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Sunday, July 28, 2013


Wandering Spirit 

(Atlantic, 1993)

MICK JAGGER







On July 26, 1943, Mick was born. Eight decades later, he is still singing and writing songs for the greatest and oldest rock
and roll band in the world. If you don't know which band I'm talking about, please close this window and leave your house for the first time in your life.





With or without the Stones, there's a fact: whenever I see Jagger's face on a magazine or TV, I think of Wandering Spirit; his most personal record to date, beautifully recorded by Rick Rubin celebrating Jagger's first half century. If you remove the name Mick Jagger out of the equation, It was also a cathartic and
sensitive album about the blues of a lonely man. Nevertheless, what kind of
blues a man like Mick Jagger could possibly have; a blues strong enough to
record an album like this?





Mick Jagger is an icon by himself and with
the Rolling Stones. He has the kind of life 99% of the occidental
heterosexual male population want to have: wake up, exercise, travel, eat the
finest food at the finest restaurants, sing your own songs and have the audience
singing them with you, get paid for this job, meet
presidents,
kings, queens, artists and
beautiful women -so many women you forget their names and don't care a bit about child support when a hot supermodel comes
to you pregnant and says "it's your child I'm carrying".




OK, it's not 99% of
heterosexual males; it's 99.99%.





Wandering Spirit tells us that, even when he's a super-cool guy,
sometimes a man gets the feeling that he's alone and bored. But
here's the thing, and the problem other Rolling Stones songs have: we don't care about Jagger's blues, we just want to live his
life! Again, let's remove the money and fame Jagger has and we will find a great rock and roll record
and, comparing it with the Stones records released since 1989,
way superior to them.





For instance, there's "Put Me in The
Trash," a rock and roll number about a former millionaire who's calling
her ex-girlfriend for a loan. He bought her shoes, a Ferrari and tickets to the
Opera. Now he's asking for some dough. What could have happened? He wasted his
money on parties, alcohol, drugs and women. He realized he should have saved
some money in the bank for leaner times.





The greatest moment comes when Lenny Kravitz
and Red Hot Chili Pepper's Flea join Mick to pay tribute to Bill Withers with his "Use Me".
Jagger also sings Lowman Pauling's "Think" as a tribute to James
Brown, I suppose.





So the dues are paid here. The album closes
with an Irish violin and Mick singing "Handsome Molly," leaving the
listener with the feeling that the singer was alone from the very beginning and
it will be the same at the end.





Jagger did something he never did before even
with the Stones, releasing his album the same day as a Beatle released his
(Paul McCartney's Off The Ground hit the streets on February 9th, 1993),
breaking the old rule that kept Beatles and Stones separated with their
respective parts of the music market. McCartney did not care, for sure. In 1993
CD sales were at the top of their game (remember, this was the year of
Nirvana's In Utero and Pearl Jam's Vs.) and there were CD
buyers with money in their pockets for all of them. Anyways, Paul and Mick are
millionaires so even if their records did not sell more than 10 copies,
they would not starve.





You can get this forgotten treasure used for
less than 4 bucks on Amazon.com Z-shops; so for a small price you can prove
that I am being honest. This was an outstanding record, comparable with Stones
productions like Some Girls, Tattoo You and Emotional Rescue.








More Mick:


Goddess at The Doorway (Virgin, 2001): Rolling Stone Magazine rated this album as classical (5 stars). It's OK, but Wandering is better, way better.


Primitive Cool (Atlantic, 1987): Do people actually remember "Let's Work"? It was a great radio tune!


She's The Boss (Atlantic, 1985): A hard woman to please, Mick's debut was pretty decent.






Monday, December 7, 2009




Hay una tumba sin cruces en la autopista Altamont al norte de California que anuncia a los cuatro vientos que hace cuarenta años, sucedió la "peor tragedia en el Rock And Roll"; ésto entre comillas porque todos sabemos, cuarenta años después, que la peor en realidad fue el asesinato de John Lennon. Las comillas van porque hace cuarenta años, la peor tragedia en el Rock and Roll fue el concierto gratuito de los Rolling Stones en California, un intento de copiar el festival de Woodstock con Grateful Dead y los Jefferson Airplane de teloneros.





