama y aún entusiasmados en producir música de vanguardia; porque en el Jazz la ley es renovarse o morir. Mike Richmond es un bajista del cual se ha hablado muy poco, pero demuestra en este disco un nivel musical fuera de serie, especialmente en la técnica de stacatto-slapping que desempeña en "Club 7 And Other Wild Places".



Children Of The World es menos experimental pero no por eso menos interesante, ya que es todo un estudio en estilos de percusión del mundo, desde el Raga hindú hasta el montuno caribeño, todo envuelto en un paquete colorido y de comfortable escucha. Lanzado en homenaje al año internacional de los derechos del niño, Getz quería alcanzar a una audiencia más amplia: la portada, un bello dibujo de Charles M. Schulz que presenta a Snoopy tocando el saxofón y a Schroeder en el piano, tenía como objetivo atraer a los niños y adolescentes y hacerles escuchar música jazz instrumental de la buena, en muchos casos por primera vez. Todos los temas, con excepción de "On Rainy Afternoons" y "Don't Cry For Me Argentina" (del musical Evita) fueron escritos y arreglados no por Getz sino por el argentino Lalo Schifrin, un compositor y pianista famoso por miles de temas de TV y cine, especialmente el vibrante tema de la serie "Mission: Impossible". La idea del disco era, partiendo del arreglo que Schifrin le hacía al tema de la ópera sobre la vida de su compatriota Eva Perón, atraer a más gente, especialmente niños, al mundo del jazz moderno usando melodías simples, pero manteniendo como base una complejidad concordante con la filosofía del saxofonista: Getz repetirá su viaje cósmico con el echoplex en "Summer Poem" y "The Dreamer" y mantendrá un trance de ocho minutos de una canción de una sola nota, Si bemol, llamada “Around The Day In Eighty Worlds”. Son dos ejemplos de alucinadas a las que Getz estaba acostumbrado en esa época; pero obviamente él no se desviaba del objetivo de alcanzar a una audiencia más jóven con música más fácil, romántica y amena, como "You, Me and The Spring".



Complete Columbia Albums Collection es la mejor opción para adquirir estos dos y otros discos formidables de la discografía Getz en su periodo experimental de Columbia Records.

Friday, October 2, 2020


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