La gran lista, un LP por año entre 1994 y 1954. Guía esencial para entender cómo se movió la música popular de occidente en cinco décadas.
1962: Bob Dylan.
Hasta 1962, es decir, hasta la aparición de Bob Dylan en un sello discográfico tan importante como Columbia, la música popular de la radio, y la industria discográfica en general, solo tenía un propósito: entretener. Cuestionar el sistema capitalista norteamericano, el que acababa de ganar la guerra más brutal de la historia de la humanidad, era de “comunistas”, “anarquistas” o, yéndonos al racismo extremo: “de judíos y amantes de los negros”. La gente se olvida que en 1962 el rock and roll estaba enterrado por artistas hiperinflados y aburridos, y las bandas de auténtico sonido rebelde estaban limitadas a los sellos discográficos menores.
El joven Bob Dylan debuta con una colección de covers y un par de originales que sacude los cimientos de la juventud estadounidense. Aquí solo está Bob, su harmónica y su guitarra de palo (qué asombroso guitarrista acústico que es Dylan, es increíble que rara vez se mencione su destreza). La voz de Dylan es atrevida, nasal y tiene el objetivo de poetizar y contar historias. ¿Técnica o falsetto? Déjenselo a los negros, que ellos inventaron esa música. El joven Dylan buscaba triunfar en Nueva York y vaya que lo hizo. Luego de este disco, Dylan compondría más, mucho más, y 54 años después se llevaría el Nobel de literatura por sus letras. Así de buenas son. Llegarían álbumes fantásticos como Freewheelin' Bob Dylan, Blonde on Blonde, Highway 61 Revisited y tantos otros que ahora son más que importantes en la historia del rock and roll.
Como mencioné, en 1962 el rock and roll estaba muerto, había sido asesinado, pero Dylan le había dado un electroshock arraigado en el folk y el blues que lo resucitaría con su influencia: Byrds, Beatles, etc. Prácticamente todos los discos que se han venido mencionando.
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