Cuatro meses antes, el festival de Woodstock –al cual los Stones no asistieron- dio un mensaje al mundo de paz, amor y música; pese a que la organización del festival estuvo lejos de ser perfecta y las cantidades de drogas consumidas fueron de niveles medibles por toneladas. En aquel festival, 400,000 almas amontonadas en Bethel, Nueva York, detuvieron al mundo por un fin de semana y; pese a que se reportaron muertos por sobredosis y demás, la contracultura hippy no se esperaba un descenlace tan trágico como el asesinato de Meredith Hunter, un asistente al show de los Stones, por miembros de la pandilla Hell's Angels, contratados por los Stones (o, bueno, por el mánager de la gira) para ofrecer "seguridad", entre comillas.





Los ánimos estaban caldeadísimos aquel anochecer del sábado 6 de diciembre de 1969, cuando Mick Jagger y compañía saltaron al escenario. Los Hell's Angels ya habían dado una soberana paliza a Marty Balin, el vocalista de Jefferson Airplane. La paliza no fue porque dentro de 12 años sacaría una canción llamada "Hearts", sino porque el mismo Balin había hecho un pedido de calma tratando de separar una pelea en el escenario. Balin devolvió puños también, pero él salió perdiendo a la larga: No pudo tocar con los Airplane.





Meredith Hunter, temeroso de que la situación empeore, supuestamente se dirigió a su auto para agarrar su revólver en caso de que algo malo le pase a su novia o a él. Durante la interpretación de "Under My Thumb", uno de los Ángeles creyó que Hunter iba a dispararle a Jagger y se le abalanzó apuñalándolo varias veces. Hunter, poco después, expiró. Jagger nunca se lo perdonó a sí mismo y esto se puede ver cuando mira una y otra vez el filme del concierto y el apuñalamiento en la película Gimme Shelter. La versión de los Angels establece que Hunter ya había avisado que iba a dispararle a Jagger y que ellos lo apuñalaron y golpearon hasta matarlo para evitar una catástrofe mayor.





Con la muerte de Hunter (y de otros dos más atropellados en aquel fatídico día) no sólo murió el sueño de la contracultura: se iniciaron los setentas con todo su arcoiris de contradicciones, logros y fracasos. La misma juventud que pedía un cambio en Monterrey y Woodstock se dejó llevar por las drogas y por una dejadez tan profunda que conllevó a la reelección de Nixon, al bombardeo de Cambodia en la navidad del 72 y, en general, a una mediocridad inmensa. Al final parecía que todo el movimiento Hippy y el Verano del Amor fue una orgía de sexo, drogas y rock and roll sin ningún propósito para cambiar al mundo y hacer de éste un mejor lugar para vivir. Y nadie se cuestionaba en qué había quedado ese propósito noble. El fin de la Era de Acuario, que la Luna estaba en Escorpio… fueron solo frases astrológicas de excusa para justificar una violencia inesperada y brutal. El mismo tipo de excusa que dieron los Angels para justificar el uso de tacos de billar: "nos estaban arruinando las motocicletas, y si nos tocan las motocicletas, se jodió todo". Los mánagers de los Rolling Stones no debieron nunca haber contratado a los Ángeles del Infierno como seguridad; es más, eso de contratar servicios de seguridad que no sean oficiales (como la policía) siempre me ha dado mala espina. A miles de millas de distancia, en Londres, Allen Klein estaba contando sus ganancias como mánager de los Stones y futuro mánager de los Beatles. Los Stones poco después lo mandarían a rodar.





Se venían tiempos oscuros. Diciembre de 1969 es considerado como el inicio de una de las etapas más tristes en la música popular: poco después los Beatles anunciarían su desbande, Jimi Hendrix y Janis Joplin morirían de sobredosis, y una corriente nueva, el intimismo, liderada por James Taylor y Carole King, aparecería como opción válida para los que ya se habían aburrido de ruidos estruendosos como los de Deep Purple o Black Sabbath. La masacre de estudiantes en Kent State protestando contra la guerra de Vietnam estaba a varios meses de distancia, y esa también sería una tragedia, por supuesto.









Altamont fue el inicio de la era de las catástrofes en los eventos masivos por negligencia, avaricia, o por ahorrarse unos pesos. Se organizó un festival en un sitio, para luego ser cambiado a otro a cuatro días de anticipación. Se pusieron muy pocos baños portátiles (pensando en 30,000 personas cuando en verdad se aparecieron 300,000), un sistema de sonido pésimo, un escenario y un público rodeados de automóviles estacionados en círculo... y al final, después de la debacle, todos  los involucrados se terminaron o acusando los unos a los otros o negando el haber sido informados.



