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Wednesday, September 9, 2009






The Beatles Mono and Stereo Box Sets (Apple, 2009)


A los Beatles no los pondría dentro del bolso de nostalgias porque para mí nunca se fueron, ni quedaron en el pasado ni necesito “recordarlos.” Los Beatles son eternos, forever, y prueba de esto es que hoy 9 de septiembre del 2009, sus cajas de 200 o más dólares con toda su discografía remasterizada y re-potenciada se están vendiendo como pan caliente en Amazon.com. 


Comprendo el amor del mundo hacia los Beatles porque es el que yo siento por ellos. A los Beatles los conocí por los LPs que mi padre tenía (y que ahora yo conservo muy bien protegidos contra la inclemencia del tiempo y la acidez del papel) y tocaba en el tocadiscos de la sala de mi casa. Puedo decir que EMI Odeón del Perú hizo muy bien al editar las ediciones originales británicas de los álbumes. Por eso es que el Perú tuvo el Rubber Soul, el Help! y el Revolver en sus versiones inglesas y completas. A Hard Day’s Night se llamó Yeah! Yeah! Yeah! John, Paul, George y Ringo y la funda era distinta: una foto de los Beatles durante una conferencia de prensa. (más información, comentarios y agarradas de mechas entre fans peruanos en nuestra página de facebook: http://www.facebook.com/group.php?gid=38307983837 ) Yo adoraba el Beatles For Sale y la voz de Ringo en “Honey Don’t”, que era mi canción favorita de los Beatles cuando tenía cinco años. “Yesterday” me parecía aburrida. Claro, no entendía inglés y no sabía lo que Paul cantaba (ésa debería ser tu canción, Pedrito) y si ahora “Yesterday” es una de las mejores canciones pop jamás hechas, a mis cinco años yo la salteaba con la aguja para poner “Dizzy Miss Lizzy”, con la voz rockeraza de John enseñando cómo se debe cantar una canción rock y cómo vivir la vida: al máximo y como si fuera el último día de tu vida, porque allá afuera puede haber un Mark David Chapman listo a terminártela en dos minutos.

En 1988 empecé a comprar los cassettes de discos hispanos que estaban copiados de los CDs que se acababan de remasterizar en 1987. También los compré en Chile, aunque los cassettes chilenos no duran mucho… menos que los peruanos. Aprendí que a los Beatles se les escucha en vinilo o en CDs como los que han salido hoy. Los CDs del 87 suenan muy mal. La transferencia digital fue un desastre y todo salió por las patas de los caballos. Aún en los textos de la caja de Monaurales, EMI no reconoce que estas ediciones en CD fueron muy mal hechas. Pero a los catorce años eso yo no lo sabía y ni tenía el oído que tengo ahora,  pero igual gozaba con mi Rubber Soul, mi Magical Mystery Tour, mi Please Please Me (que cuando se me atracó la cinta en el tocacassette por poco me dieron convulsiones y náuseas) y claro, mi Álbum Blanco (un saludo al ejecutivo de Discos Hispanos que tuvo las bolas grandes y peludas como las de un chimpancé al hacer los cassettes de color blanco e incluir el poster original en la funda del cassette).


Pero creo que mi momento beatle más trascendental ocurrió cuando escuché Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band por primera vez, en el verano de 1988. Me senté en frente del tocadiscos de mi abuelo y puse el vinilo chileno, monaural. Era increíble, magistral, interesante, fuera de lo común… esa experiencia de haber escuchado Pepper por primera vez se la deseo a todo aquel que quiera saber qué hay más allá. Pepper le dio madurez al rock and roll y nos hizo más introspectivos en general, más analíticos y críticos de nuestra sociedad al mismo tiempo que nos entretuvo muchísimo.