¿Creen ustedes que 40 años es mucho tiempo y que los eventos organizados así de mal han quedado en la historia? Les tengo dos palabras clave: "Cromañón" y "Utopía." Ustedes saben de qué hablo.






Cambiar al mundo con un festival, un disco o una película es imposible. Se ha demostrado también que cambiarlo uno solo también lo es. Sin embargo, cada uno puede contribuir un poco y hacer que por lo menos cambie de rumbo de una forma u otra. Uno puede cambiar el mundo pero primero tiene que cambiar uno mismo.





Los que no cambian son los Stones: cuarenta años después de Altamont, Ron Wood es arrestado por intentar estrangular a su novia, una modelo rusa increíblemente bella. Mi opinión es que de ésta él no se salva y puede quedar hasta vetado de los Rolling Stones. Éste no fue un arresto por drogas, o alcohol, o por conducir ebrio o intentar meterle mano a la esposa del primer ministro canadiense, que en verdad son arrestos pues, menores y hasta cierto punto celebrables en el rock and roll. Ronnie ha entrado en la categoría de esposos/novios hipercelosos/abusivos a la cual pertenece gente como Jackson Browne o Chris Brown. En verdad, uno nunca sabe qué puede pasar con los Rolling Stones, así que hacer pronósticos está de más.










Tuesday, September 1, 2009


Rolling Stones - "(I Can´t Get No) Satisfaction" (Decca, 1965): El mayor éxito del más grande grupo de rock and roll del mundo sacudió al mundo y originó prácticamente todo el tumulto de los sesentas": hippies, drogas, Woodstock, guerrillas, violencia callejera y demás calamidades mientras los Beatles se dedicaban a acumular libras esterlinas y pagar impuestos al alicaído imperio británico. Los Beatles, al darse cuenta de que gracias a este single los Stones ya empezaban a ser catalogados como Better Than The Beatles -cuantos grupos se han engañado a sí mismos con esta frase-, lanzaron inmediatamente un single-respuesta llamado "Day Tripper" (con su lado B "We Can Work It Out"), con un riff de guitarras muy parecido al de Keith Richards. Más complicado y creativo, pero menos potente. Me viene a la mente una conversación entre Bob Dylan y Keith Richards, en la que el primero le dice al segundo": "Yo pude haber escrito 'Satisfaction', pero tú nunca hubieras podido haber escrito 'Mr. Tambourine Man';" Jagger replicó, en defensa de su compadre": "Por supuesto que hubieras podido escribir 'Satisfaction'; pero...¿hubieras podido cantarla?" Yo creo que no. Dylan no podría expresar tanta desilusión juvenil ni desesperación por sentir amor en una sociedad donde eso es lo "único" que no se compra. Podría escribirla, claro. Del CD Hot Rocks (ABKCO, 1971) y de tantos otros.

Tuesday, December 9, 2008

La primera quincena de Febrero de 1969, la revista peruana Caretas publicó un artículo del periodista Mirko Lauer quien logró llegar hasta las habitaciones del hotel Bolívar en Lima, logrando ubicar a dos turistas de apellidos Jagger y Richards. Este artículo es una de las pocas pruebas fehacientes que confirman que el vocalista y el guitarrista de los Rolling Stones estuvieron en Perú y conocieron Macchu Picchu. Hay que tomar en cuenta ciertos datos históricos que dan a este artículo un interés para los fanáticos de los Stones:

Jagger y Richards salían del duro año de 1968.

El año más difícil de su carrera. Fueron arrestados por posesión y tráfico de drogas.

En diciembre de 1968, se había grabado el Rolling Stones Rock and Roll Circus y la Decca había lanzado el Beggar´s Banquet, exactamente un año después que el Their Satanic Majesties Request. Se podría decir que los Stones no habían sacado un LP en un año.

Faltaban seis meses para el 3 de julio, día de la muerte de Brian Jones por sobredosis de Salbutamol —aunque hay otras teorías sobre la causa de su deceso, también, como un asesinato— . Al día siguiente del deceso, el single "Honky Tonk Women" es lanzado presentando al nuevo guitarrista Stone, Mick Taylor.

Después de la visita de Jagger y Richards al Perú, no lanzarían nada hasta noviembre de 1969, cuando aparece el Let It Bleed. El contrato con la Decca acabaría en setiembre de 1970 con el álbum en vivo Get Yer Ya-Ya´s Out.



En fin, un pedazo de aquel 1969 está plasmado aquí, en esta página. Perú no tendrá como visitantes a Jamiroquai, a Rammstein, a AC/DC, y quizás no los tenga nunca, o los tenga como viejas glorias dentro de 20 años... pero sí tuvo a este par de forajidos pasándola bien.




Lo Malo Que Soy 


Caretas
, Febrero de 1969 
Escribe: Mirko Lauer 
Fotos: Jesús Ruiz Durand




Si Mick Jagger es visto increíblemente doblado en dos, desdibujado y psicodélicamente doblado en dos es porque se droga. Porque Mick Jagger se droga, se trompea, se ve encarcelado. Porque él es parte de los Rolling Stones, y ellos son terriblemente malos... son hasta crueles. Las carátulas de sus discos suelen mostrarlos como a una pandilla de forajidos. Los "Hijos de Diciembre" (título de uno de sus discos más populares) tienen fama de ser tan duros como las letras de sus canciones. Y claro, con un ritmo que siempre tuvo mucha más "garra" que el de los Beatles. Escándalo en casa de un paliducho noble inglés, golpes en el cráneo a las tres de la mañana, la imagen de los Rolling Stones es un fenómeno perfectamente elaborado: los Beatles son los "cultos", los cantantes negros como Jimi Hendrix son los "rítmicos", las siempre un poco regordetas cantantes inglesas son las "dulces" y los Rolling Stones ("¿Has visto a tu mami, corazón, parada entre las sombras...?") han sido siempre los "violentos", los que a pesar de los millones que iban entrando, o a causa de ellos, se convirtieron en los intransigentes niños de la luz que se negaron a sublimarse como sus más afortunados compañeros de gloria, y lo pagaron con una serie de temporadas en las cárceles de la Gran Bretaña.

O así por lo menos nos lo decían los titulares que invariablemente aparecían: "Rolling Stone acusado, Rolling Stone citado...". En Londres, la capital del mundo ficticio, donde las tiendas abren un día, cierran el otro y la mercadería es repartida entre los afiebrados espectadores (¿Ud. No los ha visto chillando en los noticieros?), allí se generaron, prosperaron y triunfaron los Stones, piedras rodantes que se renuevan al ritmo de una juventud inglesa que desconcierta al mundo tanto como la nueva juventud china, con sus vestimentas extrañas para un pueblo como nosotros, donde aún puede verse un terno antiguo de a verdad o una bragueta a legítimos botones, comprada, quién lo sabe, en una ropavejería de los barrios altos; una juventud que ha logrado crear un mito que le permita desconectarse de los sucesos reales de este mundo: la originalidad (lo original justifica lo decadente, lo original justifica lo irresponsable de una alegre generación que hace almohadas de los líderes políticos y logra -a través de la originalidad- una especie de vínculo sin responsabilidad con los serios problemas mundiales).

Y los Rolling Stones ¿para quién cantan? Mil veces se ha dicho que para los jóvenes, y la gente tiene razón. En un país donde en apariencia los problemas se han reducido a un antagonismo entre viejos y jóvenes, donde las clases bajas se contentan con seguir los pasos de la aristocracia, siempre a la medida de su presupuesto, a los Rolling Stones, así quisieran, no les quedaría sino cantar para la juventud. Y es para ella que cantan. Eso es todo.

A la una de la tarde caminábamos, Jesús y yo, por uno de los lujosos corredores del Hotel Bolívar. Silencio. Elegancia de la que trajo la Peruvian Corporation y los finos comerciantes ingleses que se instalaron sobre pulidos mostradores de madera, elegancia como para que Meiggs* pasara dando un brinco de un momento al otro (trayendo la cosa un poco de los cabellos, se podría pensar que con excepción del Príncipe de Gales, los Rolling Stones son lo más "ilustre" que ha caído por aquí desde el tiempo del ingenioso Meiggs, quien rifó una casa entera de Santiago o Valparaíso, vendiendo los boletos hasta en China).

Los músicos, que no son sino dos de cinco, se alojan en el 428 y en el 430. ¡Y entonces vimos a un Rolling Stone!

—No me molesten. Estoy tomando desayuno y tengo a una mujer en el cuarto. Francamente, lo que quiero es bañarme y no hablar con un par de periodistas. Ya han habido varios gatos como ustedes arrastrándose (sic) por aquí. así que váyanse y vuelvan dentro de media hora.

—Pero oiga usted, no sea tan malvado...

—No soy malvado —chilló (un Rolling Stone es siempre un Rolling Stone)—. Lo que pasa es que todo el mundo me busca y la chica (una chica es siempre una chica) ya se está cansando.