Lennon murió víctima de las balas de Mark David Chapman, el cual espero termine sus días en la cárcel (no creo que dure mucho fuera de ser liberado, la verdad) gracias a los abogados de Yoko Ono que cada cierto tiempo le ponen otra llave al candado para evitar que se escape. y Harrison se fue en paz con el mundo para re-encontrarse con Vishnu o Krishna. ¿Quedan dos, el narigón y el zurdo? No, están los cuatro presentes en los discos, películas, posters… en fin, aquí.


El mismo aquí que el 2009, o el 2019 o el 2099. El hecho que los Beatles lanzaron sus discos entre 1962 y 1970 es sólo un “accidente cronológico,” parafraseando al escritor Mario Vargas Llosa. Su música es atemporal por muchas razones, para mí el hecho de que se hicieron muy buenos muy pronto: tocando sin parar el rock and roll que estalló apenas unos años antes, y poco a poco mejorándolo, haciéndolo más asequible, melodioso y sobre todo innovador. No fueron los únicos, por supuesto. Algún ignorante me dijo hace 20 años que los Beatles se hicieron famosos porque en esa época, los sesentas, no habían grupos de rock. En ningún momento le creí. Los Beatles se hicieron lo que son porque compitieron duramente con bandas de todo calibre. Es más, sacrificaron a su primer baterista, Pete Best, para llegar más alto sabiendo que Ringo Starr les iba a ayudar para este propósito.


Lograron una fama mundial no por su pinta ni por sus vidas personales, como ocurre ahora, sino por su música maravillosa. Por su obra entregada al pueblo, no por sus opiniones ni estilo de vida; aunque es verdad que la Beatlemanía vio su ocaso cuando Lennon afirmó que la juventud prefiere a los Beatles que a Jesucristo en una entrevista tomada fuera de contexto. No fue un signo de arrogancia sino una llamada a la cordura que tuvo poco eco en la sociedad paranoica Norteamericana y en las mismas Iglesias Anglicana y Católica. Cuando se creía que los Beatles estaban acabados en 1966, sorprendieron a propios y extraños en 1967 con “Strawberry Fields Forever/ Penny Lane” y el álbum Pepper. El verano del amor tuvo como banda sonora aquella música maravillosa que aún no deja de sonar, ni para de crecer.


En muchos foros de música, incluído el que tenemos en Facebook, hemos discutido las causas por las cuales los Beatles se separaron. John y Yoko, Allen Klein, Paul y su manía por controlarlo todo, George y su apatía, la muerte de su mánager Brian Epstein… son sólo excusas. De haber querido seguir, los cuatro hubieran continuado juntos, pero decidieron dedicarse a carreras en solitario interesantes más no Pepperables. Apple Records y la EMI acaban de darnos un regalo invalorable: el mejor sonido posible para las canciones de los Beatles en disco compacto. Es algo para agradecer y celebrar, porsupuesto. Los Beatles demuestran 40 años después de su última sesión de grabación conjunta que, en verdad, nunca se separaron y su obra es una sola, incólume e indivisible: la historia de la madurez de la juventud. Ahora, si tan solo los pudiéramos oir en BluRay... 

Compra recomendada: La caja The Beatles In Mono, mas Yellow Submarine, Abbey Road, Let It Be y, de chiripa: Past Masters. La caja de los Beatles en Stereo es buena también, pero no se compara a la experiencia de tener los discos en el formato original, con los cuales los Beatles sacudieron al mundo.

1 comments:

Luis Guadalupe said...

Hola Javier. Muy, pero muy bueno tu post sobre los 4 grandes de Liverpool. Todos tenemos nuestra historia con los Beatles, nuestra primera cuando escuchamos SGT. PEPPER'S LONELY HEARTS CLUB BAND, la primera vez que escuchamos Strawberry Fields Forever.

Ellos con el tiempo han demostrado su total vigencia y sinceramente, no han habido, no hay ni habrán. El día que un grupo siga dando que hablar, 40 después de su disolución, ese día podremos siquiera considerar discutirlo. Mientras tanto, nada ni nadie los saca del pedestal donde se encuentran musicalmente.

Un fuerte abrazo y ahora le toca a usted devolverme la visita, je je.

LUCHO

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