Así fue la historia del 430. Pero hay otro cantante del conjunto en el 428. Nos hace pasar. Foto. Explica que está empacando. Foto. Empieza a doblar unos trajes morados, celestes y amarillos, unos ternos naranja, gris y verde menta, unos pantalones látex guinda con rayitas azul Prusia y terracota, etcétera... Éste es el brillante vocalista del grupo, el hombre que cantó "no puedo conseguir satisfacción". Éste "Rolling Sotone" (sic), como dijo algún periódico con toda la derecha del mundo, es Mick Jagger, un hombrecito simpático que tiene el rostro tan fino que tranquilamente podría pasar por una muñequita simpática, con el pelo increíblemente largo y con el labio inferior constantemente caído, como si el hombre volviera a diario de una batalla. Mick es considerado por mucha gente (por los autores de esta nota, por ejemplo) como el mejor vocalista de todo el movimiento musical inglés, y en su propio mundo, es el cantante más combativo (Cárcel, cárcel, cárcel...), un tipo de rostro dulce y expresivo que dijo que venía al Perú porque le gustaban los indios, que no era sino un turista más, con la salvedad de que no pensaba recorrer diecisiete países en un solo día, como había oído que suelen hacerlo los turistas. Hemos leído, ahora venimos a ver, dijo, y siguió empaquetando unas prendas perfectamente inverosímiles.

—Estamos a favor de Fidel Castro, pero aún tenemos que ir a ver Cuba para ponernos de su lado completamente. Nuestros dos principales planes para Sudamérica son ver al indio y visitar Cuba, donde esperamos poder entrar en algún momento de nuestro tour.  Y luego nos habló del Swinging London, que según Mick se acabó, murió, no existe. Ahora la gente se empieza a preocupar de problemas más importantes.

Los Beatles atacan a Mao en una canción**, los Stones se declaran a su favor. Se han agotado los grandes fuegos artificiales y la gente está buscando cosas algo conectadas con la realidad (aunque Jesús jura haber visto una pipita extraña entre las manos de Keith Richards, el Rolling Stone que no se entrevistó).

—Lo que sí hemos podido captar es que el indio está muy atrasado —calculó unos 1500 años—; y que sus principales problemas son el capitalismo yanqui y la oligarquía. Nosotros hemos a ver al indio porque nos gustan los indios. Y ahora queremos oír la música de los Andes —¿Pincullos y pasacalles psicodélicos? ¿Bailarán las ancianas veraneantes de Miami nuestro Folklore? ¿El pututo electrónico? ¿La zampoña mecánica?—.

Mick Jagger empaqueta sus cosas para partir al Cuzco y nos cuenta de las cosas importantes de la vida: aparentemente el hotel se niega a darles almuerzo y Mick se dispone a llamar a la embajada de su país.

Y luego pidieron un auto y fueron echados del Hotel ¿O no? Dejemos la cosa así. Un hombre tiene que creer en algo en esta vida, y siempre es mejor conservar la imagen de los Rolling Stones, una embajada extraoficial que conmovió a la ciudad con sus escándalos, que pensar que estuvieron de paso dos muchachos tranquilos que pagaron sus cuentas y tranquilamente se fueron a ver Machu Picchu como todo el mundo.

De todas maneras, el prestigio del desprestigio es una realidad.

*Henry Meiggs: empresario inglés que construyó el ferrocarril central en el Perú, el más alto del mundo.

**"Revolution", lado B del Single "Hey Jude" y "Revolution #1", del álbum The Beatles (más conocido como El Álbum Blanco). Lennon & McCartney, Apple, 1968.

El tema que escuchan es "Under My Thumb", de Jagger y Richards.

Thursday, May 22, 2008

Exile On Main Street (Rolling Stones Records, 1972)


Para muchos, el mejor disco de los Stones fue este álbum doble lleno de canciones personales y furiosas grabado a duras penas en un sótano de una casa en Francia. Se trataban de canciones de la época de Brian Jones a la guitarra y demás instrumentos; probablemente alguna de ellas era de él y no del dúo Jagger/Richards. Fue un disco armado a las patadas con un escape a Francia para evitar el pago de impuestos. Créanlo o no, Mick Jagger es desde el 2003 un caballero de la corte inglesa a pesar de tener este disco en su currículum vitae.

Tomemos por ejemplo "Sweet Virginia," una inspirada balada de cowboys en la cual la calidad de la voz agridulce de Jagger jamás estuvo en mejor momento. Keith Richards pone la voz principal y el bajo en "Happy," la canción más bailable del disco. Rinden tributo a Slim Harpo con Shake Your Hips, y ejecutan la primera sesión Unplugged con Sweet Virginia, Loving Cup y Sweet Black Angel. Atacan a la falsa moral de la religión católica utilizando voces gospel con "I Just Want To See His Face," Jagger asumiendo el papel de Santo Tomás.


Y qué puedo decir de "Tumbling Dice;" que es de lejos un clásico instantáneo. Aunque el mejor álbum de la discografía, éste también fue el álbum en donde el bajista Bill Wyman se autoexilia y no toca en la mayoría de las canciones. Es necesario hacer un profundo análisis de este disco y de considerar por qué cuando los Stones se suponía que debían de estar en decadencia, sacaron una obra tan maravillosa. ¿Son los artistas más productivos y eficaces cuando la pasan mal? ¿Vale la pena estar triste y en dificultades para lograr bellezas como "Ventilator Blues"?

La gira del 72, registrada en la película Cocksucker Blues, da fiel testimonio de la calidad Stone y de las cantidades acumulables en costales de cocaína que los cinco stones se metieron por las narices.

El disco tuvo una recepción cálida por parte de la crítica y puso a los Rolling Stones en ese momento como los verdaderos ídolos del rock. Con los Beatles desbandados, Elvis en animación suspendida en Las Vegas y un revival del rock cincuentero a punto de estallar, la escena rockera inglesa era totalmente de ellos, aunque no hayan contribuído mucho a las arcas del gobierno.

Tuesday, November 7, 2006

La Banda de Rock Más Grande del mundo pasó por Oakland en la segunda parte de su gira A Bigger Bang.

Lugar: McAfee Coliseum, Oakland, California
Fecha: Noviembre 6 del 2006
Hora: de noche.




Parece mentira pero ya son 40 años de que un periodista le preguntó al líder de los Rolling Stones, Mick Jagger: “¿Es ésta su última gira?” y el jijuna respondió que sí. Los Rolling Stones en 1966 eran la antítesis de lo correcto, de lo no que se debía hacer para mantener una sociedad insensible e injusta. Sus discos eran censurados en Gran Bretaña, y cantaban odas a la madre neurótica, al demonio dentro del ser humano y al stress general. Odas llamadas “canciones rock.”



Producidos por un paria como su mánager Andrew Loog Oldham, los tipos eran materia de escándalo. Precursores del Punk Rock al ser guiados por Oldham en lo que no se debía hacer en la sociedad para ser normal. Los Beatles pedían a las chicas sostener sus manos, los Stones querían acostarse con ellas de una vez. De remate, se burlaban de la realeza británica y hasta alguna vez fueron arrestados por orinar en público. En aquella ocasión Mick exclamó la legendaria frase: “tío, uno mea en donde se le apetece.” Escuchar a los Rolling Stones era ser pues, un contestatario. Admiraban a Mao Zedong y a Fidel Castro. De haber tenido veintitrés años en el 2006, lo más probable es que Jagger y Richards apoyen al loco este de Hugo Chávez.



Fines de los sesentas: Hablamos de tiempos turbulentos en los que los Stones llegaban a una ciudad y la policía se ponía en alerta para resguardar el orden. Mediados de los 2000: Treinta y ocho años después de “Street Fighting Man,” la policía de Oakland protege a los Rolling Stones - auspiciados por Radio Shack- de los “delincuentes juveniles.” La banda se presenta en un super concierto con fuegos artificiales, pantalla gigante y con asientos que van de 40 a 400 dólares. Pareciera otra la banda que tocó gratis en Altamont Highway en diciembre del 69, con los Hell’s Angels de guardaespaldas y con muerto incluído.



¿Qué tuvo que pasar para que los Stones sean una institución de lo establecido y que su líder sea Caballero de la Corte Inglesa? Pues agua bajo el puente: Brian Jones muere y es reemplazado por un guitarrista brillante llamado Mick Taylor. Andrew Loog Oldham los abandona durante sus líos legales. La cara de Keith Richards se vuelve más satánica. Huyen de Inglaterra rumbo a Francia para evitar pagar impuestos (¿no es así, Sir Mick?) Graban un disco casero con canciones viejas llamado Exile On Main Street. Taylor es objeto de la envidia de Jagger al ser más guapo y es expulsado del grupo y reemplazado por Ron Wood de los Faces. Jagger coquetea con la música disco y el Jet-Set y poco a poco se distancia de su compadre Keith Richards. Se lanzan en una super gira norteamericana promoviendo Tatoo You en 1981. Mick y Keith se pelean como perro y gato después de lanzar un disco flojo llamado Dirty Work. No se hablarán hasta 1989, cuando Keith le dice a Jagger que no esté pensando en cantar canciones para jóvenes, porque ya no lo son. Envejecer no es malo, sino malísimo. Reunidos, anuncian por enésima vez que ésta será la última gira y salen por el mundo con el Steel Wheels bajo el brazo. Es en este momento en donde los Stones ya son vistos como la banda de rock más grande del mundo y la más duradera, y tambien como una curiosidad. La gira trae una baja: Bill Wymann deja la banda en 1992 porque ya estaba cansado de ser simplemente el “bajista” y el miembro más viejo. En el 94 convocan a Darryl Jones (ex Miles Davis y Sting) para su reemplazo y las giras del Voodoo Lounge y Bridges To Babylon los vuelven cada vez más legendarios, inmortales, y en cierto modo inalcanzables.



Si Mick Jagger puede correr y saltar con la energía que mostró la noche del 6 de Noviembre, es seguro que seguirá cantando hasta que se muera. Keith Richards tuvo un accidente en Fiji hace algunas semanas y terminó en un quirófano para que un coágulo de sangre en el cerebro sea removido. Ahí estaba, arañando sus guitarras como siempre. Charlie Watts es un sobreviviente del cáncer a la garganta y su batería suena igual de bien, igual que siempre. Ron Wood reconoció tomar tanto como la Reina Madre y se internó en una clínica para desintoxicación de alcohol. Dinámica familiar a pleno.



La segunda parte del tour A Bigger Bang, con un telonero Van Morrison francamente flojo y maleducado, los trae de vuelta al público. Un público que ha crecido, madurado, hecho dinero y envejecido de una forma similar a la de los mismos Rolling Stones. Generalmente hablamos de los Stones en sí, pero esta vez me gustaría hablar de los que los escuchan ahora y con los que Javier Lishner y quien escribe tuvimos la oportunidad de compartir asientos preferenciales.



En 1969, el mundo asombrado se preguntaba, ¿para quién cantan los Stones? Se decía que para los jóvenes, y tenían razón. En un país donde en apariencia los problemas se han reducido a un antagonismo entre viejos y jóvenes, liberales y conservadores y donde las clases bajas se contentan con seguir los pasos de la aristocracia, siempre a la medida de su presupuesto, a los Rolling Stones, así no quisieran, no les quedaría sino cantar para la juventud: Para los chicos de catorce años que están escuchando por primera vez el Exile o el Black And Blue. Aquellas chicas de 18 años que pierden su virginidad con el disco Flowers del mismo modo que sus abuelas lo hicieron cuarenta años atrás. Claro que las chicas en mención no son muchas, pero al menos por un momento dejan de escuchar Hip-Hop y Reggaetón.



Los residentes del área de la Bahía que disfrutaban a los Rolling Stones y escuchaban sus letras hace cuarenta años fueron al coliseo a rememorar años mozos y verlos como piezas de museo, no como una fuerza social revolucionaria y contestataria cual lo fueron en su mejor momento: cuando entre 1968 y 1972 lanzaron una suceción de discos brillantes: Beggar’s Banquet, Let It Bleed, Sticky Fingers y Exile On Main Street. Varios temas de estos discos fueron interpretados de manera furiosa y ruidosa: “Sympathy For The Devil,” “You Got The Silver,” “Bitch,” “Brown Sugar” y “Tumbling Dice.” El mejor momento de la noche fue el largo jam de “Midnight Rambler,” una joya del Bleed que con los años y las clases de canto de Jagger suena mucho mejor.



Pero el mejorado sonido Stone en vivo, ahora en el 2006, está limitado a gente que puede comprar tickets de 400 dólares. Chicos como uno cerca a nosotros, en sus veintitantos años, que trabaja en Google y que puede darse el lujo de invitar a la chica de turno e impresionarla con el más puro rock and roll inglés sobreviviente (aunque la chica lo deje plantado sin dejarse besar ni agarrar una, aunque sea una nalga. Este sujeto obviamente no es discípulo de Mick.) En los asientos caros veíamos veteranos de cincuenta para arriba que trabajan en corporaciones muy rentables y que ganan cifras de seis dígitos al año. Una de las cosas que más nos intrigó fue, si toda la platea fuma yerba, ¿cómo es que pasaron sus examenes toxicológicos para los trabajos que tienen?



El show de Oakland ante 42,000 personas fue ruidoso, rockero y magnífico; como ya dijimos, con la voz de Jagger en su mejor momento. Sólo interpretaron un tema del último disco, la baladucha “Streets Of Love” fue interpretada y qué raro que “Sweet Neo Con,” la mentada de madre de Mick al gobierno de Bush, no se interpretó, al igual que “Street Fighting Man”. ¿Los Stones transando con lo establecido? No es la primera vez, lamentablemente. Aunque siempre los Rolling Stones cambian de sets de canciones cada vez que visitan San Francisco (esta vez la gran sorpresa fue “She Was Hot” del Undercover), su grandiosidad los hace menos reaccionarios. Y las ganancias de los tours, los sponsors y licencias, los momifican como piezas de museo. De los Stones, Javier Moreno prefiere escuchar discos más necesarios y actuales como aquel grito de guerra llamado Beggar’s Banquet: Violento, inconforme, rebelde y blusero.



Estoy seguro que muy en el fondo, los Rolling Stones también lo prefieren.




___________________________






Recomendados:


1. El artículo de Javier Lishner sobre el susodicho concierto (yo estuve ahí con él así que puedo asegurar que no está hablando por hablar)


2. El cuarteto de álbumes indispensables de la discografía Stone:









Beggar's Banquet (London, 1968) , Let It Bleed (London, 1969), Sticky Fingers (Rolling Stones Records, 1971) y Exile On Main Street (Rolling Stones Records, 1972)


3. Dos colecciones maravillosas, y dos álbumes de la era Ron Wood en Rolling Stones Records:



The Singles Collection (ABKCO, 1989) y Hot Rocks 1964-1971 (ABKCO, 1971)




Tattoo You (Rolling Stones Records, 1981) y Undercover (Rolling Stones Records, 1983)



Tuesday, August 22, 2006

Mick Jagger llegó a los cincuenta en 1993, y la revista Cambio 16 publicó una entrevista al ya veterano cantante de los Stones. Podría parecer viejo, decrépito y listo para el retiro pero no, Mick no puede retirarse y él lo sabe. Si no se retiró en la gira del 72, menos se iba a retirar en 1993, con un excelente álbum solista llamado Wandering Spirit y cargando canciones para la gira del año siguiente con los Rolling Stones y el álbum Voodoo Lounge. En esta entrevista, Jagger filosofa sobre la vida y vicisitudes de la juventud moderna. Como siempre, profeta de los tiempos actuales.





Here's Mick! Let's Work!

Tuesday, September 14, 1999

Vimos este video cuando éramos chicos. Una adolescente norteamericana y su novio se quedan un viernes por la noche a ver la televisión. La chica tiene que aguantar que su novio le ponga en la TV escenas violentas de la época difícil de El Salvador. Escuadrones de la muerte, desaparecidos, torturas, policías corruptos... no suena nada extraño. La chica se tapa la cara para no ver las escenas violentas... pero el morbo es más fuerte que ella y sus ojos ven por entre sus dedos. En la "película" que ven, una chica presencia el secuestro de su pareja -Jagger- por un comando de la muerte, para ser posteriormente desaparecido. Ella se esconde bajo las sábanas de su cama y es encontrada por otro Jagger con bigotes y sombrero, probablemente el hermano gemelo del desaparecido.
Vemos hoteles Holiday Inn y nos decimos que cuando a Estados Unidos le conviene algo, es capaz de permitir todas las atrocidades posibles.
Para cuando han apagado la televisión y están por entrar en un foreeplay interesante, los padres llegan... ¡y el padre de ella es un General del Ejército de los Estados Unidos! Era la época en que Estados Unidos se metía en Centroamérica para apoyar a las dictaduras y evitar que las guerrillas comunistas tomen el poder. Causa noble, métodos espantosos.
Los Stones muestran un pedazo muy pequeño de Latinoamérica -El Salvador-, pero en verdad en esa época, inicios de los 80, casi todo Sudamérica era controlado por los respectivos ejércitos de los países. Ahora puede sonar inconcebible, pero llegó un momento en que toda Latinoamérica era una simple dictadura.
En menos de cuatro minutos y a dos años de ser fundada MTV, los Stones presentan su manifiesto sobre la golpeada Latinoamérica.
Hemos crecido, pero aún nos falta mucho.
Undercover
Rolling Stones Records


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